-Sofia no soy como tu, yo no envejezco, no duermo, ¡soy un vampiro!
Me quede completamente inmóvil necesitaba un vaso de agua.
-Una maldición pesa sobre nosotros dos-
-¿Que es lo que dice?- pregunte aterrada.
-Es horrible, lo que yo quiero es cambiar nuestros destinos- dijo Alexander exaltado.
-¿Y eso es posible?- pregunte.
-Si, si tu y yo así lo queremos-
-Lo siento, necesito tiempo-
Salí del restaurante y tome aire.
-¿Sofia te sientes bien?- pregunto tiernamente Alexander.
-Lo lamento, aun no puedo digerir lo que me has dicho-
-Tienes razón, lo siento, regresemos a comer.- dijo Alexander.
-No, quiero ir a descansar-
-Hablamos luego- dijo Alexander resignado.
-Esta bien, te veo en el colegio.-
Me fui a mi casa y estuve dándole vueltas a lo que había pasado, llegue a la conclusión de que debería hablarle a Alexander, fui un poco grosera y me quería disculpar, sonó y sonó el teléfono hasta que contesto.
-¿Bueno?-
-Alexander soy Sofia-
-¿Que paso Sofia necesitas algo?- Dijo preguntándome tiernamente.
-No, solo me quería disculpar por lo grosera que fui el viernes y te quería preguntar ¿Quieres que mañana pase por ti?-
-Si claro a las 6:00 am ¿Cierto?-
-Si, bueno adiós-
-Adiós-
Me dormí mas tranquila ya que me havía disculpado con Alexander.