Jordan:
Desperté y estaba en una sala de hospital, no recuerdo nada. Vi a mi izquierda, estaba Cassandra con un respirador. Trato de recordar todo, trato y trato, el dolor de cabeza vuelve y no puedo evitar gritar. Una enfermera se acerca
-Jordan, cálmate. Cálmate.
-Cómo sabes mi nombre?
-Tu madre está acá, así que ella lo dijo.
Sentía mareos y muchas cosas por procesar y en qué pensar. La enfermera trajo un bote y vomité todo lo que había comido. No aguanté más. Sentía que todo salía de mí, no pude parar hasta que la sangre apareció y no tenía nada más que vomitar. La enfermera me inyectó algo y quedé totalmente dormido…
Hellen: Dos horas llevo acá desde lo de Jordan y Cassandra, no logro entender que le sucede a él, pero debe ser algo grave.
Dos semanas después…
Cassandra no ha despertado de su problema, al parecer es algo muy grave. Jordan sigue internado por mareos y actitudes extrañas. Un doctor se acerca
-Hellen W illiams?
-Diga –me levanto-
-Temo decirle que Cassandra y Jordan han caído en coma.
Un vacío, ganas de llorar y enojo se revolvían en todo mi ser… Por qué ella? ¿Qué no ha sufrido bastante cómo para recibir más? ¿Oyes esto Dios? Por qué ella? Lloro lo más disimuladamente, el doctor me abraza y me dice que tratarán por todos los medios de recuperarla. Y que confíe mucho en Dios, pero ¿Cómo confiar en alguien que hace sufrir tanto a la persona que amas? Simple, a veces nos preguntamos: ¿Dónde está Dios en medio del sufrimiento? Creo que la respuesta es corta y precisa: Fe.
-Hellen, como lo siento… -me abraza el doctor-
-Gracias, por la noticia… Gracias por su ayuda –lo miré a los ojos. Era bastante atractivo, alto, cabello color como la miel y ojos negros. Tenía un aire árabe-
-Le… Le estaré llamando si cambia algo señorita Williams –toma mi mano y la besa tiernamente-
-Gr… Gracias. –salgo de allí inmediatamente. Antes Cassandra que el amor-
Horas después…
Decido poner la televisión y distraerme para no pensar en el doctor y en mi sufrimiento. Pasan un programa de mujeres comprando vestidos de novias y se ven emocionadas por ello. Recuerdo a Steven Johnson emocionado por el hecho de que compraría mi vestido, recordar eso me llevó a recordar el día que me lo propuso. Estábamos en un auto camino a un restaurante, ese día dijo que me tenía una sorpresa, empezaba a pensar que me pediría matrimonio ya que llevábamos cuatro años y medio juntos, pero él no me daba ninguna señal de querer casarse conmigo, de hecho nunca tocó el tema de una boda. Le llamaban “el abuelo” por ser tan amargado, y sus amigos me preguntaban que cómo hacía para amarlo y yo ni siquiera sabía cómo lo hacía, sólo un día me enamoré de él y ya. Entramos al restaurante y el dijo que iría al baño, pero no tomó ruta hacia el baño, sino a hablar con un tipo moreno. Empecé a pensar que realmente se quería casar conmigo, pero regresó y nunca tocó el tema, así que me volví a entristecer. Luego salimos a dar un paseo y fuimos a un barranco que quedaba cerca. Empezó a ser dulce y besaba mi sien cada cinco segundos, estábamos en 1995 yo nací en el 1974 y Steven en el 1973, era un año mayor. Empezaba a coquetear y me decía cosas lindas, hasta que me dijo que cerrara los ojos y así lo hice. Tomó mi mano y abrí mis ojos, estaba hincado frente a mí y con una expresión tierna y seria a la vez.
-Hellen Wiliiams, quieres casarte conmigo? Y ser la mujer con la que despertaré todos los días y con la que dormiré de noche? Me dejas ser algo más que novios?
Lo pensé, pero creo que los dos sabíamos la respuesta
-Sí, sí quiero amor –se puso de pie y salté hacia él y lo besé-
El día de la boda estuvo hermoso, el vestido era ceñido al cuerpo y con un encaje en el pequeño escote. Pero, eso ya pasó… Él enfureció al saber que tendría niñas a mi cuidado, él me había dicho que no quería tener hijos. Tuvimos peleas antes de la llegada de las chicas, cuando ellas llegaron, él las saludó como si nada pasara. Me confundí un poco, pero luego me confesó que él era diferente con ellas porque tenía que hacerlo, pero no porque quisiera. El siempre me lo advirtió y yo triste, pero lo amaba. Nos separamos y yo logré salir adelante. Sonó el teléfono y salté del susto.
-Diga?
-Señorita Williams, le habla el doctor Maddox, necesitamos que venga inmediatamente al hospital
-Ok, vale. Voy en seguida.
Dios, que nada haya pasado. Oro a Dios y tengo fe que es algo bueno. Entro corriendo a el hospital y veo al doctor sonriéndome y viniendo hacia mí. Me saluda de beso y me da un abrazo
-Señorita Williams, cómo se encuentra hoy?
-Bien gracias a Dios, usted?
-Bien gracias a Dios, y dígame Brandon. –me guiña el ojo- Tengo a alguien que la quiere ver
-Quién es?
-Ya usted verá
Caminé directo a la sala, entré de un portazo y quedé atónita.
-Hellen?
-Mamá?
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Hola queridos lectores, espero se encuentren bien. Estaré participando en un concurso de literatura con ésta historia. Necesito que la lean COMPLETA y comentar que les parece. Ya sea por facebook. https://www.facebook.com/graciela.ortega.7528 en mensaje o aquí mismo. Gracias! Tengan buenos días/tardes/noches!