"¿por qué debería tener relaciones contigo?" es todo lo que logra decir Frieren.
"¿por qué no debería tener relaciones conmigo?" responde su aprendiz con una inmediatez tan exasperante como desconcertante.
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Veintinueve años después de la muerte del Héroe Himmel en el Gran Bosque de Sanft de las Tierras del Norte
ーSeñorita Frieren, ¿pasa algo?
ーNo ーmurmura Frieren mientras aprieta el brazo alrededor de la cintura de Fernー No pasa nada malo en absoluto...
Sin embargo, puede percibir la persistente preocupación de su aprendiz en la forma gentil en que apoya sus manos sobre los brazos de Frieren.
Ella también puede entender por qué Fern estaría preocupada. Porque cuando toca a Fern, generalmente es por algo: para darle calor, consolarla, o cuidarla. Pero esta vez no hay nada que Frieren quiera particularmente; nada que necesite específicamente.
ーSolo me alegro de que existasー suspira mientras entierra su nariz en el hueco del cuello de la más joven e inhala el familiar aroma de lavanda y tomillo.
Y, por supuesto, Fern lo entiende: entiende todo lo que Frieren dejó sin decir, de esa manera elegante y hermosamente competente con la que entiende todos los silencios de Frieren.
Ella responde sin palabras, a su vez, inclinándose sobre sus talones y sentándose en el abrazo de Frieren.
ーEsta es la primera vez que me toca desde que me besó debajo de ese árbol ーobserva Fern en voz baja.
ーBueno, no pensé que tendría que tomar la iniciativa ーresponde Frieren en tono de bromaー No después de todos esos pronunciamientos que hiciste sobre el uso de tácticas deshonestas.
ーPerdí el valor... ーmurmura Fernー Empecé a preocuparme por si haría algo que odiaría. Sobre todo porque nunca ha reaccionado a nada de lo que he hecho...
Ah… eso explica por qué sus caricias no perduran tanto en estos días, se da cuenta Frieren.
ーMe gusta cuando me tocasー afirma con sencillez. ーMe excita cuando lo haces.
ー¿En serio? ーFern parpadea mientras se da la vuelta para mirar a Frierenー ¡Pero si nunca me ha dado una señal! ーexclama consternada.
ーFern ーresponde Frieren con recato y un piadoso chasquido de la lenguaー mi maestra me instruyó en las artes de la seducción. Además de enseñarme a lanzar un beso, también me enseñó a hacerme la difícil.
La mirada de absoluto enojo en el rostro de su aprendiz ante esta afirmación es tan adorable que Frieren se encuentra inclinándose hacia adelante y cubriendo los labios de Fern con los suyos.
