Parte 1: Mudanza

11 1 0
                                    

He esperado mucho porque llegue este día estoy lista para irme a la universidad, aunque eso implique dejar a mi hermano James en casa, sé que lo voy a extrañar mucho me ha apoyado mucho soy de pocos amigos así que no tengo con quien hablar.

Mamá y papá solo trabajan aunque se los agradezco porque iré a la universidad que quiero pero a veces preferiría que pasaran tiempo conmigo pero parece que nunca hay tiempo, así que me refugio en James o el cigarro que son mis únicos acompañantes en esta mierda llamada vida, iré a la universidad en San Francisco tendré una compañera de cuarto, espero llevarme bien con ella ya que me vendría bien tener una amiga por primera vez por lo que se su nombre es Milly hemos hablado poco y se ve que es una chica amable no como las chicas de mi escuela que se creían insuperables.

—Ha llegado el momento Hermanita—me sonríe triste.

—Sabes te extrañare mucho eres mi único amigo—dije tratando de no llorar.

—No te olvides de mí y siempre márcame cuando te sientas mal de acuerdo—me abraza al ver que estaba aguantando las lágrimas.

—Pensé que vendrían por lo menos esta vez—hablé en voz baja mientras apretaba mi sudadera con frustración.

—Ya sabes que siempre están hundidos en el trabajo—evita mi mirada.

—No te preocupes ya estamos acostumbrados a esto—dije cubriendo mis manos en la sudadera.

—Hey, deja eso aun lado llego tu momento de ser feliz—me anima.

—Lo sé, pero es inevitable son mis papas y nunca están—espeto enojada.

—Promete que cuando llegues haya saldrás y te divertirás porque eso es lo que mereces—me vuelve abrazar, mientras yo aguanto las ganas de no marcharme por el.

—Lo prometo—lo abrazo—vámonos si no el avión se marchará sin mi abordo.

Durante el camino ninguno dijo nada, pero era un silencio cómodo, estaba concentrada en cómo sería mi nueva vida en San Francisco, sé que le había prometido a James divertirme, pero mis no sabia si podía cumplir esa promesa pero lo intentaría por el, mire mi brazo y ahí estaba nunca se iba a desvanecer de mi piel, eso que permanecería en mi piel para siempre he hecho lo posible para que nadie la note y ha funcionado todo este tiempo

Llegamos al aeropuerto todavía faltaba para que mi vuelo despegara así que fui con James a tomar un café en lo que nos llamaban para abordar el avión

—No puedo creer que te marchas en que momento creciste—toma asiento en una mesa.

—Vamos James solo me ganas por dos años—dije riendo por su comentario.

—No me hables así señorita soy mayor que tú así que respétame—realmente iba a extrañarlo.

—Aún recuerdo cuando me tiraste a un charco de lodo por comerme tu dona—rio al momento de recordarlo.

—Esa era la última dona y era mía—se defendió.

—No es que quiera arruinar el momento, pero estarás bien con nuestros padres—me recargo en la silla esperando una respuesta.

—Tranquila solo serán unas semanas después me iré con Mia—sonrió como un idiota al recordar su nombre.

—Viendo tu cara veo que realmente la quieres—me apoyó en la mesa para verlo mejor.

—Si realmente la quiero, pero qué hay de ti creo en San Francisco puedes encontrar a alguien—dijo abrazándose a sí mismo.

—No lo creo no estoy para esas cosas—digo más para mí que para el.

Nuestros propios demoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora