– ¿Enserio quie– ¿Enserio quieres conservar esto? –le señalé la tarjeta de color dorado que tenía en mi mano. Ella sonrió y asintió con la cabeza.
– Claro que sí Justin, es la invitación a tu boda…
– Casi boda –le corregí. Tomé un pequeño sobre y la puse junto a otras invitaciones que eventos anteriores. La coloqué en un costado de la caja, la cerré y me dirigí afuera para pasársela a Ryan. Él junto con Lizz estaban ayudándonos con nuestra mudanza. Así es. No íbamos a mudar. Escuche a Anne llamarme desde adentro.
– ¿Qué hay linda? –pregunté llegando a su lado. Tenía un sobre rojo sobre sus manos. Saco un papel blanco de adentro de él y lo desdoblo para leerlo.
– ¿La recuerdas?
– Claro, yo la escribí, a menos que haya sido un viejo amante que no me entere –me burlé.
– Cállate –río– A decir verdad, yo era tu amante.
– No empieces Anne –ella me miró y sonrió con inocencia. Me senté en una silla detrás de ella y la jale de la cintura para sentarla en mi regazo– ¿Me recuerdas lo que decía? –ella se giró un poco y puso la carta de manera que ambos podamos leerla ¿Cómo olvidarla? Era la carta que le escribí hace unos años cuando ella se enteró de mi compromiso con Katherine. Ryan se la había llevado. Salvando mi trasero igual que siempre.
– ¿Quieres leerla? –preguntó. Volví mi vista a la carta.
“Anne, sé que cometí muchos errores en mi vida, pero créeme cuando te digo que haber estado contigo no fue uno de ellos. Estuvimos juntos poco tiempo, pero solo eso me sirvió para aprender a quererte, a amarte. Porque eso es lo que hago. Te amo, y nada de eso cambio.
Cuando estoy contigo me siento simplemente completo, no puedo estar alejado de ti. Lo único que pienso en el tiempo que no estamos juntos, es en que aremos al día siguiente. Sé que puede sonar cursi pero no me interesa, no ahora.
Cada palabra que te dije, fue verdad. Excepto cuando te dije que no te quería, ni te necesitaba, esas fueron las peores mentiras que dije en mi vida.
Te necesito Anne, y no tienes idea de cuánto.
Sé que me odias y que no quieres verme más. Pero quiero que me creas cuando te digo que te amo y que daría lo que fuera por estar contigo.
Una vez me dijiste que me querías, a pesar de lo infantil y estúpido que era. Si lees esta carta, significa que Ryan salvo mi trasero otra vez, y si todavía sientes algo por mí, quiero que vengas a Italia.
Si, sé que es irónico pedirte que vengas a mi boda, pero si queda algo de esperanza para este infeliz y no es demasiado tarde, quiero que vengas, y que me digas todo lo que sientas. Quiero verte una más, antes de que cometa el mayor error de mi vida, aunque ciertamente, alejarte de mí, es el primero que encabeza la lista.
Te amo, y quiero estar contigo, siempre.
Justin.”
– Que dramático –murmuró bromista cuando acabo de leer.
– Oye, sabes que no soy bueno para escribir cartas –carcajeó. No evite acompañarla– Deja de reírte, estaba asustado.
– Estabas dramatizando –levantó se mi regazo y guardo la carta en una caja. Sonreí mientras la veía moverse con gracia en la sala acomodando nuestras pertenencias ¿Qué hubiera pasado si ella no hubiera venido a Italia para detener la boda?
¿Quieren saber que paso después? Bien, luego de la confesión de Anne, Katherine armo la mejor escena que vi en mí vida. A Anne y a mí nos gritó insultos que jamás habíamos escuchado. Unos minutos después llegó un francés que nos miraba como si algo oliera mal, resulta que él estaba enamorado de Katherine y no quería que se casara. Antes de que me golpeara por ser el novio, le di las buenas noticias. En ese mismo momento los señores Woodgate estaban de regreso. Nunca los había visto tan felices. Se alegraron de ver al francés e inmediatamente lo “obligaron” a casarse con Katherine. Cosa que no hizo falta porque él estaba más que dispuesto a hacerlo, y Katherine también. Se trataba de un ex novio al que jamás olvido. Y las noticias buenas no dejan de llegar; antes de irnos descubrimos a Elizabeth que, prácticamente, le estaba comiendo la boca a Ryan. Era hora de que arreglen sus asuntos.
Katherine se disculpó con ambos, y le dijo a Anne que era muy afortunada de tenerme, y que yo era un gran chico, pero eso ya lo sabemos.
En fin, no hubo desperdicio del salón, ni de la ceremonia. El sacerdote llegó y sí había una boda para celebrar. El francés, su nombre es Alexander si mal no recuerdo, junto con Katherine insistieron en que nosotros cuatro nos quedemos en la boda. Aceptamos y todos aplaudimos ante el Sí, acepto de ambos. Ryan se burló de Kathe y dijo que nunca la había visto sonreír tanto.
Antes de que se fueran, le di a Alexander mi pasaje para la luna de miel que Katherine había planeado en México.
Las cosas realmente no habrían salido mejor si no fuera por el cu.lo de Ryan que le llevó la carta a Anne ese día.
Hoy es un día especial. Anne encontró la casa perfecta que todos podamos convivir juntos, si, exacto, todos. Ryan, Lizz, ella y yo. Nuestros amigos ya salieron detrás del camión de la mudanza y yo espero que Anne termine de armar su bolso.
– ¿Crees que podamos hacerlo? –preguntó algo preocupada. Me acerqué a ella y la rodee entre mis brazos.
– Claro que sí cariño, te encantara limpiar todos los días.
– ¿Qué? –se separó de mí y comenzó a “golpearme” en el pecho. Terminamos riendo y ella amenazó con que no me dejaría ver al bebe si no la ayudaba con las cosas de la casa ¿Qué, no lo mencione? Anne está embarazada de solo cuatro meses. Al igual que Lizz. Supongo que será bueno para ambas convivir juntas, después de todo, somos una gran familia.
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Belong {One-Shot} Justin Bieber
Fiksi PenggemarJustin Bieber y Katherine Woodgate Te invitan a celebrar su boda en Roma, Italia.” ¡Maldición! Si seguía recordando iba a optar por no salir de su cama nunca más. Odiaba a Justin Bieber y su estúpida prometida.' Portada hecha por @lifeinwoodstock'...