Un muchacho joven había marcado recientemente el comienzo de su edad adulta a los catorce años de edad como el Señor del Castillo de Euliana, un antiguo castillo en el Lejano Oriente.
Él y su hermana menor, Aelia Elgar Euliana, que había cumplido trece años de edad. Recibieron la propiedad del Castillo de Euliana después de la muerte de su padre, quien murió en la batalla hace dos años.
Aelia, que iba a abandonar su respetada casa, dejó su collar más preciado con su hermano mayor, Cyril.
Estaba hecho de rubí y revestido de diamantes, un collar valioso que no se adaptaba a la lamentable pareja de hermanos.
"Dale esto a Sophie cuando cumpla la mayoría de edad, hermano".
Cyril asintió con la cabeza.
"Bien."
Su madre postrada en cama y sus hermanos menores eran demasiado débiles para atender las tareas domésticas y su difunto padre, Ron Elgar Euliana, un hombre íntegro, dejó unos acres de tierra regalados por el Emperador y un castillo en ruinas para sus hijos.
Aunque recibió más tierras y otro castillo como recompensa por sus heroicas contribuciones a los esfuerzos de guerra, esas posesiones habían sido tomadas por las tropas enemigas.
Independientemente de su corta edad, Cyril y Aelia, los primogénitos de la familia, se vieron obligados a heredar la posición de su padre fallecido como jefe de la casa según la tradición Teniac.
Pero no importa cuánto lucharon las parejas para mantener a flote a la familia, cayeron más profundamente en la pobreza.
Entonces, un día, llegó una carta ante la Familia Elgar del Emperador Teniac, Murray Theresia de Calise. La carta hablaba del compromiso prometido entre el Príncipe Heredero, Lawrence Theresia de Calise, y la hija del Héroe de Teniac, Aelia Elgar Euliana.
Fue la mayor recompensa ofrecida al héroe del imperio.
El día de la partida de Aelia, se celebró una alegre celebración en el castillo de Euliana.
Esa noche, buscó la presencia de Cyril, ahora el único supervisor del castillo, y dijo:
"Hermano, no debes esperar nada de mí porque estoy comprometido con el Príncipe Heredero. Padre no hubiera querido esto.
Incluso si Sophie se casa, no le daré otra joya. Ese collar es el único, de verdad. ¿Está bien?"
Cyril miró a su hermana y sonrió tristemente.
Ella era más joven que él por un año, pero interpretó el papel de un hermano mayor y más maduro que él.
Acostumbrado a sus constantes bromas, se encogió de hombros y dijo:
"Estaremos bien. Preocúpate por ti mismo. No actúes como un plebeyo delante de ellos solo porque creciste en un pequeño castillo, ¿entiendes? "
"... ¿Cómo puedo confiarle a mi madre a un bufón como tú?"
Aelia se rio entre dientes.
"Aelia, querida hermana, soy Cyril Elgar Euliana", tratando de enfatizar su confiabilidad, sacó el pecho y lo golpeó con el puño y continuó:
"el padre pudo proteger todo el imperio, pero yo no puedo proteger una familia, ¿Piensas tan poco sobre mi?"
Aelia aplaudió.
"Guau. Hermano mayor ya haz crecido ".
"Cuidaré de la familia. No te preocupes demasiado, hermana. Vive feliz, mi querida hermana preciosa."
Esbozó una sonrisa descarada y Aelia se rió y asintió.
No queriendo ver las miradas tristes y solemnes de su madre postrada en cama y sus hermanos menores, Aelia se despidió de Cyril y le pidió que les diera su saludo de despedida antes de salir del castillo a altas horas de la noche.
Cuando la joven entró en el carruaje, le dio al castillo, que llamó su casa, una última mirada y un último saludo a su amado hermano antes de girar la cabeza hacia adelante.
Era como si su corazón se hubiera roto en dos.
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Nota: 13 años de edad :0
