Capitulo XXIII

102 20 50
                                    

-Porque decidiste venir con migo a la fiesta como pareja y no con Emily o cualquier otra de tus amigas?.-

- Qué?, No lo sé, porque me preguntas eso ahora.-

- Sabes por qué lo hago? Porque yo si se la respuesta, decidiste venir con migo, nada más y nada menos que para complacer a tu papá, decime que no lo sabias, decime que no sabías que iba a invitar a Davis a la fiesta, que no sabías que ese hombre sabía de mi y que yo iba a venir.- Y no dice nada, doy un paso hacia atrás, el lo sabía.

- No te preocupaba venir solo, no te molestaba tener que pasar una noche entre todos estos ricachónes, lo que te preocupaba era no hacer lo que papá dice,  a pesar de conocer mis sentimientos por ese hombre, el cual no conocía ni quería conocer me invitaste y mentiste para que viniera, me usaste para complacer a tu padre, espero que te allá servido, espero que te hiciera  quedar bien delante de ese hombre que cree que sos un inútil de mierda, y por lo que me dijiste cuando llegue, también creo que sos un imbécil, sabía que eras superficial , sabía que hacías solo lo que te convenía, pero nunca pensé que me humillarias así, no delante de toda esta gente, por un momento pensé que éramos amigos, que idiota fui no?.-

Comienzo a caminar, para alejarme lo más rápido que pueda de este lugar, que estúpida fui, cómo pude dejar que me tratara así, que me usará, enfrentarme en público a una persona que me desprecio  cuando me quedé sola en este mundo, que les dijo a los de la asistencia social que el no tenía ninguna nieta, y terminé con extraños, como pudo hacer eso,como pudo exponerme a una situación asi? Se que su padre no le hace una vida fácil, pero llegado a este punto pensé que éramos amigos, no creo que ni a mí peor enemigo le aria una cosa así.

Salgo del camino de piedra y camino por las calles, están solitarias y no conozco la zona pero tengo que alejarme de aca.

Estoy llorando  a todo pulmón, las lágrimas no me dejan ver por dónde camino, las calles están desoladas no sé cómo voy a conseguir un taxi.

Voy hablando con migo misma de lo estúpida que soy, no he llorado en tantos años, y vengo a llorar ahora por un idiota que no vale la pena, pero eso no es consuelo, al contrario me siento peor que antes.

- Que pasa nena, mala noche?.-

Me sobresalto, no se de dónde viene esa vos, no se ve a nadie cerca, por querer caminar más rápido tropiezo con mis propios pies y casi caigo al piso, sigo caminando más rápido.

- Porque tan apurada, vas muy bien vestida, vas a una fiesta?.-

- Podemos hacer una fiesta privada entre nosotros, ja ja.-

Son tres voces diferentes y la piel se me eriza, ni siquiera se dónde estoy, está prácticamente oscuro por estas calles, soy una idiota, si no hubiera venido llorando me habría dado cuenta que me metía en la boca del lobo.

Miro para atrás y para los costados buscándolos, cuando decido salir corriendo me chocó contra el pecho de un hombre.

Dios no creo poder salir de esta ilesa.

- Que pasa chiquita, porque tanto apuro?.-

Me tiembla todo el cuerpo, y no es por el frío que hace un momento no sentía, voy prácticamente desnuda por una calle oscura, me imagino lo que estos idiotas se piensan que tienen derecho hacer con migo solo por qué soy una mujer que camina sola de noche, y me hierve la sangre, si se piensan que no voy a dar pelea se equivocan, puedo estar cagada de miedo, pero eso no le quita que voy a defenderme con uñas y dientes.

Se me acercan y puedo verlos bien, son tres hombres de unos 35 o 40 años, dos de tez morena y uno blanca, uno de ellos de toma por la espalda y mi cuerpo reacciona solo, me agachó separó las piernas inclinando al tipo para mi lado derecho haciéndolo volar por ensima de mi hombro, cae como bolsa de papas, un truco que aprendí cuando tenía 18 años, lo usé dos ocasiones, cuando lo aprendí y ahora.

Mis prejuicios y los tuyosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora