Rumbo a Magua

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El arma, descargada, desprendía humo por todo el asta, sobrecalentada. Brayan, algo maltrecho por el retroceso de aquel disparo a bocajarro, soltó la lanza y el escudo, y se dejo caer al suelo, quedando sentado en él, apoyando un brazo en la rodilla, jadeante.

Neku estaba allí, sin moverse, paralizada por la escena que acababa de contemplar. Casi pierde a su compañera, un monstruo se sacrificó por un humano, alguien a quien no conocía acababa de aniquilar a uno de los monstruos más peligrosos... Y todo en un suspiro.

Taiga, seguía justo donde se cayó, pues no podía moverse. Arzuros yacía inerte en el suelo y, Zinogre, enterrado en la trampa escollo, tampoco se movía. Probablemente los dos estuviesen muertos.

Neku reaccionó tras contemplar una y otra vez el panorama, y se acercó a Brayan.

-Estás... ¿Bien? -Preguntó entrecortada.

Silencio fue la respuesta del cazador, que miraba los restos de su caza. Neku no sabía que hacer, tenía pinta de haber salido mal parado de aquel enfrentamiento.

-Es... La Ley... -Dijo con un hilo de voz-. La Ley... De la Manada...

-La Ley de la... ¿Manada? -Neku no comprendía que intentaba decir.

-Si cualquiera ataca a alguien perteneciente a la Manada... Es la obligación de ésta protegerle... -Se levantó como pudo, sin apartar la vista de la bestia-. Son compañeros... Hermanos...

Hermanos... Aquella palabra por alguna razón taladró la mente de Neku. No comprendía por qué, a ella no le importaban relaciones como esas, eran un latazo.

-Taichou... Miau... -Se quejó la felyne que intentaba arrastrarse hacia ella.

-¡Taiga! -Exclamó la cazadora corriendo hacia la gata. Tenía una pata herida. Neku la acomodó entre sus brazos para que no le doliera de más.

Tras de ella, sonó un cuerno, que fue tocado por Brayan. Dicho instrumento atrajo a un kelbi de grandes y rizados cuernos.

(Los Kelbi son Pelagus, que es como se denomina a todos los monstruos con similitudes a un mamifero, tales como la sangre caliente.

Su apariencia podría compararse a un híbrido de cabra y ciervo. Los machos, verdes, tienen cuernos mas grandes que las hembras, azules.

Suelen medir 1m de altura, pero los ejemplares más viejos pueden alcanzar el metro cincuenta.

Son muy mansos y sociables, tanto que dejan a los cazadores acariciarlos.

Los cazadores tienen prohibida su caza, pero pueden noquearlos para extraer sus cuernos, material muy preciado para usarlo en Pociones Antiguas (las más potente conocidas). Algunos kelbi, en lugar de la pigmentación marrón en los cuernos, desarrollan un color azulado. Estos cuernos son muy raros de encontrar, y codiciado por los herreros wyvern para la fabricación de arcos como el Gran Bala Kelbi, uno de los mejores)

Brayan acarició al animal y cogió su cuchillo de caza. Pareció susurrarle un "¿Me das permiso?" antes de cortarle uno de los cuernos al que por lo visto el kelbi contestó que sí, pues no opuso resistencia alguna.

-Mezclalo con esto en el orden que te diga -dijo dandole el cuerno, un bicho amargo y un hongo dragon-. Voy a por la miel.

Neku, sujetando a Taiga, cogió todo aquéllo que le dio, pero, ¿de donde sacaría la miel? Para contestar a esa pregunta, mantuvo la mirada fija en él.

-Los Arzuros suelen alimentarse de pescado y miel, ¿sabes? -la informó acercándose al cadáver del monstruo-. No atacan a humanos a menos que sean provocados.

Arrancó una garra empapada en miel de la pata de aquel oso y se la intercambió a Neku por Taiga, comenzando las indicaciones para la receta.

-Primero, mezcla el Bicho Amargo con la Miel, así conseguiras un Catalizador -indicó dandole un mortero-. Luego, lo mezclas con el Hongo Dragón y tendrás un Inmunizador.

Neku siguió al pie de la letra lo que decía Brayan, sabía que los cuernos de kelbi tenían propiedades medicinales, así que aquello serviría para curar a la felyne.

Una vez todo mezclado, limaron el cuerno de kelbi, y el polvo resultante, combinado con el inmunizador dio lugar a una poción antigua.

-Llamaré a los felyne del gremio, esos materiales no deben desaprovecharse -comentó mirando los restos de las bestias- Me harán falta ahora que no tengo monstruo.

-¿Ahora que no tienes...? ¿No insinuaras que...?

-Arzuros era mi compañero de caza, como Taiga para ti, era más que un amigo.

Neku le dio la poción a la herida felyne, e hizo sonar un cuerno más estridente que el anterior.

-Soy un Tamer. Aparte de cazar monstruos también los domo. No es muy común la gente que hace lo que yo.

-¡Miau! ¡Recargada y lista para el combate! -Saltó la felyne, recuperada de su herida completamente.

-Bueno, tendré que irme al norte. Quizá en las montañas encuentre algo interesante -dijo cogiendo la lanza, que se desmoronó al momento-. Como materiales que aguanten mis enfados...

-Te acompañare.

-¿Tú? ¿No tienes cosas mejores que hacer?

-Te debo algo que no puedes recuperar -Contestó mirando hacia el Arzuros-. No aceptaré un no.

-Como quieras, pero vamonos antes de que anochezca, no quiero encontrarme un Qurupeco o algo por el estilo.

-Dicho y hecho -Dijo entre risas.

Una vez llegaron los empleados del gremio, cargaron los cadáveres y partieron rumbo a Magua, para provisionarse para el gran viaje que les esperaba.

Monster Hunter TamerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora