10. Nocturno

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Nocturno: Composición musical inspirada o evocadora de la noche, en la que las emociones son privadas, sutiles y discretas.

(Música: Love Me – Yiruma)

 
Chat se removió, suspirando débilmente, saliendo lentamente del borde de la inconsiencia en camino a un mar de confusión.
 
¿Dónde estoy? ¿Estoy vivo?
 
Su cabeza dolía. Las memorias eran borrosas, como si estuviera intentando verlas a través de una enorme e impenetrable niebla. Quiso abrir los ojos, solo para hacer una mueca a causa de un destello de punzante dolor. Hora de hacer uso de los otros sentidos, supuso.
 
La atmósfera era calmada y tranquila, el suave golpeteo de la lluvia tintineó sobre los tejados creando un agradable ruido blanco. Yacía sobre algo suave y confortante con olor a lavanda. Olía a… hogar. Amaba ese olor. Inhaló profundamente, queriendo más. Más, más de este delicioso aire. Más de esa tranquilidad. Más de aquel sentimiento de seguridad. Lo anhelaba; ansiaba.
 
A pesar del dolor en su cuerpo, era difícil recordar cuándo fue la ultima vez que se sintió en paz. Escogió darse el gusto y mantenerse de esa manera por un poco más de tiempo; no dormido, pero tampoco completamente despierto, ahogado en el reino entre ambos. El mundo real podía esperar.
 
El tiempo pasó, y no estaba seguro de cuánto. Esta era la primera vez en años que había dormido sin ninguna pesadilla, fue glorioso. ¿Tendría algo que ver su ubicación actual? No podía estar seguro, pero era una posibilidad.
 
Decidiendo finalmente que era hora de enfrentar lo que sea que se encontrara fuera, intentó abrir de nuevo los ojos, esta vez lográndolo. Estaba oscuro; su vista borrosa. Entrecerrando los ojos, enfocó y puso recuperar la visión nocturna felina.
 
Espera, ¿visión nocturna?
 
Se dio cuenta que, de alguna manera, seguía transformado.
 
Rascando sus ojos con perplejidad, examinó su alrededor, buscando pistas para intentar deducir dónde se encontraba y qué había pasado con él. La decoración le parecía algo familiar. Sin embargo, bajo la escasa luz, parecía un poco diferente y no podía ubicarla. Estaba de haber estado antes en este lugar; ¿pero cuándo?
 
Lo último que recordaba era… ¿Realmente había hablado con Marinette? ¿O solo imaginó su dulce y preocupada presencia mientras estaba casi-inconsciente intentando asegurarse de que no moriría solo y en agonía?
 
En cualquier caso, sabía que la siguiente parte había sido real: Había dolor. Tanto dolor. Deseó que se detuviera, por que alguien le ayudara, incluso rogó por misericordia y liberación.
 
Y luego, cuando finalmente se detuvo… recordó unos brazos ágiles pero poderosos soteniéndolo, acercándolo, protegiéndolo, resguardándole del frío. Y se sintió liviano, como si estuviera volando; el inconfundible olor de la lluvia mezclada con distintos y sutiles dejos de flor de cereza. ¿Cuánto de todo había sido un sueño? Pensándolo con la mente sobria, lo último parecía demasiado hermoso para haber sido real.
 
Pero la pregunta principal continuó sin respuesta. ¿Qué pasó? ¿Cómo es que sigo con vida?
 
Mientras continuaba intentando juntar las piezas sobre lo que había ocurrido, sintió algo apretar ligeramente su mano; algo suave y cálido.
 
Allí, dormido a su lado, se encontraba un cuerpo extendido a través de la cama, medio colgando en dirección al piso, una mujer con trenzas largas y oscuras, iluminada sutilmente por la luz de la luna; sus elegantes dedos seguían cruzados con los suyos.
La volvió a retorcerse, apretando la suya una vez más. Un pequeño suspiro somnoliento escapó de sus labios al tiempo que giraba la cabeza hacia él, el rostro aún oscurecido por el cabello que cubría sus delicados rasgos.
 
Chat arqueó las cejas inquisitivamente, preguntándose en vano quién era ella. Se parecía a… ¿podría ser…?
 
¿Ladybug?
 
Los ojos de la joven se abrieron de golpe y se estremeció mientras se sentaba con la espalda recta. Giró la cabeza y clavó la mirada en la suya, parpadeando sorprendida.
 
Oh, lo había dicho en voz alta.
 
Ella dejó escapar un ruido entre risa y sollozo. Su mano disparándose hacia su cien (Chat inmediatamente extrañando la suavidad y el calor).
Ella exhaló sorprendida, “¡¡Estás despierto!!”
 
Él parpadeó intentando reconcocerla.
 
“¿M-Marinette?" Su voz sonó profunda, ronca y dolorida, como si hubiera estado tosiendo.
 
¿O gritando…?
 
Marinette rápidamente limpió la baba de su barbilla, luego alisó y metió un poco de su cabello suelto detrás de sus orejas (lo cuál no hizo mucho por el estado casi cómico de su peinado pero él no mencionaría nada al respecto)
“¡Marinette! S-Sí, ¡Esa soy yo! Ja, jaja… ¿encantada de conocerte?”
 
Chat pestañeó. “Ho-hola…” respondió tímidamente, acurrucándose sobre sí mismo.
 
Más risas nerviosas. Aturdida y todavía tratando de peinar su cabello con los dedos al tiempo que intentaba deshacerse de las arrugas de su camisa, continuó, “A-aunque supongo que ya nos habíamos conocido, ya que sabes mi nombre.”
 
Sus movimientos cesaron y ella dudó. Levantando una ceja, preguntó con una voz más serena, “¿Nosotros ya nos conocemos?”
 
Ahora era el turno de Chat de alarmarse y balbucear. Se inquietó dirigiéndo la vista a las sábanas, mirando en toda dirección menos a ella.
 
“Yo… es decir… No-nosotros nos… quiero decir…”
 
Su pecho se sintió apretado. A pesar de todos sus crímenes, de todos sus pecados y su vergüenza, una parte de él quería contarle; quería que alguien supiera. Alguien que no tuviera nada que ver con todo este horrible desastre. Y quizás podría ser Marinette, por quien él se preocupaba inmensamente y en quien confiaba incondicionalmente. Ella sería una perfecta confidente.
 
Sin embargo, era porque amaba a su amiga que sabía que no podía. No podía poner ese tipo de carga sobre ella. Y dolió. Más de lo que podría expresar.
 
Él gruñó, exhalando profundamente, mientras rascaba la parte trasera de su cuello. Con una melancólica y pesada voz, respondió tranquilamente, “Lo siento, pero no debería decírtelo.”
 
“Oh, cierto…” Marinette respondió débilmente, intentando ocultar su decepción. Pero como siempre, la pobre chica llevaba el corazón entre las mangas y jamás podía ocultar sus sentimientos, sin importar cuanto lo intentara, para bien o para mal. Miró hacia otro sintiéndose culpable, casi pareciendo molesta consigo misma por haber preguntado en primer lugar.
 
Chat se sintió horrible. Ella estaba en todo derecho de hacer esa pregunta, especialmente después de que él hubiera soltado su nombre en voz alta antes de desmayarse. ¿Por qué no estaría curiosa? No se sentía justo que él tuviera ventaja sobre ella.
 
Intentó explicarse, en parte para recordárselo también a si mismo, “No quiero que tú o tu familia puedan estar en peligro si de alguna manera HowkMoth descubriera que ustedes me ayudaron.”
 
Marinette tímidamente susurró en afirmación mientras cambiaba de posición, claramente por haber caído dormida en una posición medio sentada. Dejando salir un pequeño gruñido, estiró sus piernas y movió un pie para que la sangre volviera a circular.
 
Encogió los hombros tímidamente. “Mis piernas están dormidas,” susurró con una sonrisa torcida pero amable. Los ojos de Chat fueron atraídos por el movimiento; sus calcetines eran rosas, de apariencia suave, con un patrón de pequeños macarrones color arcoíris.
 
Chat sonrió con afecto. Es tan adorable.
 
Ella dirigió su mirada hacia él. Azul marino encontrando a verde esmeralda.
 
Él te hizo esto, ¿cierto?” preguntó ella, ni siquiera era una pregunta, cambió por completo la atmósfera en la habitación; Chat podría haber jurado que su voz tenía un tono casi asesino.
 
Abrió los ojos sorprendido.
 
Ella también es mordaz.
 
No había ningún sentido en intentar negarlo, ¿verdad? Era consciente que ella era demasiado inteligente para creer alguna mentira. Siempre había tenido una extraña habilidad para descubrir cuando lo hacía, y aparentemente se extendía también a su alter-ego.
 
Abriendo su boca para responder, se detuvo. Sin tener absolutamente idea de por dónde empezar. ¿Cómo podría contar todo lo que sucedió? Sin mencionar que requeriría de revelar su relación con HawkMoth, tema que estaba fuera de cuestión. Aún así, Marinette merecía algún tipo de explicación, después de todo lo que había hecho por él.
 
“Sabes... no se saldrá con la suya,” habló antes de que pudiera responder. “Ladybug va a patearle el trasero,” declaró con certeza, ni una sola duda en su mente.
 
Chat soltó una carcajada a pesar de su estado. Esta chica sale de lo normal.
 
Chat canturreó divertido. “Llevaré las palomitas de maíz,” sonrió bromeando.
 
Marinette le sonrió con cariño, aunque él no estaba seguro de porqué lo haría. Había hecho tantas cosas horribles en el pasado. Pero de alguna forma, a pesar de todo, ella lo había acogido; incluso lo había tratado como a cualquier otra persona. Chat sonrió de regreso. Ella realmente era especial.
 
“Marinette…” Él dudó, su rostro cambiando a una expresión pensativa.
 
“¿Puedo preguntarte algo?”
 
“Por supuesto,” respondió, plegando las manos sobre su regazo.
 
Sus labios se apretaron en una línea fina. “¿Por qué me ayudas?” preguntó sin rodeos.
 
“Yo…” ella bajó la vista brevemente como si estuviera sumida en sus pensamientos. Finalmente respondió, “¿Por qué no lo haría? "
 
“Porque yo… soy una mala persona,” respondió de manera objetiva.
 
Ella sacudió la cabeza irresoluta. “No, no creo que lo seas."
 
“Pero soy un criminal,” insistió, desviando la mirada avergonzado. “Pudiste haber tomado mi miraculous y dejarme en ese callejón, o llevarme a la policía en lugar de traerme hasta tu casa y cuidar de mí." Afirmó, completamente perplejo.
 
Ella arqueó una esquina de su boca y se encogió de hombros. “Mi mejor amiga una vez me dijo, ' Todo lo que se necesita para que el mal triunfe es que la gente buena no haga nada.'”
 
Chat rodó los ojos y luego se echó a reír incrédulo. Citar héroes de cómics a un villano era algo que Marinette haría.
 
“Y,” continuó, sus ojos rebosando sinceridad. “Creo que también eres una de las buenas personas."
 
Chat suspiró ligeramente, el aire atrapado en su garganta, un torbellino de emociones amenazando con rebalsar, evitó temblar ante sus palabras.
 
“Yo…” bajó la vista con el rostro sonrojado. “Gra-gracias. Como Chat Noir, no estoy acostumbrado a estar rodeado de personas, mucho menos si son amables conmigo." Frotó las manos sobre sus brazos con aprensión. “No lo merezco."
 
La sintió tocar su antebrazo, y regresó su atención hacia ella. “Todo el mundo merece compasión," dijo suavemente, “también una segunda oportunidad."
 
Su mirada se clavó en la de ella, ojos llenos de asombro y admiración. Suspiró temblorosamente, sus labios tornándose en una sonrisa agradecida. “Eres mucho más amable de lo que me había percatado."
 
Claramente sorprendida por su cumplido, Marinette se encogió ligeramente un brillante sonrojo entendiéndose por sus mejillas, murmurando un tranquilo agradecimiento.
 
Decidiéndose a cambiar de tema, Marinette se levantó para encender un interruptor de luz cercano, aclarándose la garganta y hablando con autoridad. “Vamos, te ayudaré a sentarte, necesito revisar tus vendajes."
 
“¿Vendajes?” preguntó él con las cejas levantadas. Examinó su torso y sus brazos. Todo descubierto excepto por el guante en su mano derecha (donde llevaba su miraculous, que no había sido removido.)
 
Hizo una pausa. Aún observando su piel descubierta, como tratando en vano de resolver una difícil ecuación matemática.
 
“¿Por qué estoy desnudo?”
 
Marinette chilló agudo como un ratón, agitando rápidamente las manos en negación.”¡¡¡N-NO COMPLETAMENTE DESNUDO!!! T-tuvimos que cubrir tus heridas, ¡Así que naturalmente retiramos algunas prendas!" Tartamudeó.
 
Echó un vistazo bajo las sábanas y sus ojos se abrieron ampliamente. Escuchó a Marinette chillar (otra vez) mientras se daba la vuelta avergonzada. ¿Siempre hubo calzoncillos bajo el traje o era algo nuevo...? ¿Sus miraculous siempre conjuraban ropa interior mágica bajo sus trajes y él nunca lo supo?
 
Chat frunció el ceño con incredulidad. “¿Mi traje se puede quitar?” chilló de puro desconcierto, como si la idea nunca se le hubiera ocurrido antes.
 
“¡¿¿TENÍAS QUE MENCIONARLO DE ESA MANERA??!” Marinette chilló escondiéndose detrás de sus manos mortificada.
 
A pesar de toda la confusión y la incomodidad, Chat no pudo evitar reírse. Ahí estaba la Marinette que veía con tanta frecuencia como Adrien. Tan expresiva, dramática y simplemente divertida al estar cerca, encontrando siempre una manera de hacerlo reír, aún cuando estaba teniendo un día difícil.
 
Componiéndose un poco, Marinette explicó, “Hay un cierre, ¿Recuerdas?"
 
Los ojos de Chat se abrieron. Oh, claro… Había un cierre allí atrás. Nunca le había prestado atención, simplemente estaba… ahí. Pero, por lo que él sabía, era puramente estético.
 
“¿¿El cierre funciona??” 
 
Marinette farfulló incoherentemente y, debido a su incapacidad temporal para hablar, señaló hacia una mesa auxiliar donde se encontraba su ropa, demostrando que el traje y las botas eran de hecho removibles.
 
Chat levantó una ceja. “Uh. Supongo que sí."
 
Después de recuperar su habilidad para formular oraciones, Marinette se aclaró la garganta y remarcó “Íbamos a lavarlas, pero… las manchas y lágrimas desaparecieron por su cuenta pasadas unas horas.”
 
Chat miró el traje doblado al otro lado de la habitación. “Yo… No sabía que podían hacer eso," murmuró con la voz llena de asombro.
 
Marinette replicó pensativamente, “Sí, debe ser parte del poder de los miraculous, yo tampoco tenía idea.” Sus ojos se abrieron de paren par después de hablar, y añadió un poco asustada, “Umm, digo… ¡obviamente YO no lo habría tenido forma de saber algo así! Ese anillo tuyo de seguro que es hábil. ¡Me gustaría que mis ropas también se secaran por sí solas!” Soltó una especie de risa extraña, que él imitó torpemente.
 
Hubo una pausa pesada en la que observaron al otro sonriendo de forma antinatural, ambos esperando que el otro terminara con el repentino silencio.
 
Finalmente, Marinette pareció renunciar a la pretender que se trataba de una conversación normal, encogiéndose ante su propia incomodidad con un gruñido.
 
Ella habló primero, esta vez con voz normal, “Lo siento, supongo que todavía estoy un poco nerviosa. Nunca antes había tenido un superhéroe en casa."
 
Chat se burló. “No estoy seguro de donde sacaste esa idea, pero no soy un héroe." Habló con la voz cargada de desdén y odio hacia sí mismo.
 
Marinette se sentó a su lado en la cama. “Pero ahora estás con Ladybug, ¿Verdad? Técnicamente eso te hace un héroe.”
 
“Cómo… cómo lo sabes?” preguntó, entrecerrando los ojos, perplejo.
 
Marinette se encogió de hombros y ladeó la cabeza. “Bueno, de alguna manera dudo que sigas siendo amigo de HawkMoth después de lo que te hizo."
 
“N-no, supongo que no…” el recuerdo se apoderó de él como un peso físico, recordándole vívidamente lo lejos que la relación con su padre había crecido a lo largo de los años hasta convertirse en un muro elevado e infranqueable.
 
“Te vi más temprano hoy, en el ataque del akuma,” Marinette explicó, “Debe haber sido muy difícil desafiarlo así."
 
Chat ofreció una pequeña sonrisa. “Tengo que admitir que no imaginé que las cosas ocurrirían de la forma en que lo hicieron," confesó. “Pero a pesar de todo, de lo que me hizo, e incluso si no me hubieras encontrado y salvado mi vida, yo… yo lo haría todo de nuevo. Simplemente no puedo vivir más con la culpa."
 
Marinette tomó su mano apretándola ligeramente. “Lamento que hayas tenido que pasar por todo eso," habló casi en un susurro, su voz llena de simpatía y tristeza.
 
Chat bajó la vista hacia sus manos y las apretó de regreso, tratando de tragarse el nudo en su garganta para que las emociones no tomaran control de él.
 
“Aprecio que lo pienses," respondió calmadamente. “Sin embargo, esto está lejos de terminar. No me dejará ir tan fácilmente. Sé que no lo hará.”
 
Marinette se mordió el labio inferior, sumida en sus pensamientos. “No sé qué tipo de conexión tengas con HawkMoth, pero quiero ayudar." Ofreció. “¿Tienes algún familiar con el que puedas contactar? No necesito saber quien es, aún así puedo ayudarte a contactarlos o reunirte con ellos."
 
“Yo…” Chat se detuvo. ¿Familia? No hay más familia. Excepto por…
 
Nathalie. Puedo intentar contactarla anónimamente. ¿Pero cómo lo haría? Padre debe estar monitoreando sus llamadas. Necesito encontrar una manera de hacerle saber que estoy bien.
 
“Hay una persona. Ella es mi- uhh… tía. Pero HawkMoth puede revisar su historial de llamadas, quizás pueda escuchar sus conversaciones; no sé qué tanto control tiene sobre todo."
 
Marinette completó su tren de pensamiento. “Y si llamaras desde aquí, él podría sospechar, ya que sería un número cualquiera, un número desconocido. Hmm…”
 
Chat cruzó sus brazos, pensando. “¿Un teléfono desechable tal vez? O… ¿Los teléfonos públicos siguen siendo algo que se use?”
 
Marinette se encogió de hombros. “No he visto uno en años; tampoco tengo idea de donde podríamos encontrar uno.”
 
Ella se tocó la barbilla, y Chat tuvo que evitar resoplar divertido por la forma en que su rostro se arrugaba (amplificado por un lindo y exagerado puchero) cada vez que las ruedas del hámster giraban en su cabeza.
 
“Quizá puedas crear una nueva cuenta de correo electrónico y enviarle un mensaje cifrado desde un lugar público con WI-FI libre, como una biblioteca o un café." propuso.
 
“Eso podría funcionar. HawkMoth es…” arrugó la nariz con antipatía. “Es un hombre muy poderoso, con muchas conexiones. Pero eso tendrá que ser lo suficientemente seguro."
 
Marinette frunció los labios con fastidio y exhaló pesadamente, haciendo un notorio ruido. “Bueno, preocupémonos por eso mañana. Nos hemos desviado un poco de lo de revisar tus vendajes."
 
“Oh, cierto.” Empujó las sábanas hasta la cintura preparándose.

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⏰ Última actualización: Jul 28, 2020 ⏰

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