V: Contigo descubrí que la soltería.

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Sasuke Uchiha había decidido que no se casaría nunca. Y ni podría estar en pareja jamás, solo en su soledad era feliz. Le parecía genial.

Después de todo, restablecer el clan no consistía en ir repartiendo hijos, si no, en prosperar las enseñanzas Uchiha al resto del mundo, recordarle a los demás que ahí, aún quedaba un chico con el apellido, que aún existía.

Pero, en sus planes siempre se imagino caminando solo, para entrenar, con amigos acompañado. Sí. Pero jamás creyó que alguien podría hacer latir su absurdo corazón ocasionando en él un interés amoroso.

Posiblemente una de las cosas que esperaba para iniciar el día, no era tener que estar esperando a Kakashi —algunas cosas nunca cambiaban—, porque justo el hombre y su posiblemente, gran, ascenso le impediría pasar tiempos con sus "queridos y preciados estudiantes". Sasuke sentía en el aire que las intenciones de Kakashi no podían ser exactamente buenas. Qué cosa que tenía que ver con ese hombre y dejarlo esperando horas, podría ser bueno.

Solo parecía una mala jugada algún ser maligno, que parecía manejar las acciones de todos —cuanta maldad podría tener ese ser, cuerpo pequeño, maldad grande—, cómo para hacer que el resto de los chicos estuvieran demasiado concentrados en una conversación.

¿Sasuke, te acuerdas cuándo...Ah, verdad, lo siento. Tú no estabas. —le había dicho Naruto, luego del incómodo silencio, solo pudo rascarse la cabeza y seguir hablando con los otros dos.

Era en situaciones así, cuando el equipo era “Equipo 7 + Sasuke”. Terrible manera de empezar el día. Sin embargo podía con eso, sobre todo cuando el sol parecía estar ardiendo sobre sus cuerpos. Claro, que también podía soportar la sonrisa burlona de Sai.

No, en realidad no podía soportarlo. De todas las personas él se tenía que enterar de su catástrofe de sentimientos, aunque siendo objetivos, había sido él quien inicio todo esto, con su pintura. Pero no era culpa suya, que Sasuke pensará en Naruto.
Kakashi también ya tenía una idea.

Un sudor frío recorrió a Sasuke de pronto. Esos dos no podían traicionarlo así de pronto.

—¡Hola chicos! Disculpen la demora, me perdí en el sendero de los enamorados. —sonrió, guiñando un ojo hacia Sasuke.

Nadie más pareció ver aquel mini segundo de extrañeza. Atentamente todos escucharon el maravilloso recorrido que les esperaba, y notaron como el lugar de estar esperando cuatro horas, pudieron haber recorrido la villa y encontrase por ahí. A veces Kakashi no era muy específico con sus cosas.
Sakura tomó del brazo a Sai, perdiéndose en una de las tantas tiendas, quizás en busca de un nuevo artículo de pintura para hacer algún regalo, mientras Kakashi se había manchado por un lado, solo con su libro en busca de lo qué sea que estaba buscando.

Mientras que Naruto y Sasuke quedaron a cargo de la comida. Sasuke presentía como todo en la lista del rubio sería ramen, ya lo podía imaginar, todos comiendo ramen con cansancio mientras Naruto gozaba de repetir platos.

—No vamos a comprar solo ramen. —alegó antes de que pudieran comenzar a caminar. — Es nuestra última salida en equipo, debe ser buena no tonta.

—Ay, Sasuke. Eres un aburrido. —se quejó. — Pero ya que estás. Un poco de lo que le gusta a cada uno. ¿Esto estaría bien, no?

El Uchiha asintió.

Eso de estar de compras con Naruto, había sido una de las cosas más raras que creyó poder hacer después de volver. Verlo negar cada que intentaban elegir una verdura. Asombrarse por los nuevos sabores que comidas poco usuales en su menú personal. Era, también una experiencia agradable, linda y simple. Fue como gozar de la cosa más normal, como si se tratara de algo extraordinario.

Naruto le daba la sensación de que la vida era siempre una cosa fantástica, pese a hacer lo mismo que el día anterior, sabía cómo hacer de una rutina una cosa nueva.

Quizás no estaba mal imaginarse como el último Uchiha al lado del más lindo Uzumaki. No, nada mal.

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