Baby Blue ✦ daddykink! [ls] | ✓

Cincuenta y tres

Harry ha tomado un largo y buen baño, se ha tomado la oportunidad de consentirse a sí mismo con jabones aromáticos y bombas de jabón con colores y pedazos de flores olorosas; le han fascinado, sobre todo porque han sido un factor influyente a su relajación.

Fue una lástima que haya tenido que salir, pero se le estuvo haciendo un poco tarde y no quiere estar retrasado para la cena de esta noche. Su proceso de higiene no ha sido muy largo, se ha cepillado, echado enjuague bucal, ha hidratado su piel y se ha quitado el ligero vello facial que en algún instante ha creado una pequeña sombra en la parte superior de sus labios.

Con la toalla amarrada en la cintura camina hacia su armario, expande las puertas de par en par e ignora con facilidad la cantidad de juguetes sexuales que hay en alguna de las esquinas; no le interesan ahora, lo que necesita es su ropa más bonita, la mejor, la que considera que está a la altura de la ocasión.

La encuentra, por supuesto, y se siente contento al ver que la camisa azul llena de brillos con aquel lazo en el inicio del cuello queda espléndida con aquel pantalón de tobillos anchos. Busca un par de zapatos y se siente emocionado internamente cuando se da cuenta de que por fin tiene la oportunidad de usar sus zapatos de tacón alto con estampado de rosas en los lados izquierdos.

Respira, cuelga todo y se dedica a buscar su ropa interior, se echa perfume, se higieniza un poco más y con un tarareo de alguna melodía de una canción cuya letra realmente no recuerda, empieza a vestirse.

Lo hace en un santiamén porque no es la gran cosa, pero tiene cuidado de no estruje su prenda superior, se sube los pantalones terminando de abrocharlos y se mira en el espejo con mucha gracia y encanto. Se gira, se fija minuciosamente si los pantalones le quedan bien por detrás y asiente para sí mismo cuando se encuentra realmente satisfecho.

Se coloca los zapatos, vuelve a mirar su reflejo completo; ahora es más alto. Le gusta, claro que sí, y muy contento con su apariencia se acerca al estante en busca de su peine para poder hacer algo con sus rizos ligeramente humedecidos. Se peina, intenta varios estilos como el de echar todas las hebras hacia atrás hasta que todas quedan sin moverse, o el dejar que alguno que otro mechón caiga sobre su frente casi con aparente descuido, aunque al final todo es realmente intencional.

Le gusta más este, se mira en el espejo una última vez y se sacude un poco las mangas de la camisa tan sólo por pura maña. Mira la hora en su reloj, falta media hora para que sean las ocho y sí sus cálculos no son incorrectos estará llegando al edifico en donde Louis vive dentro de quince o veinte minutos.

Asiente para sí mismo con un pequeño gesto en los labios y se dedica a buscar las cosas que necesita, agarra el móvil y de repente vibra entre sus manos. Frunce un poco las cejas encendiendo la pantalla y ve que no es más que un mensaje de parte de Louis comunicándole que ya puede salir porque la cena está lista y recordándole el pastel de chocolate.

El millonario no le responde, no sabe muy bien qué decir así que simplemente termina todo lo que tiene que hacer y sale de la habitación, baja las escaleras en dirección al comedor y sus ojos se arrastran directamente hacia el pastel de chocolate que a simple vista se ve que está delicioso. Le agradece inmensamente a Lydia por haberlo hecho a pesar de que le había dado el resto del día libre, y piensa que en su próxima paga se lo recompensará de muy buena manera.

Se acerca a la mesa, ve encima de la madera una bolsa muy bonita y supone que allí es donde debe guardarlo para que no se le caiga o se estropee. Lo hace, lo sostiene entre sus manos y sin muchos escándalos y sencillez va hacia la puerta y sale de su casa.

Miguel no espera por él esta vez ya que le ha dado el día también al hombre, por lo que delante del portón se encuentra este realmente elegante taxi cuyo chofer no tiene la costumbre de abrirle la puerta a sus clientes ni de ayudarlos si llevan algún paquete.