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El sonido de mi teléfono me alerto que tenía mensajes entrantes, espere a que las palomitas terminaran se hacerse y me encamine al sillón para tomar el aparato y ver quien se atrevía a molestar en mi viernes de películas. Mi molestia se desvaneció cuando una foto de WooSan apareció entre varios mensajes, solté una carcajada cuando debajo de la foto se podía leer un muy claro "Foto con mi novio el idiota para que no nos extrañes pequeña" mi humor aumento considerablemente al leer a San y seguí deslizando mi dedo leyendo los demás mensajes "Las Bahamas son geniales pero nos haces falta Beauté" "Woo y yo llevamos muchos recuerdos para ti, ¡te van a encantar!" "te encantaría estar aquí, la próxima vez vienes con nosotros" "llama si necesitas cualquier cosa Beauté regresásemos de inmediato" fue el último mensaje que recibí de su parte, y el sentimiento de calidez me inundó.
Sonreí para mí misma y bloqueé el teléfono para ponerle play a la película, Ángeles y demonios se reprodujo dejándome ver a Ewan Mcgregor sin su clásica barba, aun así, para mi lucia guapísimo. La película transcurrió con el profesor Langdon descubriendo los violentos asesinatos de los cardinales en Roma, él y su colega se enfrascan en descubrir la verdad detrás de las situaciones violentas que empiezan a desarrollarse, la película me atrapo y me hizo querer descubrir junto a los personajes la verdad, pero al mismo tiempo me hizo sentir incomoda por las tomas de figuras de mármol que se ven bastante tenebrosas. Niego con la cabeza intentando no pensar en eso y pronto una frase de la misma película me descoloca "A veces, nuestras mentes ven cosas que nuestros corazones desean" el miedo eriza mi piel y volteo buscando la voz que pareció hacerle eco a la película, apago la tele y corro directo a mi cuarto, seguramente solo estoy imaginando cosas, solo es mi mente jugándome una mala pasada.
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Una semana después, día de brujas.
Me despierto inquieta mucho antes de que suene mi alarma, odio este día, pero más las odio a ellas.
Siempre fui muy tranquila, desde pequeña fui alagada por mi comportamiento serio y sensato, pero eso no duro mucho, cuando cumplí ocho años ellas se hicieron presentes, voces que me incitaban, a dañar, a matar o a morir. Año tras año sufrí por no poder controlar ni mi cuerpo ni mi mente, sufrí por el miedo de dañar a mis seres queridos o dañarme a mí, por eso hui de casa y de cualquier persona que pudiera herir. Logre alejar a todo aquel que quisiera entrar en mi vida, menos a Wooyoung y a San, ellos se quedaron aún después de confesarles la verdad. Por eso les debía tanto, por eso los alejaba cada que me volvía peligrosa.
Dan las nueve en punto y mi alarma suena, estoy despierta, pero no deseo levantarme, tengo miedo, porque nunca se cuándo pueden aparecer. Me animo a mí misma y me levanto rumbo al baño, abro la regadera y el agua caliente empapa mi rostro, tallo con fuerza mi cabeza como si eso fuera a volverme normal y procedo a tallar mi cuerpo para después enjuagarme. Salgo de la ducha con una toalla envolviendo mi cuerpo, me pongo mi ropa y limpio mi departamento para quemar tiempo. Mi teléfono vibra y San me indica que en tres días estarán de regreso, que me cuide y que por nada del mundo salga de la casa, contesto con un simple "todo bien, no se preocupen, regresen con cuidado, los quiero" y apago el teléfono.
No tengo hambre y no puedo salir, así que me recuesto en mi cama nuevamente y en segundos el sueño me envuelve.
Un golpe en la pared me despierta, me levanto sobresaltada y revisó mi alrededor, pero no hay nadie más, la cabeza me punza y me fijo en la hora, once de la noche, parece que he dormido todo el día, no he comido nada y pienso que lo mejor es hacerme de cenar por lo menos, pero otro golpe me distrae, el sudor frio recorre mi espalda y sé que algo anda mal, los golpes se hacen constantes y entierro mis manos en mis oídos para dejar escuchar, quiero creer que solo es el edificio, quiero creer que no son ellas, Las luces tintinean y de repente me encuentro en la oscuridad.
- Haz estado portándote muy bien, y eso no es lo que espero de ti preciosa, me gusta cuando te dejas llevar por las voces, te vuelves mucho más interesante- escucho una voz, esta es diferente, nunca la había escuchado, pero su tono claro y seductor no me inspira confianza, por lo que me arrinconó en mi cama evitando hacer ruido.
- oh, no me digas que te estás escondiendo de mí, me vas a poner muy triste - Vuelve hablar esa voz, pero ahora suena mucho más cerca, es un hombre casi puedo asegurar. Empujo mis rodillas contra mi cuerpo y respiro lentamente sin hacer ruido.
No habla de nuevo, y quiero pensar que se ha ido, pero aún me niego a moverme, el cuarto se siente caliente de repente, el bochorno me incomoda, y me digo que tengo que pararme y prender la luz, que esto es solo mi imaginación, pero una brisa en mi cuello me hela la sangre.
- boo - lo dice de manera escalofriante como si nada, atino a pararme lo más rápido que puedo intentando no gritar, pero falló, el grito escapa sin quererlo.
- maldita sea, ¿qué carajos eres? déjame verte - gritó, estoy temblando.
Las luces se prenden y mi miedo se convierte en terror, el chico de la escultura de San se encuentra parado frente a mí y luce aún más diabólico, boqueo intentando agarrar aire, pero solo consigo sentirme mareada, solo unos metros nos separan, su piel es blanca y pálida, el cabello negro luce exactamente como imagine que seria, pero las pupilas transparentes me secan la garganta, y lo que sigue es mucho peor, a lo largo de su boca y sus ojos tiene cortadas que se extienden, tiene puesto un traje negro justo como el de la escultura, se ve malditamente terrorífico, y por si fuera poco me observa con una sonrisa fatal.
- ¿q-que carajos eres tú? ¿Qué quieres de mí? - le gritó, mi cuerpo tiembla con furia y he tomado lo primero que encuentro para defenderme, un paraguas.
Se acerca a pasos lentos, es alto así que no le toma mucho tiempo llegar a donde me encuentro, mi instinto es correr, pero ni mis piernas ni mi cuerpo responden porque algo me lo impide, lo veo con miedo y se encarga de asustarme más cuando se pasa la lengua por los labios, UNA MALDITA LENGUA VIPERINA.
- oh, cielo, me pone de malas que no me reconozcas, estoy en tu cabeza todo el tiempo, ¿qué quiero? Lo quiero todo – su aliento choca contra el mío, y sin prisa susurra - Mi nombre es Yunho y soy lo que bien conoces como ¿el diablo? ¿lucifer? ¿Luzbel? - suelta una carcajada y siento que puedo moverme de nuevo.
- B-bien Yunho, Lucifer o como te llames, no tengo nada que pueda darte, por favor vete, prometo olvidar esto.- le digo llorando y tartamudeando, el me observa alzando una ceja.
- Eso no será posible linda, ahora eres mía y no te dejaré ir .- Sus ojos se ponen rojos, mierda, mierda, debería correr.
Pero antes de que pueda dar un paso, siento sus labios calientes sobre los míos, pierdo mis fuerzas y la oscuridad me envuelve, lo último que hago es escuchar las palabras que salen de su lengua viperina.
Duerme bien mi reina, nos vemos en el infierno.
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Beauté: "belleza" en francés.
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𝐃𝐄𝐌𝐎𝐍 // PAUSADA TEMPORALMENTE
FanfictionCuando las luces se apagan, cuando la noche se hace presente, las voces surcan sus pensamientos incitándola a más. Ella no sabe porque le sucede, no se imagina que detrás de esos susurros malignos hay alguien que la quiere, solamente para él. Fecha...