Capitulo 1

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Cuando era pequeña y miraba álbumes de fotos me surgían preguntas, como a todos los niños, lo que sucede es que cada vez que obtenía las respuestas, eran muy parecidas y mi curiosidad en vez de desaparecer, aumentaba.

Algunas veces, eran fotos de mis padres de jóvenes con otras personas, la respuesta de mi madre era que fueron amigos de la juventud pero que esa amistad se termino por que tenían distintos pensamientos sobre la vida.

Otra vez cuando pregunte por una mujer que abrazaba a mí madre embarazada y yo no conocía, respondió que siguió su camino y no hablaron más.

Luego pregunte sobre una pareja que me cargaba cuando era un bebe y su respuesta fue que eran familiares de ella pero eran malos con mi padre y ella, por lo tanto no tenían relación.

En realidad no tenía mucho contacto con las familias de ambos, conocía a muy pocos y eso reducía mi circulo a solo mi madre y padre.

Recuerdo ver a mis abuelos maternos cada un par de semanas y hablaban mal de mis padres. Cuando eres un niño tus padres son tu mayor aspiración, duele cuando la gente no los quiere como tu.

Ademas no entendía porque no querían a mi padre.

No tenía idea que esto cambiaría pronto.

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La primera vez que algo no me agrado de mi familia fue cuando tenía alrededor de tres o cuatro años.

Recuerdo estar sentada en la mesa cenando y algo sucedía con la temperatura de la comida. Mi padre odiaba las comidas demasiado calientes.

-¡Georgia! Eres una idiota, no puedes hacer un simple plato de sopa en condiciones.- Grito mi padre luego de probar el primer bocado. Supuse que se había quemado con el líquido.

-Demián lo siento mucho, pensé que ibas a esperar a que se enfrié un poco antes de pr...- Mi madre intento pedir disculpas pero el ya no escuchaba.

-Cierra tu puta boca, todo lo haces mal, no sé qué mierda hago contigo.-

Mi padre se levanto de la mesa, arrojo su plato en la mesada y tomo sus llaves.

-Cariño a dónde vas? Lo siento, no sé en qué pensaba, no volveré a darte algo tan caliente.- Dijo mi madre tratando de calmarlo.

-No me interesa, iré a comer algo mejor que tu mierda, no me esperes despierta.- Contesto pasando por la puerta y dando un portazo.

Obviamente estas cosas sucedieron más seguidas con el correr del tiempo, en vez de la comida, era alguna cosa de nuestra casa o de la limpieza, pero como dije, era normal para mí.

Papa en ese entonces trabajaba con socios en un mercado de productos eléctricos, había quienes los compraban defectuosos, papa y su socio los arreglaban y otro los distribuía al mercado otra vez.

Dejaba bastante dinero así que él hizo que mama dejara su trabajo para cuidarme a mí en casa.

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Luego, a eso de los seis años, empecé la primaria y encontré diferencias entre mis compañeros y yo, cosas completamente normales pero que yo no vivía de la misma manera.

Ellos comentaban que salían a pasear con sus padres o familiares, iban a las casas de sus amigos a pasar las tardes, o cosas tan simples y normales como que en la salida del colegio sus padres actuaban cariñosos o cómplices y los míos no.

Si nosotros salíamos era a lugares que eligiera mi padre antes, muy pocas veces íbamos a algún parque para niños y como papa era muy desconfiado no teníamos visitas en casa a menos que seas sus amigos.

Debo admitir que nuestra vida era totalmente aburrida y cerrada.

Recuerdo que en este año mi padre se puso más violento que antes, su madre enfermo gravemente y eso lo alteraba, debía gastar dinero y tiempo cuando él no quería hacerse cargo de ella.

En esta época me dio mi primer golpe intencional, antes solo había recurrido a eso cuando hacia algo realmente malo como soltar la mano de mi madre en la calle y correr, o hablarle a un extraño.

Mi madre y el habían vuelto del hospital donde estaba mi abuela y no me permitían ir.

-¿Cómo está la abuela papi?- Pregunte.

-Estoy cansado Abby. Habla con tu madre.- Contesto mientras se dirigía a su habitación.

Cuando mi madre termino de guardar las cosas que habían llevado con ellos a la visita, se ocupo de contestarme.

-La abuela está descansando por qué no se encontraba bien, los médicos están tratándola lo mejor que pueden.- Me respondió.

-Pero ella estará bien mami? - Mi voz empezaba a quebrarse de preocupación, mi abuela era importante en mi vida, había crecido con ella cerca de mí.

-No puedo asegurarte eso cariño, pero debes tener fe en que ella saldrá de esto.- Mi madre solo intentaba ser sincera y explicarme que no debía hacerme ideas extrañas pero yo había comenzado a llorar y eso molesto a mi padre.

-¡Georgia calla a esa maldita niña! Quiero descansar en silencio.- Lamentablemente su grito tuvo el efecto contrario al que él deseaba, en vez de callarme, hizo que llorara más fuerte.

-Si debo ir yo sabrás lo que es bueno Georgia.- Amenazo mi padre desde la habitación.

Mi madre intento alzarme en brazos para explicarme que debía tranquilizarme, que mi abuela estaría bien, pero no llego a realizar esa acción porque mi padre me tomo de los brazos, sacudiéndome dijo:

-¡Que cierres tu puta boca eh dicho Abigail, ¿Es que no me has escuchado la primera vez?- El estaba gritando enfrente de mis narices, me asusto hasta la mierda lo que causo que mi llanto se volviera incontrolable.

-Si le gritas no lograras nada Demián, podrías exp...- Intento apaciguar mi madre, pero estábamos a punto de ver que se escondía detrás de ese hombre en realidad y sus palabras no harían nada.

-¿Quién coño te ha dado permiso para hablar maldita inútil? No sabes hacer nada más que estorbar, esta cría necesita mano dura.- Mi padre estaba alteradísimo, lo cual me altero a mi pero ya no pude decir nada porque él me tomo del mentón los una de sus mano y se acerco a mi cara para hablarme entre dientes.

-Cuando yo te de una orden, espero que la cumplas, apenas llegue dije que quería silencio y tu lo un...- Tenia que explicarle que tenía miedo por mi abuela, tal vez así el entendería y se calmaría.

-Pero papa yo no quer...- Intente hablar pero el golpeo mi mejilla con su mano, jamás me habían golpeado, el impacto de su manaza me envió al suelo, sosteniendo mi cara con mis manos.

-¡No me interrumpas coño!.- Grito haciéndose para atrás.- No puedes seguir ni una maldita orden estúpida, mira lo que me hacen hacer, carajo.- Dijo mientras regresaba a su habitación y cerraba su puerta de un golpe.

Mi madre me levanto del piso y reviso la marca en mi mejilla.

Supongo que ella estaba tan sorprendida como yo.

Lamentablemente esta solo era la primera de muchas.

Breaking My WallsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora