𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏

547 57 17
                                    


»»-------------¤-------------««

Camine presurosa hasta mi auto botando mis tacones y mi bolsa al asiento del copiloto, hoy era el gran día para Devil's Hands y definitivamente no podía llegar tarde, no si quería seguir viva.

Devil's Hands fue fundado desde cero por Wooyoung y San, con dinero e ideas interesantes lograron inaugurar una especie de bar de elite donde las bebidas y el entretenimiento encantaron a media creación. Pero no me encantaron del todo a mí, el lugar era precioso, pero poseía ese toque oscuro que yo prefería evitar a toda costa, podría haber sido algo más brillante, con colores neutros, pero no, el par de diablillos que yo designo como mis amigos, sufren una pequeña ofuscación con el negro y derivados.

Wooyoung fue mi amigo desde que tuve veinte, nos encontramos en una de esas fiestas universitarias donde no conoces a nadie y aunque me escabullí de el por su aura peligrosa, el me encontró y no me dejo nunca más. San llegó mucho después, tres años para ser exactos, y si se pudiera decir que Woo era la luna, San definitivamente era el sol. Poseía esa aura libre y desinteresada cuando nos encontramos por primera vez, el veía con admiración una pintura y yo simplemente lo observe a él, sus rasgos eran algo que nunca antes había visto y mi impresión fue notoria no solo para mí, si no también para el chico que me miraba risueño. Él se convirtió en mi luz y Wooyoung en mi sombra. Literalmente.

Llegando a mi destino logre aparcar mi auto y visualizar a un malhumorado Wooyoung fumando como chimenea, rodé mis ojos con desgano, ese chico nunca aprendería que eso le estaba quemando los pulmones. Retoqué mi maquillaje en el espejo retrovisor, me puse los tacones y Sali del auto cerrándolo con seguro. Woo sonrió cuando me vio y boto el cigarrillo al piso.

- Oh, pero si es nuestra preciosa chiquilla, pensé que no ibas a llegar, San esta como loco, creyó que lo abandonarías en este importante día.- hablo mientras dirigía sus manos a mi cintura y me pegaba a él como si fuera su pareja. Él poseía esa maldita costumbre que detestaba con toda mi alma, siempre marcaba posesión sobre mí, y no se confundan el pelinegro y yo no teníamos nada de nada, el es simplemente un coqueto sin remedio, es sorprendente que San aun no lo haya abandonado.

- No podría faltar ni, aunque quisiera y lo sabes, si fuera solo tu evento definitivamente no vendría, pero mi Sanshine no se merece eso – suspire despegando sus manos de mi – ahora muévete, no quiero que le de un ataque de nervios por tus ganas de molestar.-

Riendo con malicia extendió su mano indicando que podía entrar yo primero. Le sonreí con sarcasmo y lo empujé a la puerta, no quería que viera mi trasero, podía ser muy gay, pero era un jodido pervertido.

Una vez dentro, mis ojos captaron las mejoras recién hechas, el lugar seguía teniendo las paredes negras, pero habían puesto algunas líneas horizontales de color blanco que contrastaban de manera perfecta con las luces rojizas, se veía tétrico, pero seguía siendo elegante y hermoso. Había personas corriendo de aquí para acá, acomodando sillas y mesas para que todo estuviera en orden, mis piernas se movieron buscando a San, pero solo me encontré con una extraña estatua que nunca había visto.

Parecía ser de mármol, tenia un exquisito acabado que parecía profesional, pero eso no fue lo que me llamo la atención, el chico tallado era simplemente cautivador. Estaba sentado en una especie de trono con llamas a su alrededor, su vestimenta era pulcra y llevaba lo que parecía ser un traje, su cabello estaba finamente recortado o eso es lo que el escultor transmitió, era guapo, de una manera impresionante, pero sus ojos lucían siniestros, y los pequeños cortes verticales debajo de estos le deban un toque aun mas perverso. Mi aliento se atasco con furia, estaba segura nunca haber visto a un hombre como el, pero de alguna manera sentía que lo conocía.

𝐃𝐄𝐌𝐎𝐍 // PAUSADA TEMPORALMENTE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora