-Vamos, ____, se que conociste a alguien, tus ojos me lo dicen— insistió, con la sonrisa aún más amplia y los ojos chispeantes de curiosidad.
-Pues, amm... si y no— farfullé.
-¿Si y no? ¿Cómo es eso?
-Bueno, conocí a alguien que a decir verdad, me deslumbró; pero...
-¿Pero que?
-Pero, no puedo decir que sea ese "alguien especial"— hice las comillas con mis dedos.
-¿Por que no?
-No creo en el amor a primera vista, lo sabes—sacudí la mano, como restándole importancia al asunto.
-Si; ¿pero sabes? Con Noah fue amor a primera vista— sonrió, como si de pronto se hubiera perdido en el recuerdo— ¿Tú donde conociste al chico?— preguntó de repente.
-Emm...en...—vacilé, mientras buscaba algún lugar ideal— en el avión.
-¿Se sentó junto a ti?—la curiosidad de Millie parecía nunca terminar.
-Mmm...-recordé entonces cuando Noah se sentó a mi lado en el piso del pasillo, reí—algo así.
-¿Quieres contarme?
-No en realidad, no tiene demasiado importancia, Millie. Era sólo un chico atractivo, cuántos mas no hay aquí.
Y era cierto, porque para empezar, Noah sólo era una cara bonita entre muchos otros rostros en toda Venecia y además, no podía inventarme una historia acerca de otro chico sólo por no tener el valor de decirle a Millie que su novio me parecía lo más atractivo desde que había llegado a Venecia. Pero eso en mí no era normal.
-Estoy realmente cansada, Millie. Dime ¿dónde está mi cama?
-Habitación— corrigió ella y luego sonrió—justo allá—señaló hacia la derecha, apuntando una puerta de madera, blanca.
-Gracias. Mañana será un día fenomenal, mañana que no esté cansada.
-Que duermas bien, ____.¡Wow! No puedo creer que estés aquí— lo último pareció que se lo dijo a ella misma—¡Te quiero!
-Y yo a ti. Buenas noches.
Arrastré las maletas hasta el pequeño cuarto que sería mi habitación. Era de tamaño medio, ni tan grande ni tampoco tan pequeño. Ideal para mi. La cama estaba al otro extremo de la puerta, contra esquina; cerca de la ventana, y había un pequeño escritorio a lado derecho y un armario enfrente de la cama y del escritorio pequeño. Saqué de la maleta más pequeña el estuche donde traía mi cámara, y tomé una foto de la habitación. Avente luego las maletas en alguna parte de la habitación y puse con cuidado la cámara en su estuche y lo coloqué sobre el escritorio, estaba demasiado cansada como para ponerme a acomodar la ropa justo ahora.
Me acosté sobre la cama y coloqué las manos bajo la cabeza, entonces me puse a pensar en todo lo ocurrido durante el día, y el rostro que había traído a mi memoria, era tan bello como el de un ángel, pero, un rostro que no me pertenecía. Pero,¿por qué había pensado en el? La idea de que Millie y Noah no se conocía lo suficiente como para decirse "Te amo"; me reí por lo bajo al descubrir que lo que yo tenía ahora era envidia, desde Brandon sólo idiotas habían figurado en la lista de mi corazón, y ahora Millie había encontrado a alguien bueno, y yo le tenía envidia. Volví a reír. Que patético. Pero lo cierto era que detrás de aquella risa burlona había una palpable preocupación, el corazón de Millie no podía volver a romperse por segunda vez en una forma tan desastrosa como la primera. Ahí figuraba mi miedo.
O eso creía yo.
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El manual de lo prohibido||Noah Schnapp y tu
Фанфик¿Alguna vez has deseado algo prohibido? Como si esa cosa estuviera en la lista del "NO TOQUES, NI CONDICIES" pero que cada momento incita más y más a... tenerlo. Adaptada Todos los derechos al autor