❥𝐓𝐡𝐞 𝐥𝐨𝐯𝐞 𝐨𝐟 𝐚 𝐟𝐚𝐭𝐡𝐞𝐫 ❲𝗦𝗽𝗮𝗶𝗻𝗥𝗽❳

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Mañana fría de invierno en Los Santos, nos situamos en un barrio tranquilo en donde una familia caminaba tranquilamente. Conway y Julia más sus dos hijos Gustabo, el mayor y Horacio el menor se dirigían al psicólogo. ¿Causa? Gustabo.

Un niño frío, manipulador, sapo y metemierda. Algo raro para un niño de 8 años. A su corta edad había hecho de todo, robos menores, palizas a niños del parque, mal comportamiento en clases y lo peor de todo, incitar a su hermano menor a que siguiera sus pasos.

Julia no podía más con ese peso que llevaba encima, todas las tardes que llevaba a sus niños a jugar al parque tenía siempre que agarrar a Gustabo para que no golpeara a ningún niño y luego disculparse con las demás madres.

En cambio Conway veía innecesario todo este drama que montaba su esposa, Gustabo era así y necesitaba disciplina no un psicólogo de pacotilla que le hablara. Pero obviamente con el carácter que tenía Julia era mejor no discutirle si no quería dormir con el perro todo el invierno. Quien diría el Superintendente Conway asustado.

Llegaron a la clínica y esperaron su turno, Horacio empezó a jugar con algunas polillas que había en recepción, mientras que Gustabo se sentó al lado de su madre con total tranquilidad.

Llegó el turno de Gustabo y entró con la psicóloga solo. Los minutos pasaban y Horacio comenzaba a impacientarse, ya que quería jugar con su hermano. Su madre al principio le decía tranquilamente que se calmase hasta que perdió la paciencia y lo regañó, pero el pequeño no estaba por calmarse asique no le quedó de otra que acunarlo en su regazo como si de un bebé se tratara.

La psicóloga salió de aquel lugar y aviso a Conway si podía acompañarlos ya que Gustabo estaba muy intranquilo, por supuesto que Conway acepto.

-Mami... ¿Por que estamos en el psipicologo? - preguntó Horacio con su vocecita chillona e inocente.

-Psicólogo Horacio ya sabes que Gustabo lo necesita- contestó con toda la dulzura que podía a su pequeño.

-Mamá Gustabo no está loco. - regañó Horacio.

-Horacio él... - no había podido terminar su frase cuando el grito de Gustabo se hizo presente en la sala.

-NO SOY UN LOCO-

-Gustabo no le grites a la psicóloga- regañó Conway a su hijo mientras volvía a sentarlo en la silla.

-Cállate viejo, está señora quiere ingresarme en no se que sitio- contestó Gustabo con disgusto.

-Es por tu bien- dijeron al unísono la psicóloga y su padre.

Lo cierto era que si solo viviera con su padre hasta agradecería no estar cerca de él, pero todo cambiaba cuando eran Horacio y Julia, él no quería separarse de ellos, eran su familia y la familia siempre estaba unida.

-No quiero alejarme de Horacio - comentó con amargura el rubio.

-Gustabo... Eres peligroso para ellos estando así en este estado, si te recuperas y te portas bien podrás irte y volver con Horacio -

-No es justo! No hice nada! - gritó al borde de las lágrimas.

-Gustabo manipulas a Horacio como te da la gana, hiciste que golpeara a una niña, robaste, golpeaste a niños... - contestó severo su padre.

-Pero eso no hace falta que me ingresen, no? -

-Es para observar tu comportamiento Gustabo, es más fácil saber que te pasa si estás 24h con nosotros que 1h a la semana o 2. Y repito si te portas bien, podrás ser libre. -

-Okay... Pero quiero despedirme-

- Por supuesto. -

Gustabo salió de aquel lugar con velocidad seguido de Conway y la psicóloga. Julia dejó a Horacio en el suelo y fue a hablar con su esposo sobre lo sucedido.

-Gustabo... -

-Dime Horacio-

-¿Estás enfermo? - preguntó con preocupación Horacio.

-Claro que no bobo, esa vieja les mete ideas en la cabeza que no son- dijo confiado - además vas a ver como en 1 semana me sueltan -

-¿Lo prometes? -

-¿Cuando te he fallado yo a ti? -

-Nunca- río Horacio.

La cabellera naranja de su madre interpuso la conversación, ambos miraron el rostro cansado y lleno de lágrimas de su madre, había llorado estaba claro, para Horacio fue doloroso y para Gustabo como una bala en el corazón.

-Gustabo hijo mío, pórtate bien si?, haz caso a los doctores que saben más que tu- despeinó y volvió a peinar el pelo de su hijo para luego envolverlo en un cálido abrazo.

-Gustabo no te vayas, te doy una mariposa si no te vas okay? - una lagrima había caído de los pequeños ojos de Horacio y con un temblor en sus manos le mostró a su hermano mayor una polilla que había cazado antes.

-Horacio eso es una polilla, pero no seas un flojo, recuerda ¿Que hacemos con los problemas? -

-Nos los comemos - dijo más motivado Horacio.

Gustabo se soltó del abrazo de su madre para abrazar a su hermano menor y chocar los 5 con él.

-Gustabo, es por tu bien- dijo seriamente Conway.

-Si si lo que digas viejo -

-Vamos Gustabo es hora-

La psicóloga ofreció su mano la cual fue aceptada gustosamente por el menor. Conway salió con lágrimas amargas de la clínica.

-Adiós Mamá, Adiós Horacio, os quiero -

-Gustabo no te olvides de mi vale? - habló Horacio ya siendo cargado por su madre.

-Tranquilo que no me olvido -

La psicóloga se llevó a Gustabo a un coche y ambos montaron en él. El camino fue muy silencioso, lo único que se escuchaba era la radio y las gotas de fría lluvia impactar contra el suelo además del ruido procedente de las ruedas.

-Oiga psicóloga-

-Dime Gustabo-

-¿Tengo cura? - preguntó tímidamente.

-Todos tienen cura Gustabo y tu no estás enfermo. -

-Aunque no lo esté, cureme por favor, no quiero dañar a mi familia - suplicó.

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©ᴍᴀᴅᴇ ʙʏ @1𝐍𝐒𝐕𝐋𝐓