Capítulo 1 💙

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Agradecimiento.

—¡Vamos Kaitonto! ¡Tú puedes hacerlo! —indicaba Aoko animada. La chica lo tenía por las manos mientras lo arrastraba en la sala de patinaje de hielo intentando que logrará dominar el deporte.

—¡Maldición Aoko! ¡¿Por qué me obligado a hacer esto?! —acusaba irritable.

Y es que un día libre, Aoko invito a salir a Kaito. Lo que él no sabía era el destino.

Kaito se dió como veinte golpes contra el suelo mientras tanto.

—¡No!¡Tienes que pararte más derecho! —regañaba Aoko como maestra. —¡También tienes que separar más los pies! ¡No! ¡Así no Kaito! —le gritaba cuando el mago intentaba hacer algo.

Hasta que Aoko lo tomó de las manos, y lo guío ella misma.

—Tú solo sígueme, idiota.

Y Aoko no lo noto pero el chico se ruborizo ante el tacto de sus manos.

—Maldición... —gruño sin razón para la chica, que ni siquiera prestó atención.

Algunos otros patinadores se detuvieron a ver a la pareja que parecían novios motivandose.

Porque era lo que parecían, dos jóvenes amantes jugueteando y disfrutando de su adolescencia.

Finalmente salieron ya cuando la noche entraba. Kaito traía moretones en el rostro y Aoko se burlaba con inocencia.

—¿De que te ríes, tonta? ¡Es tu culpa! —regaño molesto.

—¡Es que eres muy malo para patinar, Kaito!

Kaito levantó los ojos fastidiado, caminaban juntos directo a casa. De pronto el mago se detuvo, la chica se giró a verlo confundida.

—¿Qué pasa?

El chico sonrió, y apareció una rosa en su mano. Se acercó rápido a la joven y la colocó en su cabello, mientras ella se quedaba atónita.

—Gracias,Aoko.

—¿Eh? —se quedó estática mientras su rostro se pintaba de rojo.

—¡Te ves como una niña cuando te sonrojas, tonta! —dijo el chico entre risas.

Aoko se puso aún más roja y lo persiguió el camino restante a casa intentando golpearlo.

Rosas Azules.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora