Cortejo [InoAoi]

Capítulo 3

Gracias por los bonitos comentarios 😚😚😚 espero que poco a poco podamos comunicarnos un poco mejor jajaja. Realmente no tengo mucho más que decir, así que los dejo con el capítulo 😁

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Contó de nuevo los frascos con las diferentes medicinas, no quería que le fallaran las cuentas. Continuó haciendo apuntes en el registro, afortunadamente faltaba mucho para que tuviera que volver al pueblo por más hierbas, entre más pudiera posponerlo, mejor. No tenía manera de dar una explicación a Sokichi de lo que había pasado, de hecho ni siquiera tenía muchas ganas de disculparse por el comportamiento de Inosuke.

«Se lo merecía por insistente, ¿es tan difícil entender un "no" por respuesta?».

No tenía caso hacer corajes, aunque tampoco es que tuviera mucho que hacer en sus momentos libres. La vida en la Finca Mariposa se había vuelto muy tranquila, quizá debería seguir el ejemplo de Sumi, Kiyo y Naho, un pasatiempo no estaría mal. Pero no estaba segura de exactamente qué hacer, ¿bordar? ¿algo de jardinería?

— ¿Por qué vuelves a contar? Creí que tú eras la que sí sabía hacerlo— su verdugo en los últimos días le abordó como es usual, de la nada y sacándole un susto.

«¿Para qué quiero un pasatiempo si tengo que terminar de criar a Inosuke?», si alguien más se lo hubiera dicho se hubiera molestado, pero pensarlo le causó cierta gracia.

— Sé contar, sólo corroboro que no me haya equivocado— trató de sonar molesta, eso era mejor a darle la satisfacción de que la había sorprendido, lo menos que quería era hacerlo sentir orgulloso de su sigilo, porque eso haría a que volviera a repetir las acciones solo por el gusto de hacerlo— ¿Qué haces aquí?

— Estoy aburrido.

— Has estado diciendo mucho eso— frunció el ceño mientras regresaba las medicinas al boticario y lo cerraba con llave—. No me gusta ser tu fuente de diversión.

Inosuke se removió nervioso, probablemente arrepentido de no tener su máscara.

— ¿Es por lo del tendedero?

Aoi se sonrojó un poco al recordar como Inosuke de la manera más randomica empezó a lamerla. Llevó su mano a su nuca, justo en donde su lengua se había pasado, casi aún podía sentir el calor de su saliva.

— Sí— quizá era momento de educarlo un poco, no podía esperar a que Tanjiro viniera para que él le explicara todo, especialmente si no quería tener que pasar la vergüenza de contarle al joven lo que había pasado—, no puedes lamer a las personas.

— ¿Por qué no?

Aoi no pudo continuar con su discurso porque honestamente no esperaba que él cuestionará esa prohibición. Hacía mucho que no lo hacía, después de todo prefería decir que él hacía lo que quería en lugar de mostrarse curioso a los reglas que los seres humanos seguían sin preguntar.

— La saliva tiene bacterias— fue lo primero que se le ocurrió. Irse por la explicación más sencilla que las conotaciones social sería lo mejor para su sanidad mental.

— Todos los animales se lamen para tratar sus heridas y para limpiarse.

— Porque los animales no tienen medicinas, vendas o antibióticos... ni siquiera tienen manos para atender sus heridas propiamente.

— Pero de todos modos no estabas herida, no te vas a morir si te vuelvo a lamer. Mira— La tomó de los hombros y lamió su mejilla usando la punta de la lengua.

— ¡No!— Aoi le empujó y retrocedió con pasos tambaleantes, con los ojos cerrados y la cara ardiendo. Estaba tan empeñada en apartarse de él que de algún modo acabó tropezando y, aunque trató de amortiguar su caída con sus manos, terminó cayendo sobre su trasero.