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El ambiente en la habitación podía sentirse caliente, tan caliente que si respirabas fuerte se podría percibir un ligero tono a quemado, como cuando haces una Fogata. El rostro del muchacho delante nuestro era uno ya bastante conocido, claro que destilaba furia hasta por los poros, a diferencia de lo contento que parecía cuando me secuestro. Las pupilas transparentes que vi aquella noche ahora pintaban en el tono más negro que jamás vi, el miedo por este aparentemente furioso Diablo empujo mis extremidades haciéndome separarme de los confortables brazos de Wooyoung. Todo el aire que retuve sin querer salió de mi boca seca.
- ¿NECESITAS OTRA ADVERTENCIA WOOYOUNG? – Y si pensé que el primer grito sonaba terrible, este le gano por mucho.
- No Yunho – interrumpió San jalando a su novio de un brazo, parándolo y empujándolo a una puerta que no había visto – Te dejaremos solo con ella, no es necesario tomar medidas tan drásticas. -
- Bien, ahora largo, hablare con ustedes más tarde. - Pronuncio el ya no tan furioso muchacho.
¿Pero qué mierda? ¿enserio me dejarían con él? Jodidos amigos tenia, dejándome con el mismísimo lucifer en una habitación y para colmo, en lencería, maldita mi suerte.
- ¿vas a seguir maldiciendo en tu mente? Debo decir que me pone más que lo hagas en voz alta mi Reina, es mucho más satisfactorio. -
- Solo diré dos cosas, no soy tu reina así que deja de decirme así, y dime como carajos salir de aquí – masculle intentando mantenerme tranquila - ¡ah! ¡Y regrésame mi ropa! –
- Fueron tres cosas en realidad princesa, pero, me temo que solo puedo cumplir una de ellas, las otras dos no están a discusión-
- ¿CÓMO MIERDA NO VAN A ESTAR A DISCU...?-
- Es mejor que controles esa sucia boca o voy a tener que verme obligado a castigarte y créeme Reina, soy experto en castigos – pronuncio interrumpiendo mi reclamo – Alguien traerá tu ropa y te esperará fuera de aquí para después llevarte a mi despacho, ahí podremos charlar, no intentes escapar, nadie sale del infierno sin mi consentimiento ¿entiendes? –
Sin saber porque, asentí. Me regalo una tétrica sonrisa y salió con galantería del cuarto. Mi corazón galopo con fuerza, ¿Por qué rayos todo lo malo me pasaba a mí? ¿Qué clase de maldición terrible era esta?
Bien, no pude averiguarlo porque unos ligeros toques en la puerta y una amable vocecita me distrajo.
- Reina, ¿puedo pasar? Traigo su ropa, debemos apresurarnos porque al Rey no le gusta esperar. -
Sin responder camine hasta la puerta para abrirla, encontrándome con un muchacho de facciones angelicales y preciosos cabellos rosas. ¿ Qué todos los demonios eran guapos?
- ¿Reina? –
- Lo lamento, pasa – dije moviéndome de la puerta para que pudiera entrar – Y no me digas Reina, solo dime ___ por favor, ¿Cuál es tu nombre? –
- Soy Yeosang, es un placer conocerla señorita ___ -
- Perdona lo que voy a preguntar Yeo, pero ¿Eres un demonio? Pareces un ángel, eres precioso. -
Un precioso sonrojo surco sus mejillas rositas.
- Lo soy señorita, solo que conserve más características de Ángel que mis demás hermanos-
- Wow – logre musitar en medio de mi impresión - ¿Antes eras un Ángel? –
- Si señorita –
- _____ - interrumpí recalcando el hecho de que quería que me dijera por mi nombre.
- Si señorita ___ - corrigió en una tierna risita – Todos nosotros antes fuimos ángeles, pero en algún momento, bueno, nos convertimos en esto, aunque no es tan malo como tal vez usted está pensando. -
- ¿no te torturan aquí? ¿no te obligan hacer cosas malas? –
- No hay torturas, ni latigazos, cada quien es libre de actuar como desee, haciendo maldades o disfrutando de su naturaleza, pero eso no quiere decir que se puede hacer y deshacer, hay reglas que aseguran el orden del infierno, el Rey solo castiga en casos extremos, y créame nadie quiere ser castigado por él.-
Mi cara debió expresar todos mis sentimientos por el comentario que hizo después de la explicación.
- Pero no se preocupe Reina ___ eso solo sucede en caso extremos y muy raros. – asentí dándole a entender que comprendía sus palabras - Bien, si no tiene ninguna otra duda dejare aquí su ropa y aguardare afuera, el Rey la espera. -
- Gracias Yeo, en un segundo salgo. -
El precioso chico me regalo una sonrisa y asintió para encaminarse a la salida. Me apresure a ponerme la ropa dándome cuenta de que definitivamente no era la mía, pero era extrañamente de mi talla y con eso bastaba.
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Los pasillos no eran nada de lo que me imaginaba, en realidad no estaba segura de que esto fuera el infierno porque era algo demasiado lujoso para ser un lugar donde las almas pagaban sus pecados. El diseño era bastante sombrío, lo que me hizo pensar que deambular solo por las noches si te sacaría un par de sustos, pero fuera de eso era igual de refinado que el lugar de Woo y San.
Y si antes estaba sorprendida, la gigante puerta negra que se alzaba frente a mí me dejo estupefacta.
-¿reina?- pregunto el angelical demonio que me guio hasta la puerta – Hemos llegado, este es el despacho del Rey, se que tal vez no lo parezca porque, bueno, el es el Diablo, pero en realidad no es tan malo, usted no me juzgo por mi naturaleza, espero no lo haga con la del Rey.-
Sin esperar una respuesta de mi parte, hizo una reverencia y se retiro por el largo pasillo. La puerta rechino abriéndose. Respire fuertemente intentando calmar mis pensamientos.
Iba a conseguir mis respuestas, y por supuesto, mi libertad, costara lo que costara.
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Hola, espero se encuentren muy muy bien, se que este capitulo puede parecer muy corto pero a partir de aquí las cosas se van a poner mucho más intensas, seguiré actualizando cada sábado o domingo, espero disfruten Demon tanto como yo, lxs amo, gracias por su apoyo. <3
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𝐃𝐄𝐌𝐎𝐍 // PAUSADA TEMPORALMENTE
FanfictionCuando las luces se apagan, cuando la noche se hace presente, las voces surcan sus pensamientos incitándola a más. Ella no sabe porque le sucede, no se imagina que detrás de esos susurros malignos hay alguien que la quiere, solamente para él. Fecha...