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Tres meses antes.

Me encontraba en la puerta de su departamento, su padre me dijo que vaya a visitarlo cuando él estuviera de turno en su trabajo, no quería que lo dejará sólo.

Me agache para tomar la llave escondida debajo el tapate. Al entrar todo estaba oscuro, no había nadie en la sala de estar. Pude percibir música electrónica emanando de su habitación y hacia allí me dirigí.

Golpe la puerta tres veces, nadie respondió.

- Marc ¿Estás ahí? - Nadie contestó. - Voy a entrar, no tengo deseos de verte desnudo.

Usualmente cuando estoy nerviosa hago chistes horribles, Marvel y DC deberían contratarme.

Giro el pomo de la puerta y me invade un olor asqueroso.

Y lo veo, lo veo con la misma ropa que hace una semana, con la ropa del funeral. Se encuentra acostado con los ojos cerrados, su cabeza apunta al techo y en su regazo descansa su gatito Jack-Jack, es muy fan de los increíbles.

Doy unos pasos y lo primero que hago es apagar el parlante de donde viene semejante música, no se como es que no se quejaron los vecinos.

— Hey, enciéndelo. — Me regaña.

— Me dirigiste la palabra, vamos progresando.

Nada.

Decido sentarme en el borde de la cama.

— Te traje algo. — Esto captó su atención, siempre interesado.

Me descoloco mi mochila rosa y la Abro. Saco de su interior una bolsa.

— ¿Me compraste un libro? ¿En serio? — Hace una mueca.

— No es cualquier libro, es una historia de amor muy pura. — Digo entregándole dicha novela.

Se incorpora sentándose, lo toma y pasa su mano por la portada.

Festival de otoño. — Susurra.

Y por este milésimo segundo él sonríe. Siento que mi corazón da un enorme vuelco.

— Gracias.

— No fue nada, estaba en oferta.

— Eso no boba, el hecho de que estés aquí a mi lado, gracias por eso. — Me hace saber, se que no debería pero me largo a reír, no se por qué pero lo hago, carcajada tras carcajada. — ¿Estás bien? — Al decir esto es él quien inicia una secuencia de carcajadas.

No puedo más, me acuesto en su cama y él me copia. Nuestras miradas chocan, sus ojos brillan o más bien están aguados.

— La extraño. — Confiesa.

— Lo sé. — No soy buena consolando a las personas, soy más de acciones que de palabras. — Sabes, además del libro tengo dos paquetes de maruchan y para comprarlos tuve que saltearme el almuerzo.

— Expreso mis sentimientos sólo contigo y lo único que haces en pensar en tu estómago. — Me reclama. — Y supongo que quieres que los cocine yo.

Asiento con la cebeza. Se gira completamente quedando a unos centímetros de mis labios. Pienso que va a besarme pero sólo los roza y se levanta rápidamente.

— Sigueme si no quieres quedarte sin cena.

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Nota de la autora:

Heeey! Dos capítulos más y esto llega a su fin. Y no sé qué más decirle Xd.

Los quiere, Lu.















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⏰ Última actualización: Jul 31, 2020 ⏰

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