Shirou abrió los ojos lentamente, su instinto le decía que ya pasaba del mediodía, pero aún se sentía agotado, por primera vez en muchísimos años le habían puesto una carga emocional más pesada de lo habitual, un misterio, un crimen que era extraño... Y además estaba ella.
Giró su cabeza lentamente y vio a Michiru dormida, hecha un ovillo a su lado, la chica simplemente no quiso dejarlo después de los sucesos de la madrugada, durmieron juntos en la misma cama y a pesar de la suspicacia de algunos, fue tan solo eso, una larga e incómoda siesta. Ella estaba ahora profundamente dormida Shirou dudó un momento y después paso su mano por el rostro de la chica quitándole algunos mechones de cabello. Fue un simple gesto, pero demasiado personal para el gusto del viejo lobo; se reprendió a sí mismo... Pero volvió a ver el rostro de su acompañante. La chica que pese a todo se quedó, la humana que ahora era una bestia y que en cierto modo era igual a él.
Se levantó con cuidado de no despertarla y caminó a la ventana del cuarto; ahí estaba de nuevo ese viejo sentimiento, esa euforia que a veces solo parecía llevarlo al desastre a él o a cualquiera que la compartiera, aunque nunca había conocido a alguien como la joven Kagemori, ella era diferente, en más de un sentido y era imposible de predecir...
— ¿Qué estoy haciendo? —Murmuró de repente mientras se llevaba una mano a la cabeza. Acababa de ocurrir un crimen, un hombre bestia había sido asesinado de la manera más salvaje posible y en lo único que pensaba era en una... Una...
Nazuna Hiwatashi estaba parada en la entrada de la habitación con una extraña expresión en el rostro, mitad asombro mitad horror. Se cruzaron las miradas de ambos por un momento. Shirou sin mediar palabra tomó su gabardina que estaba a los pies de la cama y salió pasando al lado de la chica zorro...
Michiru sintió que en sueños alguien la movía, después alguien le estaba tratando de sacar la ropa. Su instinto de preservación la hizo despertarse justo cuando Nazuna parecía querer ver bajo sus shorts.
— ¡¿Qué estás haciendo?! —Gritó Michiru mientras pateaba y retrepaba la cama hasta quedar en una esquina.
—Tienes la ropa interior en su lugar. —Nazuna se puso una mano en el pecho y suspiró aliviada— Tu inocencia está a salvo.
Michiru se puso roja, Ogami y ella habían dormido en la misma cama, Nazuna se dio cuenta, pero no sabía toda la historia.
—Estaba asustada —Dijo haciendo un puchero— Ogami se quedó conmigo, no pasó nada más.
—Tú eres la persona más valiente que conozco. —Nazuna bajó las orejas en un gesto de preocupación— ¿Qué fue tan malo para que te asustaras?
No podía decírselo, al menos no los detalles, mientras fuera una investigación en curso y eran precisamente los detalles los que la tenían muy asustada.
—Vi un cadáver... —Dijo finalmente— Yo... Nunca creí que me sentiría tan impresionada. No es como en las películas.
Nazuna sintió la consternación de su amiga y subió a la cama sentándose a su lado, con suavidad pasó la mano por el hombro de ella y la abrazó, Michiru suspiró y se recargó en ella, se quedaron así por un rato.
—Pero entonces... —-Dijo finalmente Nazuna— ¿Qué se siente dormir al lado de semejante pedazo de hombre como Shirou Ogami?
Michiru rio nerviosa con la cara hundida en el hombro de su amiga.
—Ni siquiera puedo recordar cómo llegamos a la cooperativa...
—0—
Bárbara Rose leía el informe preliminar que el inspector Tachiki había preparado. Aunque faltaban detalles era lo suficientemente claro para que resultara perturbador.
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Barghest
HorrorMeses después del incidente Nirvasyl, un nuevo crimen ensombrece las calles de Animacity, Shirou se enfrentará ahora a un antiguo mal que pondrá a prueba su lealtad y fortaleza.