𝓬𝓪𝓹𝓲́𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓸𝓷𝓬𝓮.

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Oliver se estaba cansado de que su novio no quisiera tener relaciones sexuales con él por lo que planeaba llevarlo a un club un tanto caliente, él había ido a éste varias veces estando soltero, estaba ubicado en el centro de la ciudad, muy cerca de los departamentos de ambos. Él pensaba que al entrar en este tipo de club el deseo sexual del rizado volvería o aparecería, lo que él no sabía era que nunca se había ido. El moreno pensaba que a él no le gustaba el sexo para nada, cuando en realidad era todo lo contrario, él tenía una obsesión con el acto carnal.

Cuando el moreno le preguntó por ir el de rizos le contestó que no quería, pero en realidad si quería, lo que no quería era que su novio se sintiera mal porque él iba a tener una erección por alguien más que no fuera el de ojos miel. Harry amaba ver bultos grandes como los que veía cuando iba a esa clase de club pero no podía si iba con su novio, éste lo decepcionaría al instante, cuando le recordara que tenía un pene chico.

La pareja peleó el resto de la noche, Oliver ya estaba cansado de no conseguir nada sexual con el rizado, él creía que era un problema que afectaría a la pareja por lo que sugirió terapia en pareja, a esto Harry sí lo aceptó.

...

Niall se sorprendió cuando entró a su consultorio y vio a Harry sentado en la punta de su escritorio con sus piernas abiertas, unos de sus pies estaban apoyado en la silla donde comúnmente iban sentados sus pacientes y el otro estaba sobre el aire, sus manos estaban apoyadas contra el escritorio, esto hacía que su cuerpo esté inclinado hacia atrás. El rizado llevaba puesto solo una braga color rosa pálido y ésta hacía que el castaño no pueda quitar la vista de aquella zona de su cuerpo. El de rizos al notar esto sonrió de lado y aunque el de ojos azules no estaba viéndole el rostro pudo sentir que él lo hizo, sin saber cómo.

El castaño se acercó a él a paso lento, mientras sentía su miembro endurecerse dentro de sus pantalones, la imagen que tenía frente a sus ojos lo ponía de sobre manera. Llevó su mano hasta su entrepierna y apretó su pene con la palma de ésta, el de rizos al notarlo amplió su sonrisa.

—Acuéstate sobre el escritorio, Harry. —Ordenó Niall con una voz más ronca de lo normal

—Sí, papi. —La última palabra no fue dicha del todo, ya que salió más como un gemido.

El rizado se recostó sobre la fría madera siguiendo la orden de su papi, Niall, por otro lado, dio la vuelta al escritorio y abrió unas de las gavetas de éste, de ella sacó un consolador anal de color violeta y un pequeño paquete de lubricante, el castaño no sabía cómo era que este tipo de objetos había llegado hasta allí pero lo que sí sabía era que le encantaría jugar con estos en el culo de su Harry.

Así que caminó de vuelta alrededor del escritorio, con el consolador y el lubricante en su mano y lo elevó para que el de ojos verdes pudiera verlo, éste soltó un gemido cuando sus ojos se posaron en él, obviamente ansioso de que entré en él. Niall sintió toda la sangre de su cuerpo dirigirse a su pene cuando escuchó el gemido ronco que había soltado anteriormente el otro chico y no pudo aguantar más, así que terminó de desnudar al rizado, deslizando por sus esbeltas piernas las bragas color rosa pálido, que era la única prenda que cubría el cuerpo del rizado.

El castaño se posicionó entre las piernas del rizado, volviéndolas a abrir y jadeó al ver la entrada de éste, empapó el consolador con lubricante, ansioso por ya penetrar al rizado con el juguete y luego acercó el consolador al ano del rizado, despacio comenzó a penetrarlo con éste. Harry soltó un fuerte gemido cuando sintió el principio del juguete entrar en él, y luego unos cuantos más leves a medida que sentía las sensaciones que le provocaba las ondulaciones de éste.

Niall esperó a que el rizado se adaptara al juguete, mientras él desprendía su pantalón y lo bajaba junto a su ropa interior, deslizó su mano sobre su pene, moviendo la sobre éste lentamente, desde la base hacía la punta, su mirada fija en la entrada del de rizos y el objeto dentro de él.

Cuando Niall notó que el cuerpo del rizado se relajó, dejo de deslizar su mano por su miembro para llevarla hasta el juguete y comenzar a embestirlo con éste, sacándolo y volviéndolo a entrar en Harry, al principio lentamente y sin mucha profundidad pero aumentando la velocidad a medida que pasaba el tiempo.

—¿Niall?¿Estas bien? —El castaño volvió a la realidad, luciendo completamente aturdido, en cuanto escuchó el llamado de Harry. El rizado estaba apoyado sobre el escritorio con el ceño fruncido, mirándolo atentamente.

Él se había estado imaginando todo eso, mientras el rizado le hablaba. ¡Él era el peor psicólogo del mundo!

Niall movió un poco su cabeza, intentando quitar de su mente esos pensamientos. —Sí, disculpa, Harry. —Sonrió amablemente y se removió incomodo en su asiento, tenía una gran erección en sus pantalones. —¿Que decías?

Harry sonrió amplió y se volvió a su asiento, sentándose como debería, Niall pensaba que él sabía exactamente que había estado imaginando el castaño pero quizás era solo él siendo paranoico.

—Decía que Oliver piensa que deberíamos comenzar a ir a terapia en pareja, él dice que tengo un problema con el sexo porque no quiero tenerlo con él, cuando en realidad el problema es su pene. —El de rizos habló rápido, solo con su tono de voz se podía saber cuán molesto estaba por ello. Niall soltó una fuerte risa, aunque se arrepintió de haberlo hecho a los segundos, ya que el rizado lo miró mal. — En fin, ¿haces terapia en pareja?

El castaño dudó por un momento, él no quería ver al chico de rizos con su novio juntos aunque luego de reflexionarlo mejor, pensó en que podría burlarse de alguna forma, indirectamente, de Oliver. —No muy seguido pero sí.

Harry sonrió ampliamente luego de contestarle con un "Genial, entonces vendremos contigo" y le volvió a hablar sobre Oliver y las peleas que habían tenido.

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¡Sorpresa!
dear xx.

𝑙𝑖𝑡𝑡𝑙𝑒 𝑝𝑟𝑜𝑏𝑙𝑒𝑚 ;𝑛𝑠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora