Cap 22. Prohibido Subir

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POV OLGA

- Olga luu, bebe vamos despierta - Movía mi hombro de forma delicada, hacía pucheros de lo cansada que estaba ya que no había dormido así en horas pero para mi era suficiente

- No iremos a ninguna parte en todo el día, arriba tenemos que iniciar - Esas palabras de alentamiento me hicieron abrir mis ojos con dificultad ya que a mis ojos apuntaba un rayo de sol fuerte

Abrí mis ojos para encontrarme con dos hermosas mujeres, una alta de pelo castaño oscuro con unos ojos avellana radiantes y una pequeña de cabello oscuro de ojos muy claros como el color aceituna algunas veces según el día, me ayudaron a levantarme de aquella silla en la sala de espera, les dedique una sonrisa para luego fijarme en la sala que estaba sola, me refiero a que no había nadie de mi familia conmigo, solo seguían en pie la morena y la peliroja, mire nuevamente a la pareja que tenía en frente de mi para abrazarlas sin soltar su agarre por un buen tiempo, donde estaba todo el mundo era lo que ahora mismo me preguntaba.

Calle - Como sigues Olgui? - Preguntó  agarrando mi mano

Olga - Ayy callesin esa es una pregunta aún sin respuesta - Respondi soltando su agarre para recibir el abrazo de Cami y Juli

Camila - La enfermera nos recomendo ir a casa y tomar un descanso para nuestra mente

Juliana - Esta bien si no quieres ir ahora mismo con nosotras, entendemos que no quieres de... - La detuve para terminar por ella

Olga - Dejar sola a Makis - Respondi con cierto desanimo

Poché - Olga lu creo yo que lo mejor es que aproveches la mañana para que al final del día resibas quizas una mejor noticia - Tiene razón, demasiada en verdad

Olga - Eso me parece bien, ire con ustedes pero por favor no demoremos

Juliana - Estaremos aquí apenas terminemos de almorzar Olgui

Calle - Olgui despejate lo más que puedas asi sea por un rato, come y descansa bien lo que creas que baste, cuando llegues aquí quiero verte sobre esa ola - Les dedique una ultima sonrisa para luego despedirme y marcharme con Juli y Cami.

En camino a casa de mis padres lo unico que podía ver al cerrar mis ojos era a mi padre con una piedra en su mano, solo hasta ahí los abría para poder resistir mis ganas de llorar al recordar lo que le hizo a Natalia por defendernos y salvarnos las veces necesarias, no se con que me encontraría en casa, si con llanto por parte de mis hermanas o mi madre agustiada por el tipo que casi mata a su propia hija, entrar y alejarme de esa tristeza y esa preocupación de mi familia, yo ya tenía suficiente de todo eso en mi vida; ya casi llegabamos mis amigas me tomarón de ambas manos, el conductor se detuvo en toda la entrada la puerta fue abierta por uno de los cadete que patrullaba en toda la zona de la parcela Vives, allí entramos juntas y permanecimos juntas, nos bañamos cambiamos nos pusimos una pijama mientras pasaba las horas para irnos de nuevo al hospital, mientras desayunabamos algo en la cocina donde me gustaría ver a Makis cocinandome, yo miraba el celular al igual que Camila, Juliana veía una serie y a su vez atendía la llamada de juancho quien llamaba para escuchar novedades, o algunas otra cosa minima que fuera buena, el en estos momentos se encontraba en casa de Federico con su esposo dicidieron no dejarlo solo aquí en Santa Marta y tambien se encargaba de llamar a algunos familiares de David, Natalia y de Makis no ya que yo le dije que no lo hiciera por que conozco a María Cristina y ama a su familia y lo que menos quisiera es preocuparlos, asi que le dije a Juancho que me hiciera caso, que yo me encargaba, estaba tranquila, descansada y estaba en todas la condiciones de seguir esperando alguna respuesta de mis amigos, lo que sea que que estarán bien y lo que sea yo tambien lo estaré por que lo que sea que me digan ya no dolorera tanto, creo que me estoy acostumbrando a esto y es mejor por que no sufro más, positiva pero tampoco haciendome ilusiones y así es, estoy volviendo a ser la Olga de hace unas semanas que se encontraba en Bogotá con todas su amigas trasmitiendole algo a las personas que las escuchaban cantar encima de una tarima y que cuando miraba abajo le sonreía a todos los que hacían eso posible, el equipo, nuestra otra familia.

Una De Dos - OlkisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora