Tetsutodo Week 2020

Libre

Quirkless! AU

Todoroki se encontraba ojeando un libro del que no sabía el título, y él terminaba de ordenar el escritorio del bicolor, orgulloso de verlo tan espacioso.

Hace unos días, ambos se propusieron hacer limpieza general en el cuarto de Shoto, pues toda la habitación estaba revuelta y en ella habían incluso algunos juguetes de cuando tendría siete años.

Tetsutetsu tuvo la idea, y como Todoroki no se opuso, pusieron el plan "Limpieza general" en marcha.

No es que su amigo de toda la vida tuviese un vertedero en su dormitorio, él era ordenado hasta cierto punto, pero no iba negar que se había encontrado trastos en ese cuarto que ni sabía de dónde venían.
La verdad es que había tirado muchas cosas: libretas usadas, libros de cursos de la primaria llenos de polvo, un teléfono que hacía de todo menos encenderse... —y ni siquiera tuvo que decirle nada a Shoto, el bicolor confiaba en su amigo de la infancia lo suficiente como para dejarle decidir qué tirar y qué no—.

—¡Por fin, qué cansancio! —exclamó Tetsu dejándose caer en la cama del otro justo a su lado, mirando a Todoroki y pensando lo bien que se veían las pequeñas gotas de sudor en él. Vale, eso sonó raro, olvídenlo.

—¿Ya hemos terminado?

—¡Sí! Mira, échale un vistazo, no se ve tan mal, ¿no?

Shoto levantó su vista del libro y la llevó a su cuarto, dándole la razón al peligris con un movimiento de cabeza.

Hasta que cuando quiso darse cuenta, Todoroki tenía su vista clavada en un punto de la habitación. —Falta algo... — Le oyó murmurar.

—Tetsutetsu, ¿dónde está el dibujo que tenía colgado en esa pared? —preguntó de repente.

Tetsu se sento y miró en la misma dirección, recordando a cual se refería. —Ah, pues lo tiré a la basura, estaba bastante sucio, no sé cómo lo has tenido tanto tiempo.

Shoto giro tan rápido la cabeza hacia él que se preguntó si no le dolería el cuello. —¿Cómo?

—Que lo tiré.

—Pero, ¿por qué? — Tetsutetsu se dio cuenta de que Todoroki tenía el ceño fruncido.

—Todoroki, ese dibujo estaba lleno de polvo, arrugado y con las puntas rotas incluso.

—... ¿Y? A mí me gustaba.

El peligris soltó una pequeña risita. —Sho, te hice ese dibujo cuando teníamos cuatro años, y encima eran líneas mal pintadas, ¿qué tiene de importancia?

—Que a mí me gustaba, ¿te parece poco? 
Además... Me lo diste tú, yo quería quedármelo.

Tetsutetsu no debería haber mirado a Shoto en ese momento, porque el pequeño puchero que se asomó en su rostro le pareció tan lindo que creyó que moriría por ello en ese mismo momento.