Un poco de peligro no me detuvo antes.
Debería haberlo prevenido. Dejar que alguien nuevo entrara en su vida traería muchas consecuencias a su monótono camino. Se lo había dicho a Jack desde el principio, no era su intención socializar. Él era solitario. Pero allí estaba, le había abierto la puerta a un desconocido y lo dejo conocerlo más de lo estrictamente necesario, solo por 'curiosidad'. Hannibal Lecter lo leyó como si de un libro se tratase y, como si fuera el director de orquesta, lo manejo a su antojo. Tan sutilmente que no fue hasta que se dio con la pared, que descubrió el engaño. A pesar de que la alarma de peligro se encendió tras el primer encuentro, no le importo. Al contrario, eso solo hizo aumentar las ganas de conocerlo y dejar que el otro hombre lo descubriera.
Hannibal sí que supo aprovecharse de ello. El apuesto doctor lo manejo de tal forma que el oscuro ser que residía muy en su interior, oculto, saliera por fin de su auto-encierro. Sin duda alguna, el rubio disfruto verlo romperse para, instantes después, levantarse más fiero y salvaje que antes.
Ya había sido seducido por esos hipnotizantes ojos, y un beso por el cual moriría.
Pero sería muy hipócrita y de muy mal gusto echarle la culpa a Hannibal, o en su defecto a Jack. Él pudo decir no y darse la vuelta sin problemas, era un adulto después de todo. No lo estaban obligando a punta de escopeta. Entonces es cuando se preguntaba ¿Por qué no lo hice? Y nuevamente la respuesta aparecía sola: Hannibal Lecter.
Admitir que estaba enloqueciendo por el hombre de ojos cafés, fue un duro golpe a su orgullo. Puesto que, en ese estado, no le importaban mucho las consecuencias que pudiera acarrear un enamoramiento como este. Ni los posibles problemas que derivaran en su trabajo ni el trato con los demás. O ya de plano, donde terminaría su lealtad. Lo único en lo que podía poner su atención era en que deseaba a Hannibal Lecter.
Todo lo que haces, me causa dolor.
Tortúrame con una sonrisa, enciéndeme con tu llama.
Notaba las sutiles y certeras trampas, pero le gustaba el intento del otro por 'hacerlo despertar', era divertido verlo mover (o creyendo que movía) los engranajes de su mente. Su caníbal era muy apasionado cuando quería lograr sus objetivos y eso le encantaba.
(Enciéndelo)El fuego que hay adentro.
(Enciéndeme) Tu cuerpo es el arma esta noche.
(Córtame) Córtame, apuñálame directo al corazón.
No sabes que estoy enamorado.
Por eso, cuando Alana lo llamo y le pregunto por Jack, no dudo un segundo en poner sobre aviso al psiquiatra sobre la nueva situación. Y corriendo apresurado, fue a su encuentro. Tan alterado había estado que no condujo su auto, sino que tomó un taxi. Aunque fue muy acertado, a decir verdad.
La escena que lo recibió, al llegar a la casa del doctor, fue como de película: Alana en la entrada agonizaba por una evidente caída, desde la ventana del segundo piso. La casa se encontraba en un silencio sepulcral, con cosas tiras por aquí y por allá (muy diferente al orden meticuloso que tuvo horas antes, muy probablemente). Un considerado charco de sangre salía de la bodega donde Hannibal guardaba sus mejores vinos. A Will solo le tomo un segundo identificar del otro lado, el celular de Jack tratando de comunicarse con Bella, su enferma esposa. Y, la joya de la noche, fue la re-aparición de Abigail. Al instante entendió que ese era un regalo que, en esos momentos, no podía rechazar. Aunque lo hubiera hecho de buen modo, si en su poder estuviese. Tenían que escapar y esa muchacha los retrasaría sin duda, al menos eso creyó entonces.
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Hannigram (Historias Cortas)
أدب الهواةHistorias de una sola parte e historias algo cortas (máximo 8 capítulos). Desde lo romántico, hasta lo perturbador, sobre mi segunda pareja favorita. Fandom: Hannibal (la serie) Pareja: Hannibal Lecter/Will Graham La serie es propiedad de NBC y Bria...