Capítulo 19

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Annie.

Bajamos al comedor, todos nos estaban esperando y el olor de la comida se atestó en todo el lugar, sentí los pasos de Mikasa atrás de mí, tardamos en bajar un poco hasta que se me pasara lo rojo de los ojos y que las lágrimas no me evidenciaran de lo que paso anteriormente, sin embargo, una de las cosas que probablemente que me delataran sería la enorme sonrisa que quería florecer, Reiner se encontraba platicando con la señora Hanji, mientras que su marido solo se limitaba a observar lo entretenido que estaban compartiendo. Los platos ya estaban listos, todo preparado para almorzar.

-Qué bueno de que ya están aquí, espero que les guste mi comida. – Comentó con una gran sonrisa en el rostro.

Nosotras nos sentamos, era una mesa rectangular en la cual cabían 6 personas, en el lado donde que solo tenía cupo para los dos, estábamos mi hermano y yo, a mi derecha Mikasa, enfrente sus dos tíos, la señora se veía radiante mientras que el señor se veía bien, pero daba la impresión de querer golpear, no había duda alguna de que fuera tío de ella.

-No se preocupe señora no somos quisquillosos. – Le contesté de vuelta, sonreí un poco y le di la primera cucharada, mi lengua al sentir el contacto con la comida esta le envío un clic a mi estómago, que protestó a consecuencia. – Esta delicioso, señora. –

-Tiene toda la razón, hace tiempo que no comíamos así. – Comentó mi hermano quien se metió otro bocado en la boca.

- ¿Por qué lo dices? ¿Su madre no les cocina? –

-Ah... Mi mamá falleció hace tiempo y nosotros no sabemos cocinar así de exquisito. – Habló mi hermano.

- Lo lamento mucho, no sabía. – Se llevó una mano a la boca y con una expresión apenada inclinó la cabeza.

-No se preocupe paso hace tiempo. – Comenté, mientras le seguía dando de bocados a la comida

-De igual manera lo siento, y cambiando de tema, ¿Emocionados por la escuela? – Con una sonrisa en labios nos preguntó con un tono muy meloso.

-No mucho. – Habló Mikasa. – Me desanima la idea de que este va a hacer nuestro último año en la escuela, pero por otra parte ya no veré a la mayoría. –

-Mientras que en este semestre no nos toque de los peores profesores, por mí no hay problema. – Agregó Reiner.

-Yo estaré feliz si no nos cambian de salón. –

-Los cambios son difíciles, pero inevitables. – Por primera vez habló el señor Levi, levantándose para recoger nuestros platos sucios.

-Él tiene mucha razón, pero con el tiempo se van a ir acostumbrando. – Ella tomó nuestros vasos y los rellenó. – Quiero conocer más de ustedes, chicos, quizás sea mi lado protector el que me incita a saber más de los amigos de mi pequeña soldado y de con quien se junta. –

-Tía... - Reprochó con pena.

- ¿Qué? Te dejamos sola por mucho tiempo es obvio que quiero saber en qué entorno te mueves. – La sonrisa no le abandonaba la cara. - Entonces... ¿Son mellizos? –

Ella le alargó la segunda "e" mientras colocaba su mentón en la parte trasera de su mano, ante la pregunta reí un poco, es gracioso de tan solo pensar que la gente se plantea que nacimos juntos, no los culpo, pero somos muy diferentes físicamente.

-No señora. Soy adoptado, de hecho, voy a cumplir los veinte años. – Ambos reímos por lo bajo por la expresión que nos regaló la señora Hanji.

-Lo lamento de nuevo. – Su mano paso de estar debajo de su mentón a estar en su boca, como queriendo impedir que sus palabras saliesen. – Si ustedes me lo piden de inmediato dejo de hablar. –

El Que Quiera Entender Que Entienda.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora