☆ Día 10 ☆

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Último día! Espero que os guste, creo que el resultado es bastante bueno

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Último día! Espero que os guste, creo que el resultado es bastante bueno.

Era un día de temática libre y el tema que he elegido ha sido Poesía.

Disfrutadlo <3




Akaashi Keiji tenía el don de la palabra.

No cabía duda que había nacido con una facilidad para hablar y escribir muy superior a la de los demás. Y no solo era su forma de comunicarse oralmente, sino cómo incluso con sus gestos y expresiones, dejaba a todo el mundo prendado de sus palabras. Podía estar contándote la mayor gilipollez del mundo y seguramente lo diría de una forma en la que acabarías dándole la razón en lo que sea que te estuviera diciendo.

Pero si hay una cosa cosa que se le da mejor que hablar esa, es escribir. No por nada es uno de los autores más reconocidos de Japón y cuenta con libros traducidos en treinta idiomas y unas cinco adaptaciones al cine de algunas de sus novelas. Sí, básicamente vive de los mundos que crea y de los sentimientos que plasma en cada hoja.

Justo por eso sabe lo frágiles que pueden llegar a ser las palabras y cómo uno aprende a mirarlo todo con ojos de escritor para sacar el máximo de lo que le rodeaba. Hay veces que le preguntan cómo lo hace, y él solo responde que hace mucho que lo ve como un juego en el que las palabras son las pistas para formar un mapa que le lleve al tesoro que tanto ansía. Otras, cuando está algo cansado, admite que lo hace porque ha llegado un momento en el que no puede parar y en el que sus dedos se mueven solos ansiando crear algo nuevo. Que no sabe muy bien cómo acaba con tan buenos resultados, solo que algo le quema desde dentro gritándole que se siente enfrente del ordenador a escribir lo que sea (aunque ni quiera tenga ganas de hacerlo) porque necesita contar algo que no sabrá qué es hasta que termine de escribir.

Hay veces, como le ocurre últimamente, en las que no es consciente de lo que ha escrito hasta que lo lee después. O en las que ve representaciones de sus obras de teatro que consiguen crearle un nudo en la garganta como si no fuera él mismo el que las ha escrito.

Por eso, también es que sabe que es tan bueno en lo que hace porque simplemente se sienta y deja que todo siga su camino; porque no se rompe la cabeza en busca de crear la obra perfecta, sino que trabaja desmenuzando todo para que cada pieza que la conforma sea igual de brillante que el resultado final. Y cuando conoció Bokuto, fue consciente de qué era lo que se le escapaba de los manos y que ni siquiera había tomado en cuenta.

Nunca había escrito sobre el amor.

Sí que leía bastante sobre él, pero nunca había sentido la necesidad de tratar ese complejo sentimiento. Puede que por miedo a no conseguirlo (aunque él, de hecho, siempre había sido muy lanzado a probar cosas nuevas) o puede que por temor a descubrir entre las palabras que escribe algo que se empeña en ocultarse a sí mismo constantemente.

"Enamora a un poeta y no morirás jamás"

¿Solo eran ellos los que podían amar con tanta intensidad? Él había tratado con muchos y a todos los describiría como personas sumamente enamoradas de la vida.

¿No era él igual? ¿Qué les hacía a ellos tan diferentes? Él también querría escribir de una forma que llegara al corazón de otros con versos. Él también quería moverse entre rimas, anáfora y metáforas igual de fácil como ellos lo hacían ver.

Si la poesía era el genéro que más se le resistía, ¿decía eso que no era alguien que amara con la intensidad que ellos aman, que no era tan bueno como todos decían o que tenía que aceptar que uno nunca podría dominar al completo las palabras?

Porque es que Bokuto conseguía dejarle mudo. Se le olvidaba incluso hablar cuando le tenía cerca y, encima, sus dedos le traicionaban y ya no querían escribir; sino recorrer el cuerpo del contrario como si acariciaran la primera edición recién impresa de un nuevo manuscrito: con miedo a dañarlo y con todo el cariño del mundo. Como viejos amigos que se encuentran tras un largo camino.

Era un problema: ¿amaba tanto que no sabía describirlo o no amaba lo suficiente como para ser capaz de convertirse en poeta? ¡Si hubiera sabido que le ocurriría esto, habría leído mucha más poesía! A lo mejor bebiendo de lo que otros escribían, aprendía sobre el arte de hilar las palabras en una telaraña de encrucijadas de versos y sentimientos a partes iguales.

Y ahora, ¿qué debería hacer?

Porque Bokuto, desde su punto de vista, solo se merece ser amado como sabe amar un poeta.

Así que, si él todavía no podía escribir un verso sin perderse en sus divagaciones sobre la sonrisa del bicolor y ese cosquilleo que le trepa desde la punta de los dedos de los pies hasta el pecho... bueno, al menos trabajaría duro hasta ser capaz de hacerlo y devolverle en estrofas todo el amor que siempre le regala en besos.

BokuAka Week 2020 *.✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora