Rosario
—¡Rosario, ayudame con tu hermano! —Escuché el grito de mí madre que provenía de la cocina.
Me apresure a terminar de arreglarme, está mañana no me sentía para nada bien, sentía picason en mí garganta y mí cabeza me dolía a mil, sin importar agarre mí mochila y salí rápido de mí habitación a fijarme que le pasaba a mamá con Nicholas o como nosotras le decíamos, Nick.
— Acá estoy mamá, ¿Que sucede?
— Porfavor hija, puedes calzarlo que conmigo no se queda quieto ha, y por cierto ¿Podrías cuidar a Nick, hoy en la tarde?. Estoy con mucho trabajo de la escuela y no puedo hacer ambas cosas.
Mí madre era maestra jardinera en mí colegio.
— Si, yo lo cuido ¿Lo paso a buscar? — Dije poniéndole las zapatillas y dejándolo listo.
— Si, cuando salgas de la escuela, ve por tu hermano.
— De acuerdo, ya me voy, nos vemos.
Salí de casa apurada, ya se me hacía tarde y no quería el profesor me volviese a regañar.
Llegué a la escuela a cinco minutos de que tocará el timbre para entrar a las aulas. De pronto me avanzo un mareo que tuve que detenerme para no caer, toque mis mejillas y las tenía calenturadas. Me dirigí al aula en donde me encuentro con mis mejores amigas; Shei y Sofi. Ambas son mí todo.
— Hola chicas— Saludé a cada una con un beso en la mejilla.
— ¿Cómo estás, Ro? — Preguntó Sofi, sertandose en su lugar.
— Muy bien, ¿Ustedes?
— Bien; hablábamos de que nuestras madres no sospecharon nada sobre lo del viernes.
— Es verdad, ¿Tu madre no te dijo nada Ro? — Preguntó Shei.
— No, ni siquiera menciono nada. Pero dejando eso de lado. Sofi ¿Nos vas a contar lo que pasó entre Laureano y vos? — Dije levantando ambas cejas.
—¿Laureano y yo? N..no paso nada — Murmuró nerviosa
— Vamos, yo vi como estaban en su cocina. Una escena medio candente si quieres mí opinión — Dije, con una sonrisa.
— En la cocina no paso nada..—
— Porque llegó Ro, si no..— Interrumpió Shei.
— Bueno ya, miren llego el profesor. Silencio — Dijo mirando hacia el frente y si efectivamente el profesor ya había llegado.
Paso la hora, cuando toco el timbre del recreo, les dije a las chicas que vayan yendo, ya que tenía que ir al baño. Después de refrescarme un poco la cara, me mire al espejo y tenía las manillas coloradas y ojeras debajo de mis ojos.
Creo que estoy próxima a enfermarme.
Salí del baño, cuando estaba por avansar me dio otro mareo que casi caigo de no ser por los brazos de alguien.
Levanto apenas la vista y me encuentro con el rostro de Alex, tenia sus manos sujetando mí brazo para que no cayera.
—¿Estás bien? — Preguntó después de unos segundo en silencio.
— Si, solo fue un mareo. Gracias — No quería estar cerca de el, me ponía nerviosa con tan solo verlo.
—¿Te ayudo en algo?
— No, estoy bien. No tienes porque preocuparte — Dije cortante cuando en realidad solo le quería decir que se quedará conmigo como hace un año atrás.
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Amor a medias [#2]
Teen FictionSiempre creí que la adolescencia era la mejor edad de todas, en donde te sientes grande, empiezas a hacer nuevos amigos y ¿Por qué no? Enamorarte. Pero si me hubiesen dicho que a mi adolescencia la sufriría como la estoy sufriendo, hubiera preferido...