Lady Rose - Capítulo 10

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-Mi querido hermano mayor ya se fue, asi que, estan seguros de que, como su escolta, no deberían ir también? -Con un gesto de lo más elegante, la señorita Lilyana Inosh apartó Su hermoso cabello de tonos rosados y se dirigió a
los guardas con un tono que no ocultaba ninguno de sus sentimientos.

-Sinceramente,- uno de los guardias, se atrevió a contestarle en el mismo tono mientras sonreia ligeramernte.-Creo que lo que dijo el señor Nikolás es muy cierto. Nunca podrás ganarle a esa
joven ingenua.

No solo un sucio guarda insultó a la prometida del futuro rey, sino que también, su compañero se encogió de hombros, como si le diera toda la
razón; parecian estar pidiendo a gritos que se les castigara, pero Lilyana no solo no les echó, sino que ni siquiera se inmuto ante sus palabras.

-Sabéis que no siempre tenéis derecho a repetir todo lo que dice mi hermano, verdad?-Contestó, con la espalda recta, llena de falsa seguridad, mientras recordaba todo lo que le dijo Nika hace poco. Tenia tantas ganas de gritar un
"Ya basta, ¿no crees?", pero no se atrevió, porque esa vez, su oponente no era no era otro que el segundo principe.

Ella misma entendia que, a pesar de que subio varios escalones sociales quitándole el título a Rose, es mucho menos capaz que la joven Swallows.

Aunque, eso era de esperar. De hecho,
eligió ese camino cuando entendió que, si decidía luchar abiertamente, la derrota sería cuestión de tiempo.

Era plenamente Consciente de que era una villana y no necesitaba a nadie que se lo recordara de manera constante.

-Hey, Hey, aunque nuestro señor
parezca odiarte, nosotros dos no sentimos lo mismo. De hecho, nos gustaria ayudarte un poco.

-Oye, compañero, ¿te importaria dejar de repartir promesas asi como asi? ES muy problematico todo esto...

-Eee.. Venga ya, mírala! No me digas que no te da pena.

-Bueno, quizás un poco.

-¿Ves?

A pesar de las palabras provocadoras de los guardas, Lilyana no reaccionó.

-Nadie les pidió su ayuda,- dijo lo que
realmente pensaba; esos eran sus verdaderos sentimientos.
Lilyana nunca pensó en pedir ayuda a nadie y, mas aun, es literalmente imposible que tal petición salga de su boca. Por más fuertes que sean esos centinelas, jamás podrán cumplir su
deseo más preciado.

-Además, no os tengo confianza alguna, asi que dejad ya de intentar meter las narices en los problemas de otras personas, no tengo ni fuerzas ni ganas de seguiros el juego,- dicho esto, Lilyana demostró que no queria seguir con la Conversacion.

Ambos guardias, dejaron de seguirla y se quedaron quietos, mirando cómo se alejaba.

-Pero si no intentamos meterla en ningún problema. No era mas que un intento de cuidar de ella.

-Bueno, teniendo en cuenta cómo le arruinaron el dia, es normal que reaccione asi al escuchar algo tan esperanzador. A parte de eso, da la
sensación de que cada palabra que sale de tu boca es pura mentira.

-Hey, solo queria contarle cómo Vive la señorita Rose ahora. Estoy seguro que le agradaria escucharlo.

-Ante un problema tan delicado, es mejor que una persona tan...tan poco considerada como tú, no diga nada.

-¡Eso ha sido cruel!

A diterencia de en horas de trabajo, cuando ambos deben permanecer serios y no mostrar emociones,
ahora parecian otras personas totalmente distintas; uno parlanchin y lleno de temperamento, mientras que su compañero se veia agotado por la actitud del primero.

-Por si acaso, te aviso: no te atrevas a hablar de más delante de la señorita Rose. No es asunto nuestro y seria mejor que no nos metiéramos en
ello.

-Si... sí, lo sé. En verdad tampoco es que
importe, al fin y al cabo sólo servimos a una persona.

Al terminar la conversación, ambos, ya serios, fueron a la habitación del señor Nikolás.

LADY ROSE QUIERE SER UNA PLEBEYADonde viven las historias. Descúbrelo ahora