Cuando Connor dijo que íbamos a irnos lejos, jamás imaginé que sería a la otra punta del mundo.
-¡ESTO ES SIDNEY SEÑORES!- gritó bajando del avión.
Le di la mano a Luca para ayudarle a bajar las escaleras y fuimos a recoger las maletas. Cuando salimos del aeropuerto un taxi nos estaba esperando para llevarnos a la que iba a ser nuestra nueva casa. El camino duró unos 20 minutos ya que el aeropuerto estaba a las afueras, pero no se hizo nada largo. Pasemos por el famoso puente de la Bahía, en ese momento entendí por qué era tan famoso, era realmente precioso. Antes de lo que esperaba, el taxi paró. El taxista se giró, era la primera vez que me fijaba en como era ya que cuando me monté al taxi estaba demasiado nerviosa como para fijarme en él. Tendría unos 40 años, pelo castaño y ojos oscuros.
-Hemos llegado- dijo con una sonrisa.
-Muchas gracias, señor- le dijo mi tío pagándole lo que había costado el viaje.
Cuando bajé del taxi, me quedé sorprendida al ver la casa. Era grande, blanca y gris y con césped por fuera. Por dentro era muy espaciosa, al lado derecho habían unas escaleras que subían a las habitaciones y a un aseo, y enfrente de la puerta había un pasillo que daba a la cocina. Al lado de la cocina había una sala de estar, y al otro lado el salón.
-Bueno chicos, sé que no es la mejor casa del mundo pero es la mejor que encontré, y bueno, la vi muy familiar...
-¿Bromeas?- no le dejé acabar. -Esta casa es genial, y es perfecta para empezar de cero.
-Eso espero. Venga, vamos a dejar las cosas y a llenar un poco esto, ¡esta muy vacío!- gritó extendiendo los brazos.
Subí las escaleras con una maleta en cada mano y mi hermano detrás de mí. A la derecha habían dos habitaciones, una a mitad del pasillo y la otra al final, y a la izquierda estaba el aseo y otro dormitorio.
-¿Con qué habitación te quedas, pequeño?
-Con esa- dijo señalando a la que estaba en la mitad del pasillo.
-Vale, pues entra y ordena todas tus cosas, yo voy a ordenar las mías.-dije dirigiéndome hacia la que estaba al final del pasillo.
Entré en la habitación, la cama estaba al lado derecho. Habían dos mesitas de noche, una a cada lado de la cama. En el lado izquierdo había un gran armario, y al fondo una ventana. Dejé las maletas encima de la cama y fui a la ventana, la abrí y miré para abajo. Mi habitación daba a la calle principal, justo donde nos había dejado el taxi. Se podían ver todas las casas de la calle donde ahora vivía. También se podía ver a lo lejos algunos edificios, supuse que serian el instituto y alguna que otra oficina. Saqué la ropa de la maleta, la ordené toda en el armario, me puse unos leggins negros, una camiseta ancha gris de un grupo de música y unas converse y bajé a la cocina donde estaba mi tío.
-Supongo que no habrás traído nada de España para cenar, ¿verdad?- le pregunté a mi tío.
-Lo intenté pero en el aeropuerto no dejaban entrar comida- bromeó -Voy a pedir una pizza.
Asentí y fui al salón, me senté en el sofá donde estaba mi hermano viendo los dibujos animados. Pude oír desde ahí a mi tío hablar por teléfono pidiendo las pizzas. A los 10 minutos llamaron a la puerta.
-Elena, ¿puedes abrir tú? -gritó mi tío desde la cocina
-Claro -dije levantándome del sofá y dirigiéndome hacia la puerta.
Abrí la puerta y me encontré con los ojos más bonitos que jamás había visto. A pesar de que iba ridículamente vestido, con una gorra roja, aunque ni hiciera sol ya que era de noche, y una camiseta y pantalón de color rojo y blanco, era el chico más guapo que había visto en toda mi vida. Era rubio, alto y los ojos del azul más bonito e intenso del mundo.
-Buenas noches, ¿pizza familiar margarita y mediana prosciutto? -me preguntó con una gran sonrisa. Tenía un piercing en la boca en forma de aro, lo que le hacía aún más sexy si se podía. Vi que su cara se estaba poniendo un poco confusa ya que llevaba ahí un rato y aún no le había respondido.
-S-sí, es aquí -dije, intentando parecer lo más normal posible.
-Pues son 23,50 euros.
-Si, espera un momento -dije con la mejor sonrisa que tengo. Me di la vuelta y cogí el dinero. Cuando volví seguía parado en la puerta, y al llegar me sonrió.
-Aquí lo tienes. -dije entregándole el dinero justo, al dárselo, nuestras manos se rozaron y no pude evitar sonrojarme.
-Muchas gracias por confiar en nosotros, que aproveche. -me dijo entregándome las pizzas.
-Gracias a ti. -le ofrecí mi mejor sonrisa y él me la devolvió. Se dio la vuelta y se fue. Yo hice lo mismo cerrando la puerta detrás de mí.
ESTÁS LEYENDO
My only reason {Luke Hemmings} ||PAUSADA||
FanfictionMis padres murieron en un accidente de coche. Cuando volvían de una cena de trabajo, un coche se les cruzó y murieron en el acto. Mi hermano ni si quiera entendía que había pasado ya que tenía 4 años. Mi abuela y yo le dijimos que estaban en un luga...