Todo el caos inicia cuando Félix Graham comete el atrevimiento de besar a su mejor amiga por un estúpido juego.
¿Saben? Quizás todo no hubiera ídolos de mal en peor si Chloe no hubiera traído a un tercero en esta relación de dos: Luka Couffaine.
¿El...
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"Felix, cambio, ¿vendrás a mi fiesta?"
"¿Tengo que?"
"¿No lo harías ni por mí?"
"Como sea, sólo di la hora"
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Ella era mi amiga.
La conocía desde niño, recuerdo el drama que hizo cuando se le cayó su primer diente un día de foto escolar. La conocía.
Sus ojos azul rey brillaban mientras reía con Aurora. Quizás ella no era la que ahora tenía unos tacones que le agregaban más de 15 cm de altura, pero en ese par era la que más relucía; y su brillo terminaba sacándome una sonrisa que siempre intentaba esconder.
Bajé poco a poco explorándola con la mirada hasta detenerme en la frontera entre ese pantalón de mezclilla que llegaba a su cadera y la blanca piel de su vientre. Bajé un poco más hasta toparme con un pequeño bulto que generaba el walkie-talkie en su bolsillo.
Al principio fueron tres walkie-talkie: el de Adrien, el de ella y el mío; pero ahora sólo eran dos, él de ella y el mío; y en lo que a mí respecta no pensaba deshacerme pronto de este aparato, y ella tampoco parecía.
—¡Félix, viniste a la fiesta!— esbozó Aurore abalanzándose hacia mí en un enorme abrazo y Chloe le esperaba a unos cuantos pasos de nosotros.—¿Por qué tan formal?— alcé una ceja molesto, odiaba que una don nadie juzgara mi apariencia; pero Chloe nos observaba, y odiaría que ella se molestara sólo porque no fui capaz de ser amable con esta teñida.
