◈Propuesta y un problema◈ Cap.5 ①

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Narra Hatice:

Habían pasado más de ocho meses desde que mi hermano partió a la guerra y hoy era el día en el que regresaba. Estábamos paradas en la habitación de mi madre esperando la llegada de mi hermano al palacio. Pienso en la carta que él me había enviado hace unos días sobre una sorpresa, sea lo que sea, espero no recibir malas noticias.

Súbitamente las puertas fueron abiertas y todas miramos con atención como el entraba orgulloso de ganar su primera guerra como Sultán. Hicimos una reverencia, él me saludó y lo recibí, siguió con Mahidevran y luego con su pequeño hijo.


Minutos después yo me quedé con mi madre a pedido suyo, me mantuvo ahí diciéndome que mi hermano quería que habláramos los tres.

- ¿Sucede algo? -mire hacia la puerta esperando.

- Nada malo hija, solo vamos a hablar. -termino de decir y entro mi hermano- Mi león, bienvenido. Siéntate así podemos hablar más a gusto.

Él hizo caso y se aproximó para tomar asiento, no sin antes venir a saludarme con un abrazo para luego sentarnos.

- Como ya sabes Hatice, enviudaste muy joven, entonces decidimos comprometerte con la persona que sabemos será un buen esposo para ti.

- Lo sé hermano. Pero ¿eso qué tiene que ver?

- Decidimos que vas a comprometerte con el hijo de Pirí Pasha. -dijo mi madre.

Traté de forzar una sonrisa, aunque mi rostro al parecer mostraba otros sentimientos. Mi madre esperaba ansiosa una respuesta de mi parte pero solo me digne a hacer una reverencia y les di un beso en sus manos. Quería salir corriendo de ahí y encerrarme por mil años.

-No te pongas triste hija mía, sé que nos extrañaras pero podrás venir al palacio cuando lo desees. -intentó confortarme pero si seguía así lloraría.

- Muy bien, entonces comenzaremos a preparar lo necesario para los preparativos. -terminó de decir mi hermano levantándose y alejándose.

Me despedí rápido de mi madre, extrañamente pensé en Hürrem, en si decirle esto a Gülfem. No quería estropear aún más las cosas con el tema pero parece que con esto empeoró la situación a un punto en el cual debo hacerlo, aunque por otro lado, me negaba a creer lo que estaba pasando.

- Que estúpida. -me dije apoyada sobre un pilar, las criadas me quedaron mirando.

Seguí mi camino, debería volver hacia mi habitación un poco más rápido, no quiero cruzarme con alguien en este momento, Y por suerte pasé desapercibido, bueno, no del todo. Cuando entré a mis aposentos Hürrem estaba ahí, quería irme porque no podía mirarla de mis nervios, una boda repentina no es una noticia que me guste recibir, menos cuando siento que mi corazón le pertenece a una mujer.

- Sultana Hatice. -ella me habló con su típica vibra alegre.

- Si, necesitas algo Hürrem? No pensé verte aquí, creí que estarías en el harén o con mi hermano.

- No, solo quería agradecerle por cuidar de mí, sé las cosas que hizo Mahidevran, usted se preocupó cuando ella me golpeó como una loca ese día. Y luego de que el Sultán se fue a la guerra pensé que estaría sola nuevamente pero tú siempre estuviste allí aunque no te acerques a mi.

- Solo soy amable contigo, eres una chica agradable y encantadora, no dudo del por qué mi hermano te eligió entre las docenas de concubinas... -le hablé tratando de que mi voz no tiemble de los nervios y sonreía.

- ¿Pasa algo mi sultana? -me dijo acariciando mis manos- No quería incomodarla.

- No, no pasa nada Hürrem, realmente no sé qué decirte. -miré sus ojos nuevamente, me agrada tenerla tan cerca y ella se veía algo pequeña frente a mi- Quieres tomar té conmigo? ¿O acaso quieres salir a caminar a los jardines? Hoy tuve un día pesado y no deseo sentirme triste todo el día.

- No hay nada más que pudiera pedir, mi Sultana. -ella se acercó más hacia mí, no era mucho secreto lo nerviosa que me puso y su mirada era extraña, oscura pero ese brillo era como ver el sol entre copas de árboles, hermosos.

[En los jardines del palacio]


Decidí quedarme con ella sentadas en una hermosa mesa de piedra, alejadas de la parte más concurrida de los jardines, me agradaba verla sin decirle nada, me gustaba su pelo cobrizo caer sobre sus hombros como si fuese fuego ardiendo de su ser, la forma de sus ojos y sus ojos eran como ver una pintura, ver reflejado todas sus emociones a la vez que ella las ocultaba de todos como un rastro entre la nieve.

"Eres mía, eres lo único que quiero" Hürrem & Hatice Muhteşem Yüzyıl/El SultánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora