Él y yo; yo y ¿Él? | Week²⁰²⁰ UsaVene 《Latin Hetalia》

*-- Día 6 --*

Aclaratoria: Relato ubicado en el universo del día 1, al igual que el día 2,3 y 4. 

Celos: ¿Algo entre tú y yo?

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En medio de la practicas de beisbol ambos, tanto ella como él podían congeniar de tal manera que parecía que jugaban juntos desde ya mucho tiempo.

La pelota fue lanzada con fuerza y no tardó en ser recibida, para ser devuelta con la misma intensidad. María acomodó uno de los cortos cabellos sobre su frente perlada de sudor sin evitar ocultar la sonrisa en sus labios cuando Alfred intento agarrar la pelota y esta pasó de largo rozando levemente el guante.

― Ay cielito, estás distraído. A si no funciona chamo, el juego consiste en que la atrapes no que la dejes pasar de largo― Soltó divertida con una de su mano sobre la cintura.

― Tú la lanzaste mal― Le lanzó la bola con fuerza a la chica que no falló en atraparla. ― ¿¡Por qué rayos no fallas?! ― Hizo levemente un berrinche extendiendo sus brazos al aire.

― Porque soy fenomenal, mi rey― Se mofó moviendo su corto cabello de manera divas.

El equipo ya se había acostumbrado a la rara relación de amistad que esos dos llevaban, en un principio perro y gatos; y hoy en día hasta amigos se les podría decir. En un principio le pareció de lo más extraño, el chico nuevo se dirigía de lo más cariñoso con la mayoría de los miembros del equipo, que se fueron adaptando a esa jocosa personalidad mientras con Jones parecía que tan sólo mirarle se le revolvía el estómago. En cuanto a Alfred ya hacía tiempo que jugaban con él, pero, les tomó por sorpresa cuando el año pasado tenía dicho que no fugaría en el equipo y helo ahí hoy en día. Aunque el entrenador no le puso fácil su reintegración. Por eso hacia lo posible para superar por completo al novato que entró.

Corría el rumor que ese chico había sido el motivo de sus ganas de volver al beisbol. Pueda que ese rumor no esté muy lejos de la realidad, aunque en sí no era chico sino chica.

― Páez necesito hablar contigo― Llamó el entrenador. El hombre de mirada pesada esperaba a unos pasos donde ellos hacían práctica. La chica asintió rápidamente lanzándole la bola a Alfred que la vio partir retomando su lanzamiento con otro chico del equipo.

En la gradas desde lo lejos unos ojos observaban todos con suma atención, tenía tiempo que lo hacía, agarrado esa costumbre. Soltó un suspiró desganado cuando el moreno se marchó con el entrenador. Le interesaba saber más sobre ese chico y aquella aura misteriosa que le rodeaba, aun no estaba muy convencido con las palabras que Alfred le dijo después aquel incidente en los vestidores.

Entre la habitación de paredes blancas de la enfermería se encontraban dos chicos, uno de ellos en perfecta salud tratando de explicarle algo a otro que contenía una bolsa de hielo sobre su sien. Desde hace 5 minutos ambos estaban solos luego de que Mario se había ido.

― Al, necesito que seas sincero ¿Te gustan los chicos?― Las enérgicas palabras que salían de Jones se fueron apagando luego de escuchar lo que el otro había preguntado.

― ¡No! claro que no― Movió su cabeza frenéticamente tratando que el otro se desasiera de esa idea. Más el chico soltó un suspiro posando una mano sobre el hombro de Alfred.

― Alfred te vi besándote con un chico, sé que puede ser difícil admitirlo. Pero confía en mí, somos como hermanos. Qué otra explicación más que esa puede haber, ante lo ocurrido ahí en los vestidores, Al― Jones quedó con la garganta seca. En verdad quería negar todo aquello que ciertamente no era cierto, tampoco quería mentirle a él. Pero había prometido no decirle a nadie sobre María y su pequeño secreto. Tragó grueso ante aquella encrucijada.