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Al día siguiente Jimin se despertó con un dolor de cabeza fuerte, se levantó con pereza y camino hasta el baño aún con los ojos cerrados, abrió el grifo de agua fría y lavo su cara para despertar, al terminar se miró al espejo viendo su reflejo completamente demacrado, su piel era más palida y tenía grandes bolsas bajo los ojos, los cuales se hallaban inchados y algo rojos, sus labios estaban secos y su boca igual, todo debido a que anoche se la paso llorandole a esos recuerdos que jamás volverán.

Tomo aire profundamente cerrando los ojos, lavó sus dientes y tomo una pastilla para calmar el dolor de cabeza, salió del baño y recién se dió cuenta de que encima de uno de sus muebles se hallaba su frazada y junto a ella una nota, tomo la frazada entre sus manos y la llevo a su nariz, olfateo cerrando sus ojos y se llenó de ese dulce aroma a cereza, abrió los ojos y sonrió nostálgico, después la dejo sobre su cama y se dispuso a leer la nota.

«Lamento haber ensuciado tu frazada, no sabía que era tan importante para ti, también lamento haberte hecho enojar, no era mi intención, por favor no te molestes con Taehyung, prometo comprarte tu loción no te preocupes.

J. Jungkook»

Jimin se sintió mal, recién cayó en cuenta de que se había comportado como un idiota frente a Jungkook, le debía una disculpa, igual no era del todo su culpa, solo se había dejado llevar por el coraje del momento, pero es que recordar que esa manta tan importante estaba manchada de cerveza fue horrible, era una mancha difícil de quitar y Jimin no sabía si volvería a quedar igual, ahora agradecía el esfuerzo de Jungkook pues su manta quedó igual de nueva.

Soltó un suspiro más y salió de su habitación, bajo las escaleras y vio a Taehyung de espaldas preparando el desayuno, él también merecía una disculpa, se acercó lentamente hasta él, iba a tomarle del hombro pero el fue más rápido y se giro con dos platos vacíos para colocarlos en la mesa.

–¡Dios, Jimin! Me asustaste.– Colocó su mano en su corazón acelerado –¿Porque bajas tan cauteloso?–

–Lo siento, no quería asustarte.–

–Esta bien, siéntate el desayuno ya está.– Avisó y Jimin obedeció

–Gracias.–

–No hay de que.... ¿Cómo amaneciste?– Pregunto una vez se sentó frente al rubio

–Bien... Supongo.... Tae-

–Jimin- Hablaron al mismo tiempo, rieron por la coincidencia. –Bien, tu primero.–

–Bueno... Yo.... Lamento mucho lo de anoche, no era mi intención gritarles..., Es solo que... Me deje llevar por el enojo del momento, en verdad lo lamento.– Se disculpo sincero

–No, está bien, yo sabía que era muy importante para ti esa frazada y aún así la dejé en manos de Jungkook, igual él no lo hizo intencionalmente, fue un accidente, prometo reponerte tu loción... Y también prometo no volverla a tomar prestada.– Hablo sincero

–No, está bien, los accidentes pasan.... Es solo que en verdad esa frazada es muy importante para mí.... Ese fue el último regalo que me dió en navidad... La última navidad que pasé a su lado.– Sonrió triste

–Oh, Jiminssi, lo lamento... Yo no lo sabía.– Lo abrazo pues el rubio volvió a soltar lágrimas

–Esta bien, ¿Cómo podrías saberlo si yo no te lo dije nunca?–

¿Who are you? | Kookmin |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora