05

6.7K 821 37
                                    

Jimin entierra su rostro entre sus brazos, buscando un poco de relajo entre ellos. Estaba tan harto del caso. Tenían a un sospechoso probable, la víctima lo había identificado luego de escuchar su voz, incluso pudieron comprobar que el hombre había asistido a la fiesta, pero a pesar de ello todavía habían problemas legales, problemas técnicos que lograban hacer todo el proceso más lento.

Con TaeHyung pudieron encontrar a un fiscal digno, Min YoonGi, el hombre sabía hacer su trabajo y apenas supo del caso, le interesó trabajar en ello. Pero de todas formas, la defensa del oficial acusado logró ser buena y en este momento se encontraban en medio de una batalla legal que esperaba que Min ganara.

— ¿Otro trago? — Alzando la vista, se encuentra con el barman y asiente.

Se encontraba en Station One, al igual que siempre lo hacía luego de un día difícil. Necesitaba algo de distracción y no había nada mejor que ahogar un poco de sus preocupaciones en alcohol. Con el vaso de Ron y Coca Cola, tomó un sorbo hundido en sus pensamientos, hasta que una voz lo interrumpió.

— ¿Día difícil?

— Sí, ¿tú igual?

— Sí.

Jimin ríe ante el déjà vu, se gira para ver a JungKook sonreír a su lado mientras tomaba asiento junto a él.

— Un whisky, por favor.

Durante los primeros minutos estuvieron en silencio, bebiendo y consolándose con la compañía del otro. Hasta que Jimin se quebró, necesitaba hablar con alguien y en ese momento, JungKook era la mejor opción.

— A veces me pregunto si escogí mal mi profesión, cuando tengo todas las pruebas y las entrego a la fiscalía, por alguna mierda legal, algún vacío todo se va al carajo, creo que ya perdí la cuenta de todos los bastardos que se supone que deben estar con cadena perpetua, pero andan sueltos en la calle — Jimin dice primero, aunque sabía que no era el mejor tema de conversación con Jeon, era lo único en lo que podía pensar. — En vez de cumplir con la ley, a veces es mejor cambiarla.

— Créeme, los políticos son una mierda peor que la policía — JungKook da un sorbo a su bebida. — Entraste a la policía con la idea de hacer todo mejor, pero aquí estás, dándote cuenta de lo crudo que es la realidad... Ahora multiplica ese sentimiento por mil, eso sentirías si quisieras hacer un cambio a la ley.

Jimin sonríe sin ganas sabiendo que era verdad, la corrupción era mucho peor en las élites políticas, que en las fuerzas policiales.

— Solo... Odio encontrarme en casos con policías de este tipo, cuando pasó lo de mi unidad anterior, pensé que sería la última vez que vería un caso de tan cerca pero, ¿sabes que el violador era un policía de mi estación? —Jimin suspira. — Por lo menos no era de mi unidad, pero aún así... Tan cerca.

— Los policías corruptos nunca van a dejar de existir, Jimin — JungKook bebe otro poco de su trago, casi vaciándolo.

— Lo sé — Se encoge de hombros resignado. 

— Pero tú puedes dejar la policía para alejarte de eso...

Ambos se quedan en silencio. Jimin miró de reojo a JungKook, a pesar de todos esos años se sentía igual. El estar cerca de JungKook era electrizante, podía sentir sus manos picar por querer tenerlo cerca, podía sentirse atraído con solo mirarlo. Y sabía que JungKook se sentía exactamente igual. Los dos estaban tan atraídos por el otro, que tarde o temprano tendría que haber un punto de quiebre.

— Sabes que no haré eso.

JungKook bebe el último poco y mira el vaso vacío de Jimin, ignorando por completo la última parte de su conversación. — ¿Te llevo a casa?

Jimin sonríe. — Por favor.

JungKook se ofrece a pagar su cuenta y Jimin no se quejó, solo lo esperó para ir hacia el auto. Como lo había hecho tantas veces antes, JungKook le abre la puerta y lo deja entrar primero, para luego seguirlo. Al momento que escuchó la puerta cerrar, se gira a mirar a JungKook y siente los brazos de él en su cintura acercándolo. 

Jimin quería derretirse entre ellos, no sabía que tenía Jeon, pero lograba que se sintiera tan seguro en su agarre. Pero no podía seguir así.

— No... JungKook, no.

El hombre se queda quieto por unos segundos, asombrado por su reacción, pero a pesar de ello lentamente lo suelta.

— Si hacemos esto, nunca podré olvidarte — Su voz fue baja y apenas se escuchó, débil pero con convicción. No podía ceder a lo que pasaba entre ambos. 

— Está bien — JungKook se aleja por completo. — Pero Jimin, sabes que siempre puedes buscarme.

En silencio lo dejó en su casa.

To the limit #2 →kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora