Secreto en Susurros

246 20 7
                                    

No pudo, hizo un intento por fingir que no le importaba, seguirla tratando como si jamás le hubiera afectado esa mentira suya pero no pudo; le irritaba verla, la odiaba con a nadie pero le gustaba lo suficiente como para seguirla buscando sabiendo que reñirían en cada ocasión hasta que tuvieran que tomar cada uno su camino y entonces por volverse a ver, todo se remediaría para volver a reñir la siguiente vez, y así, aquella amistad con todos los sentimientos que eso incluía y que se creó en casi todo un año se evaporó en menos de quince días

Día tras día, riña tras riña comenzaba a ser más profundo el desprecio hacia el otro, incluso aquella vez en que en medio de la discusión le ordenó que se quedará con sus patéticos amigos y lejos suyo supo que era verdad; esta vez ni siquiera sentía culpa por haberla echado de su vida así de fácil, era grato, o eso se decía la gran mayoría del tiempo pero aun así, al día siguiente después de herbología salió hacia el puente no muy seguro de encontrarla ahí, no es que quisiera verla, así era mejor, pero si por algo ella aparecía ahí tampoco le molestaría.

Se apoyó en el barandal del puente viendo la nada y con la mente perdida en ese sentimiento que procuraba ignorar cuanto pudiera... sin embargo, estaba solo, sin nada que hacer o en que pensar y su mente se dedicó a divagar en teorías absurdas que la incluían y tal como si la hubiera invocado la vio llegar acercarse al puente con un libro en la mano, sonrió por inercia al verla pero en cuanto ella lo notó fruncieron el ceño, ella giró dispuesta a irse y sin pensar bien simplemente la llamó

-¡Granger, Granger espera!- le insistió yendo tras ella hasta tomarla del brazo deteniéndola- vamos Granger no es necesario huir como rata asustada- soltó para luego caer en cuenta de lo mal que había estado decir eso- es decir... no tienes por qué cambiar de sitio, si vas al puente pues, ve, que yo no te dañe el recorrido- le explicó sin saber bien a que se debía sus palabras

-No le veo necesidad- aseguró soltándose de él para cruzarse de brazos- ahora si me disculpas quítate de mi camino- le exigió poniéndole la mano en su pecho para hacer que se hiciera a un lado y pudiera seguir su ruta

-¡Oh vamos Granger! ¿Con que derecho te indignas tú?- le reprochó alcanzándola- tú sola te buscaste esto- le aseguró y ella lo miró con frialdad esperando apartarlo de ella

-Quiero leer, la brisa de aquí es increíble y logra despejarme así que no tienes algo mejor que hacer, agradecería que te fueras y si es que, para mí infortunio tengo que tolerarte entonces cállate- le dijo finalmente, le sonrió dulcemente y entró al puente sentándose en una de las columnas que sostenía el puente

¿Así de fácil? Se sentó con las piernas recogidas, abrió su libro y exhalando cortamente se perdió en la lectura, la miré un rato incrédulo de su realidad pero oficialmente me estaba ignorando con tal maestría como solo una víbora sabría hacerlo, volví la vista a la nada esperando no hablarle pero es que no podía, ese rostro, ese cabello y su simple presencia parecía atormentar mi existencia así de fácil.

Tal vez, solo tal vez si debí dejar que se fuera a buscar otro lugar pero nada de lo que pude haber hecho tenía cabida ahora, ella ya estaba ahí, a pocos metros míos perdida en su lectura tras haber reñido como nunca en la vida el día anterior y juro que si no fuera tan desquiciada y cambiante incluso me habría acercado pero con lo loca que era, lo mejor sería estar apartado de ella.

Exhalé con lentitud bajando la mirada esperando que algo me ayudara a pasar el rato pero estar ahí con ella en silencio no era agradable, ni siquiera cómodo, mi mente parecía invadía de duendes donde todos hablaban al mismo tiempo y de ella pero a Granger ni siquiera le importaba, es más, creo que ni siquiera se daba cuenta, esto era una pérdida de tiempo, haría más en otra parte

Amor Infantil [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora