*-- Día 3 --*

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Día 3: Compañeros de Crimen

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Lo que estaba haciendo estaba mal, muy mal. Más había dinero de por medio y como dicen el refrán "por la plata baila el mono" y helos a los dos ahí agazapados justo al lado del gran escritorio de manera.

― .... Está bien. Buscare algo, sí será rápido―Los pasos de Roderich al acercarse causo que María apegara más su cuerpo al de Alfred, que se mantenía atento a cualquier movimiento.

Ambos chicos completamente vestido de negro y con pasamontañas aguardaban silencio a la espera que el joven de hebras castañas y lente abandonara el lugar. El chico tomó algunos papeles para salir de una vez.

María soltó un suspiro cuando el chico por fin se fue, Alfred salió de su escondite para mover sus manos ágilmente sobre la laptop que aguardaba en la sala del consejo estudiantil.

― ¿Esto es parte del plan?―Preguntó María posando su mano sobre el hombro del rubio acercándose a ver lo que hacía.

― Sí, necesito entrar a los sistemas de la Institución para acceder a las notas de cada uno de los estudiantes― Ni siquiera volteo a mirarle, sus ojos seguían pegado en la pantalla y sus dedos se movían velozmente sobre el teclado―Será algo fácil, entramos, alteramos las calificaciones de nuestro cliente y ¡boom! nadie se dará cuenta de ello.

― Tengo el presentimiento de que ya has hecho esto antes―Echó en cara ese presentimiento. Alfred dejó de lado lo que hacía para soltar unas risas divertidas.

― Quizás sí, tal vez por eso este más al tanto de TODO lo que pasa aquí― Hizo con su mano un circulo en el aire, dando a entender que era "todo"

―¿Quién te crees?¿Anonymous?―Bromeó de espaldas al chico viendo de cerca la sala donde estaban.―A todo esto, espero mi plata. Acá los dos estamos arriesgando el pellejo.

―Yo no lo creo así, sí alguien nos llega a cachar. Diré que tú me amenazaste para hacer eso― María le metió un lepe ― Con violencia a base de golpes duros y psicoterror.

― ¿Me trajiste para hacer tu plan "b"?― Se cruzó de brazos ofendida. Alfred negó con la cabeza.

― Claro que no, te traje para algo mucho más importante.... vigila que nadie entre, plis―Le señaló la entrada que mantenía la puerta cerrada.

― Te estaré vigilando a ti también ¿Escuchaste?― Colocó una mano sobre el escrito y con la otra levanto el mentó del rubio para que le viera de cerca.

Alfred tragó grueso, esos hermosos ojos color jades causaron que un trillar de sensaciones le asaltaran. Se sentía atrapado frente a ese gran paramo de montañas reverdecidas.

María se alejó y la magia se esfumó, la chica tomo una de las sillas que se acomodaban al redor de escritorio para sentarse de brazos cruzados con vista fija sobre la puerta con cierto deje de aburrimiento.

Jones acomodó sus gafas empujando con sus dedos el borde de éstas, dejándola en su lugar. Sus orbes viajaron hacia la chica de largas hebras castaño oscuro, dejó escapar un suspiro de sus labios.

 En verdad, Páez lo tenía en un caos interno.

Por más que intentara no verla de otra manera ya su corazón parecía pasar por alto las órdenes que su cerebro y cordura querían dictar. ¡Estaba mal generar algún tipo de sentimiento hacia ella!

Sin embargo... ellos ya estaban ahí, anclados sin ganas de desaparecer. Quizás debía hacer algo para comprender qué era lo que en verdad pasaba.

Él y yo;  yo y ¿Él? | Week²⁰²⁰ UsaVene  《Latin Hetalia》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora