Shirou estaba aterrado, el salir corriendo del comedor y embestir la puerta de la habitación de Michiru se volvió un solo acto, su mente ni siquiera había terminado de procesar el grito de la chica cuando su cuerpo se movió en una brutal e inesperada reacción. Sus sentidos estaban tan alertas que pudo ver todo el interior del cuarto mientras aún caían las astillas de la puerta. En se momento, en lo que duraba un parpadeó pudo ver a esa extraña criatura encorvada sobre el cuerpo de la chica, la garganta se le cerró pero aun así pudo lanzar un gruñido amenazador que le raspó como si fuera un rastrillo en su interior.
Las astillas cayeron al suelo, la criatura simplemente no estaba ahí. Aunque las profundas marcas de garras en el piso probaban que no había sido una pesadilla. Ogami aun retenía la respiración mientras se acercaba a la cama, solo para que Michiru saltara a él y lo abrazara con todas sus fuerzas. Ogami no la soltó puso una mano en la cabeza de ella y la otra en su espalda, podía sentir como su corazón.
— ¡¿Lo viste, lo viste?! —Clamó ella temblando— No me lo imagine... ¡¿Qué rayos fue eso?!
—Lo que haya sido no está. —Shirou se convirtió en lobo y empezó a olfatear el aire. Sin resultado, pero entonces detectó un leve olor a viejo que no debía de estar ahí. Justo detrás de la cama de Michiru— Hay algo, déjame ver.
Shirou y Michiru se levantaron, él movió la cama con cuidado y sólo notó una pequeña grieta que era de donde emanaba ese olor, pero era como los restos de una fogata que se había apagado ya.
—Llamaré al inspector. —Dijo Shirou— Tendremos que cerrar momentáneamente la cooperativa.
—Pero Shirou-san... —Empezó a protestar Melissa.
— ¿Atacó por azahar o venía por ella? —Le atajó Shirou— No sabemos y eso hace inseguro el lugar.
—Pero sí pudo entrar a una habitación cerrada.... —Gem Horner se asomó también muy preocupado— ¿Dónde podría ser un lugar seguro?
Nazuna Hiwatashi apagó la televisión al escuchar que tocaban la puerta. No era muy tarde pero aun así era raro que alguien llamara a su puerta, le dio un rápido vistazo por la mirilla y la abrió de par en par un poco asustada.
— ¿Ogami-san, Michiru?
—Necesito que se quede unos días contigo. —Digo Shirou mientras empujaba suavemente a Michiru en el departamento— Duerman juntas y tengan el teléfono siempre a la mano... Por favor.
— Si... Claro pero ¿Qué pasó?
Shirou miró un momento a su acompañante, le puso la mano en la cabeza y se la sacudió un poco.
—Cuéntale lo que tu creas que sea necesario. —Miró a Nazuna— Después de todo es una persona de confianza.
Le hizo un ademan de despedida mientras dejaba la maleta de Michiru en el suelo a su lado. Se dio la vuelta y Nazuna no reaccionó. Las palabras del lobo la dejaron desconcertada.
— ¿Nunca me habla y ahora soy una persona de confianza? —Volteó a ver a Michiru, su amiga parecía en shock— ¿Quieres hablar de esto?
El teléfono celular de Nazuna indicaba que ya habían pasado de las tres de la mañana, pero la chica zorro había perdido el sueño, la historia de Michiru iba más allá de lo que cualquiera pudiera creer... pero después de todo lo que habían vivido, la existencia de un ser sobrenatural de esa clase no era tan descabellado. Michiru bostezó, era obvio que tantas cosas la agotaron. Nazuna se acercó a apagar la luz pero cambió de opinión, era mejor que estuviera iluminado.
—Aquí estamos a salvo. —le dijo a su amiga.
—Lo sé. —Michiru se acomodó, recargando la cabeza en el pecho de su amiga— Solo espero que Shirou tenga cuidado...
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Barghest
HorrorMeses después del incidente Nirvasyl, un nuevo crimen ensombrece las calles de Animacity, Shirou se enfrentará ahora a un antiguo mal que pondrá a prueba su lealtad y fortaleza.