Epílogo: No es tan genial como parece.

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Sakura estaba concentrada mirándolo seriamente de brazos cruzados. Qué manera tan brusca de darse cuenta de lo inevitable.

Sí. Todos lo sabemos, la pregunta es, ¿Naruto lo sabe?

Sasuke se estaba replanteando su discreción. Todos en el equipo sabían que tenía un interés amoroso en Naruto. Solo faltaba que toda Konoha lo supiera, es más. El mundo.

—Debes decirlo. No tienes nada que perder, Sasuke. —le decía Sakura.

Claro, ella lo hacía ver fácil. Porque no era ella quien se iba a confesar al tipo menos esperado, y podría salir con un rechazo y una fuerte pérdida de dignidad y orgullo. Sasuke negó con la cabeza, pasando por el lado de ella. Habían pasados cuatro días desde que habían salido en grupo. Ahora entendía la insistencia de la chica de estar acompañada de Sai, dejando espacio para ellos dos.

—Ni siquiera sé cómo decirlo de todos modos. —susurró.

—¡¿Qué cosa no sabes, Sasuke?! —exclamó Naruto emocionado, quien había saltado desde un techo sorprendiendo a los otros dos. Había estado corriendo de pequeño amigo; Konohamaru.

El Uchiha se sintió como un gatito arrinconado, por alguna especie de ratón, los poquitos centímetros que le gana a Naruto, le parecían tiernos. Con el ceño fruncido, estaba listo para responder alguna cosa tosca y que molestará al otro. Sin embargo, Sakura apoyo una de sus manos en el hombro del chico pálido, sonriendo hacía Naruto.

—Estabamos hablando sobre el atractivo de los chicos y chicas. —señaló, alzando los hombros. —Claro, dije que lo bonito de Ino era su cabello. Sin miramientos. Belleza es belleza. —comentó para motivar al Uchiha.

Naruto abrió sus ojos azules asombrado. Tragó saliva, dirigiendo toda su atención hacía Sasuke. Este sintió como un escalofrío le recorría de pies a cabeza.

—¿Y qué dijiste cuando te preguntó, de mí, Sasuke? —interrogó el rubio. — Ya veo, dijiste que era feo. No digo que sea mentira, de ver–...

—Sonrisa. —interrumpió. Estaba rígido en su lugar y su corazón se estaba acelerando, sin embargo, mantenía una cara aún sería, una imagen del pequeño Sasuke, cuando se avergonzaba.

—¿Sonrisa?

Sakura abrió los ojos, alejándose lentamente. Mientras desenvolvía un chicle. Qué bonito era lo bonito, iría con Sai a compartir.

—Si alguien me pregunta algo atractivo de ti, diría sin dudar: tu sonrisa. —explicó.

—Eso es muy lindo, ¡De verás! Qué inesperado. Y yo que creía que eras un pesado.

—Naruto. —volvió a interrumpir. — De verás, me gusta tu sonrisa. Me gustas tú. Tienes algo raro, que me hipnotiza, que me hechiza. Antes creía que la soltería era genial, pero cuando te veo. Pienso que no es tan genial como parece.

Ahora mismo Sasuke estaba listo para irse de Konoha. Le pediría a Kakashi una misión para toda la vida, en un lugar donde nadie conociera su nombre. Empezaría a vivir como Kesusu del Clan Papilla. En realidad no, eso no, estaba divagando y corriendo en círculos en su mente. Sus piernas no querían moverse, pero él ya estaba llegando a la frontera en su imaginación.

—Esa es la manera más linda que pensé que podrías confesarte. —habló por fin Naruto. — Entonces. ¿Debo decir qué sí?

—¿Creo?

Naruto soltó una risa.

—¿Qué es monalisa?

—Una larga historia, que tiene que ver con Sai. Espera, ¿Cómo sabes eso? —el rubio alzó los hombros. Sonriendo y derritiendo al otro de puro amor.












FIN.








N/A: Lo sé, está era una historia corta. Qué inicio junto a otras tantas (no tan cortas) una madrugada en la que estaba intentando hacer edits y portadas, para ver qué onda, mientras escuchaba, al hacer esta, Monalisa de Alkilados.

Gracias por leer💕

MONALISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora