Capítulo Cuatro

20 3 3
                                    

ENCERRADO EN SUS SUEÑOS

Alguien traspasó el sombrío velo en el que estaba envuelto, la cegadora luz del sol desvaneció la oscuridad que lo rodeaba. Algo lo sujetó por el brazo y lo sacó con fuerza de la fuente.

Cayó sobre sus rodillas, intentó de tomar una gran bocanada de aire, pero esto solo hizo que tosiera frenéticamente tratando de escupir el agua de sus pulmones.

En la plaza central se habían congregado una gran cantidad de estudiantes que los rodeaban tratando de ver lo que estaba pasando. Los murmullos y risas de los estudiantes no tardaron en hacerse presentes.

– Señor Dyne – Robert Grince, el profesor de idiomas, lo miraba con su típica cara de pocos amigos – ¿Qué demonios hacía ahí? Esto es una falta muy grave al reglamento del instituto.

La manga derecha de su gabardina delataba que había sido él quien lo había sacado de ahí. Se dio la vuelta sin decir ni una palabra más y se sentó en el suelo sosteniendo sus rodillas.

– Lo lamento mucho profesor es solo que... – no importaba que dijera, él sabría que trataba de mentirle – me pareció ver algo brillando en el fondo de la fuente y resbalé tratando de sacarlo.

Su respuesta pareció hacerle gracia a los chicos que espectaban el acontecimiento. El profesor miro hacia la fuente y rápidamente regreso la mirada a Will con un denote de molestia en sus ojos.

– Obviamente esta es una más de sus travesuras. Quiero que sepa que el comité de conducta se enterará de esto – cruzó los brazos enfatizando el enojo que demostraba su rostro – No importa quien haya sido su padre. Una más de sus travesuras y haré todo lo posible por que lo expulsen de esta institución.

A penas William agachó la cabeza, el profesor se dio media vuelta y se marchó.

Todas las cosas a su alrededor se estaban tornando grisáceas y extrañas. No podía evitar pensar en todo lo que había pasado últimamente. Entonces un par de brazos surgieron desde atrás, uno lo sujetaba del torso y con el otro le tapaban los ojos.

– Ey Will, te veo más alto. Cuando te dejé eras un enano...

Su dulce y alegre voz fue fácil de reconocer para William. Se quedó estático un momento e inevitablemente soltó una sonrisa. Se giró por completo, se paró de puntillas para llegar hasta la altura de su amiga y a darle un abrazo. Se aferraba a ella como si su sola presencia lo cambiara todo.

– Estás todo mojado ¿Qué te paso? – dijo ella entre risas mientras se separaba un poco de él.

Sacudió su delicado rostro, agitando los mechones de su largo cabello color castaño. Lo miró intuitivamente con sus ojos color avellana brillante pero sin perder esa sonrisa de su rostro.

– No... no lo sé – Gruñó William interrumpiéndola. En su voz se marcaba un tono de frustración que rápidamente quiso dejar de lado. – Pero... ¿Qué rayos haces aquí Alice? – continuó con gran emoción en sus palabras.

– Ya sabes, el trabajo de papá es complicado y... me transfirieron.

El resto de la tarde pasaron conversando sobre sus vacaciones. Necesitaban ponerse al día de todo el tiempo que se habían perdido. Estuvieron hablando de sus planes y lo que querían para este nuevo año.

William estaba realmente feliz de saber que su mejor amiga ahora estudiaría con él.

Shawn, Will y Alice se conocían desde pequeños. Los tres habían crecido en la misma ciudad y tenían planeado entrar al instituto desde el principio.

Las cosas no fueron como lo habían planeado; Alice desapareció por varios años en un viaje con su padre. Y aunque William y Shawn lo habían logrado, sabía que las cosas no eran lo mismo sin ella. Pero nada de eso importaba ahora que Alice estaba ahí.

Across The MirrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora