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— Veo que alguien tiene una mala mañana — TaeHyung bromea cuando ve entrar a Jimin a la estación, encorvado y de mal humor.

Luego que se trasladó a la unidad de crímenes sexuales, TaeHyung no tardó en seguirlo. Ambos habían hecho una buena dupla mientras trabajaban en homicidios, y a pesar que Tae no quería tomar el examen para ser sargento, se sentía bien siguiendo a Jimin hacia donde iban. Ambos se habían complementado muy bien y en el tipo de trabajo en el que estaban, eso era muy valioso.

— ¿Otra mala cita? — TaeHyung le sirve un café de la cafetería de la estación.

— Era un idiota, ni siquiera sé por qué lo sigo intentando.

Jimin definitivamente sabía porqué lo seguía intentando. Era su forma de tratar de sacar a JungKook de su cabeza. Desde que habían terminado su extraña relación, estuvo un tiempo solo, antes que se arriesgara a empezar a ir a citas. Inevitablemente a todos los comparaba con el misterioso hombre, y terminaba siendo un desastre. Nadie lograba la atracción que JungKook logró. Estaba condenado a estar solo.

— Chicos, vengan todos aquí — El capitán los llamó a su oficina, y todos los miembros de la unidad se acercaron. — La chica del caso es la hija del fiscal del distrito, así que necesito que todos hagan un buen trabajo.No podemos permitirnos hacer ninguna falla o todas nuestras cabezas rodarán.

Jimin desde su lado apretó los puños enojados.Odiaba cuando en un caso estaba involucrado alguien de mayor rango que ellos, siempre le daban la charla de "No comenta ningún error". No tenían porqué hacer eso, se suponía que independientemente de la persona, siempre debían dar lo mejor de ellos y evitar cometer errores. Detestaba el privilegio.

— Disculpe, capitán — Entra a la oficina un oficial. — Ya comenzaron a llegar los sospechosos.

Desde ese momento comenzó oficialmente su día. Cada uno de los integrantes de la unidad, se dividieron todas las salas de interrogación y comenzaron a hablar con todos los asistentes de la lista de invitados, usando las vagas descripciones que la víctima dijo. A cada uno le pidieron el ADN para ver si coincidía con el que habían recogido de la escena del crimen.

Jimin recién había terminado de hablar con otro sospechoso cuando se le acerca Niel. — Sargento, hay un testigo que vino con prisa y está pidiendo si lo pueden interrogar ahora.

Jimin suspiró y asintió. Siempre pasaba eso, sabía que el proceso era largo y que todos tenían vidas, pero nunca le dejaba de molestar cuando tenían situaciones así. Accedió y le dijo a Niel que lo dejara entrar a la sala en la que estaba él. Minutos más tarde lo ve.

Jeon JungKook. Frente a él como si nada. Con su estúpida sonrisa.

— Vaya, veo que el detective Park cambió de estación — JungKook se sentó frente suyo y lejos de sentirse ofendido, Jimin no evitó reír.

— Es sargento Park ahora.

— En ese caso, felicidades por el ascenso — JungKook alza una ceja y se inclina sobre la mesa, apoyando los codos sobre ella. — ¿Qué te gustaría de regalo?

— Saber qué sucedió en la fiesta de ese club — Jimin no pierde el ritmo y también se inclina sobre la mesa. Ya no era ese tímido detective del cual aprovechó de tocar en su primer interrogatorio. — ¿No me digas que fuiste a una fiesta sin mi?

— ¿Celoso? — JungKook sonríe y relame sus labios. — No era una fiesta importante, uno de mis socios estaba de cumpleaños y deseó hacer un gran evento, si me preguntas, tenía muy poca clase.

— Mmmh, lo sé, fui a ver el club — Jimin se levanta y camina por la habitación, sintiendo la mirada de JungKook sobre él. — Bueno, no sé qué hago interrogándote. El sistema ya tiene tu ADN, si hubieras estado en la escena del crimen, el ADN te hubiera delatado.

Jimin se gira y apoya su cadera contra la mesa. Tal como lo hizo la primera vez que se conocieron.

— ¿Qué? ¿Ya te quieres deshacer de mí? ¿No crees que puedo tener algo interesante para decir, sargento Park?

Jimin observa como la mano de JungKook camina hacia sus piernas y lo detiene. Sostiene su muñeca y se inclinó para quedar frente a él. — ¿Tienes algo que me interese?

JungKook mira sus labios por unos segundos, antes de subir la mirada y encontrarse con sus ojos. En su boca se posa una sonrisa suficiente. — Sé de unos policías que estuvieron en la fiesta que no se registraron en la lista.

Jimin afloja el agarre y esta vez mira a JungKook con un interés más allá del coqueteo, por primera vez se puso en modo detective al cien por ciento.

— ¿Los conoces?

— Dame una cita.

Jimin bufó. Se había olvidado el talento que tenía JungKook para desviar los temas de conversación, siempre parecía querer dejar en claro que él tenía el control entre ellos dos, y aunque odiara admitirlo, le fascina la idea.

— ¿Qué?

— Dame una cita y te prometo que todo lo que salga de mi boca, será completamente tuyo.

Jimin muerde su labio inferior ante la tentadora idea. Mierda, todo de JungKook era tan tentador. Había pasado años con el fantasma del hombre y nunca lo había podido olvidar, no sabía si estaba dispuesto a dejarse llevar por él.

— ... Está bien, yo te llamo — Jimin se aleja de la mesa y por ende de JungKook, mientras que este se levanta.

Al ver la altura de JungKook, Jimin pasa saliva. Este hombre buscó la forma de hacerme más irresistible, su cabello negro había crecido un poco, se las arregló para tener un físico mucho más trabajado y atrayente. Sin mencionar la atracción innata que sentía hacia su belleza.

— Nah, cambié de número ¿sigues manteniendo el mismo? — Jimin asiente. — Yo te llamo... Sargento Park.

Y como tan pronto vino, JungKook se fue. 

To the limit #2 →kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora