2 3 d e J u l i o - 1 0 : 0 0 p . m .
Desde la mañana hasta la esa hora, Eddy había estado ordenando todas su cosas y guardándolas en cajas para la mudanza, mañana era el día en que el camión llegaba para recogerlas y moverlas a su nuevo apartamento, por lo que estaba atrasado. En todo el día se había quedado trabajando en su computadora y tomando pequeños descansos para continuar con su jornada laboral.
Desde hace días había estado teniendo un sensación rara cada vez que caminaba a la cocina o se sentaba cerca del armario de su habitación, incluso mientras estaba en el baño, como si alguien lo estuviese observando y su presencia estuviese más cerca de lo que podría estar. Sin embargo, hacía caso omiso a eso, puesto que esas cosas no le pasaban desde que había cumplido los 10 años, cuando se mudó de la horrible casa de su tía. Así que ahora estaba seguro de que sólo eran sus imaginaciones al ver que su casa estaba vacía y dentro de nada se iría de ahí.
Cuando al fin terminó de empacar todo lo que le hacía falta, se dispuso a poner el colchón en el piso y colocarle sábanas para poder irse a dormir. Hasta ese momento se habían hecho las 1 2 : 3 3 p . m . , y cuando estaba a punto de conciliar el sueño, escuchó como en la habitación de al lado movían sus cosas, como si se tratase de alguien moviendo las cajas con utensilios. Se levantó de la cama y se dirigió a la habitación de la que provenía el ruido, buscó la razón que le impedía dormir y cuando finalmente lo encontró, descubrió que era su celular que había estado sonando desde dentro. Lo había dejado ahí por accidente, así que regresó a su habitación y volvió a tratar de dormir, restándole importancia al hecho de no recordar haber dejado su celular dentro de aquella caja.
Al día siguiente el camión de la mudanza ya lo estaba esperando frente a su casa, justo a la hora acordada. Ayudó a pasar las cosas de un lado a otro y se subió en su carro para comenzar a manejar hasta su nueva casa. Pero, mientras se alejaba de esta, ahora desalojada, notó algo raro, que ignoró de inmediato para no hacerse ideas. Una mujer de vestido negro, parada frente a su casa, se despedía de él con una mano, mirando hacia su carro que poco a poco cruzaba la cuadra.
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Después de haber salido a almorzar en un restaurante cercano a su nueva casa, estaba de regreso en esta, terminando de desempacar la caja de los "objetos personales" y acomodando cada cosa que sacaba. Su nuevo hogar era hermoso, tenía grandes ventanas, una sala amplía y dos habitaciones con un baño. Lo mejor para un hombre soltero como él. Los vecinos lo habían saludado muy amablemente y le habían regalado un par de alimentos que le servirían para la cena de esta noche. Terminando de poner todas sus cosas en el lugar que les correspondía, lo último que le faltaba era limpiar. Así que se puso en la tarea de traer los objetos de aseo y comenzar.
Ya para las 3:00 p.m., había terminado todo, o eso creía. Comenzó a recorrer la casa para asegurarse de que todo estaba en orden y al mirar por una ventana vio un pequeño almacén de madera que, recordando, era donde el antiguo dueño guardaba las herramientas. Se dirigió a la pequeña cabañita de detrás de la casa y la abrió con facilidad, pues esta no tenía candado. No había nada dentro del almacén por lo que pensó en poner ahí cosas que no le fuesen muy útil por el momento. Al darse la vuelta y analizar su casa, notó que en una de las ventanas se lograba ver la silueta de una persona sentada que, en cuanto Eddy trató de correr hacia la casa, esta se levantó y desapareció más allá de una de las puertas de las habitaciones. Algo andaba mal, en la antigua casa le había estado pasando lo mismo unos días antes de mudarse, y no era una persona que creyera en lo sobrenatural, pero esto ya era muy extraño.
Luego de aquel extraño avistamiento, regresó a las tareas usuales de sus días de descanso y el día continuó normal, haciéndolo olvidar el tema de la silueta.
Se hicieron las 7 : 1 6 p . m .
La casa de Eddy estaba silenciosa, a excepción de su celular que reproducía un programa de televisión cada noche a las 7:00 p.m. y que él nunca se perdía. Hasta el momento, todo iba bien, se había preparado una cena con los ingredientes que le habían regalado y unos que ya tenía de antes, con lo que había podido comer. Ahora estaba viendo su programa, recostado en el colchón de la habitación que sería la suya y no había vuelto a suceder nada desde lo de la silueta.
Después de unas horas de mirar en su celular, los parpados le pesaban y los ojos le ardían por el brillo del celular. Así que tomó la iniciativa de irse a dormir más temprano que otros días. Se acomodó entre las sábanas, buscó la mejor posición para dormir, y esperó hasta que su cerebro dejara de funcionar.
Ahora se encontraba otra vez despierto, no sabía qué horas eran, pero parecía ser todavía de noche por la tenue luz de la habitación. No podía moverse, ni hablar, sus ojos eran los únicos que parecían tener vida, sin contar el acelerado latido de su corazón. Miraba a todas partes, porque tenía la extraña sensación de que no estaba sólo, alguien más estaba en la habitación, pero, a simple vista, no se veía nada. Trató de moverse, primero obligó sus dedos a moverse, pero estos no hacían caso, y así lo hizo con cada parte de su cuerpo, la presión sobre el pecho de Eddy no lo dejaba hacer nada.
Un susurro.
Un suspiro.
Una mirada.
Unas palabras.
" B u e n a s n o c h e s , E d d y "

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Respira profundo
ParanormalEn medio de la oscuridad, donde tus miedos se apoderan de tu mente y los latidos de tu corazón incrementan, es cuando la presencia que acecha en tu habitación aprovecha para acercarse. Lo desconocido se vuelve aterrador y sabes que ya no puedes esta...