prólogo

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Estaba a punto de llegar el atardecer acompañado de un soplo de aire fresco que les quitaba la calor de todo el día y los anteriores con la larga marcha que llevaban sin parar. Los hombres comían un jabalí que habían cazado un par de horas antes y ni siquiera le habían quitado el pelaje para comérselo. Uno de ellos, se sentaba en uno de los troncos comiendo su parte apartado del resto pensativo. Pensaba en los rumores que recorrían por la zona. Por lo visto, esos rumores decían, que había un clan aumentado en hombres y mujeres que lideraba una mujer joven de cabellos rubios claros casi blanquecinos y ojos verdes como un espeso bosque. Esos rumores, también decían que esa joven, había torturado y castrado con sus dientes a su primer esposo.

Masticaba la carne del jabalí lentamente mientras que pequeños trozos se le caían en el torso y el suelo. Uno de sus perros, lo comía con ansia y devoraba el trocito de carne mientras él pensaba en sí esos rumores eran realmente ciertos o no. ¿ Serían ciertos? ¿ Existía realmente esa mujer? Esa mujer que por lo que también contaban esos rumores, siempre iba con una manada de lobos, ella subida a su yegua, y una águila que la sobrevolaba siempre a su lado. Hacía algunos días atrás que empezó a escucharlos cuando llegó al norte, se había pasado todo el invierno y parte de la primavera en Inglaterra saqueando y matando a Cristianos, quedándose el oro y joyas de las Iglesias católicas. Cómo siempre, se sentía orgulloso de su trabajo, se sentía mucho más poderoso que el gran Ragnar, había conquistado mucho más que él, había logrado incluso temer a los sureños del este, nadie podía con él ni sus hombres, eran los mejores.

Lo conocían como el sádico de la parte baja del sur. Tenía su cabeza rapada, llena de tatuajes, todos símbolos que aterrorizaban a todos, incluso en su rostro. Más bien, todo su cuerpo, estaba lleno de símbolos. Sus dientes parecían haber sido afilados a propósito para aterrar a todo aquel que se le cruzara en su camino. Era el líder de los del suroeste, era en gran Steinar, nadie podía con él, nadie se metía con él, era el mejor. Pero ahora resultaba, que había alguien más y ese alguien era una joven. ¿ Una joven mujer ? ¿ Ha eso temían? Era absurdo. Encima esos rumores decían que era hermosa, menuda, muy delgada, que a primera vista, era como ver a una inocente niña que no mataba a nadie, hasta que lo hacía. ¡ Era ilógico!
¡ Era imposible! No podía ser cierto. Pero la curiosidad, esa curiosidad de verlo por sus propios ojos, en esos días, lo pensaba día y noche, apenas dormía. Si eso era cierto, quería conocerla, quería tenerla cara a cara, enfrentarse a esa joven, a la temida Liv.
Elevó su ceja al ver a su segundo llamado Halstein.

Halstein, era incluso más sádico que él mismo. Solía descuartizar a sus víctimas estando vivas. Daba igual si tenía utinsilios o no, podía hacerlo con los dientes, con las manos, con cualquier cosa que se le ocurriera en ese momento, o que le apeteciera. Era como él físicamente, pero mucho más alto, mucho más corpulento, en otros términos, podrían decir que era un gigante, un monstruo creado solo para asesinar. Sus ojos parecían siempre estar inyectados en sangre que se mezclaban con su color azul y que parecían el mismísimo infierno, ese infierno del que hablaban los cristianos. Solían reírse cada vez que un cura hablaba de su Dios, luego los torturaban, incluso los violaban antes de arrebatarles las vidas. Y no digamos de lo que le hacían a las monjas y a todas las cristianas que encontraban por el camino. Solo se tenía que escuchar los rumores de ellos sin la necesidad de verlo con los ojos para saber qué eran mucho más que unos bestias. En más de una ocasión, a las pobres cristianas, las habrían de arriba abajo mientras las violaban con brusquedad y aún vivas, solían hacerlo tres a la vez para que fuera mucho más doloroso, mucho más traumático, mucho más salvaje.

Halstein se acuclilló frente de él — ¿ Cuándo nos vamos ? — preguntaba con su voz grave y fría que podía helar la piel de cualquiera

— partiremos al alba

LA ERA VIKINGA ( segunda temporada ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora