- Pequeña ayudante -

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- Pequeña ayudante 


-entonces ¿Entendiste?

Jackson estaba junto a la pequeña Aimee, se inclinaba justo a su lado sosteniendo una bolsa de papel madera cerca de su pecho mientras veía sonriente a la menor comiendo una galleta con chispas. Estaban en medio del parque frente al departamento del castaño en un perfecto sábado soleado.

-si tío- La menor asintió dejándole ver una enorme sonrisa que hizo ampliar la ajena.

-bien, dame esa galleta- Tomo la media galleta que tenía la menor, esta lo miro haciendo un pequeño puchero- te la voy a devolver, no te preocupes, si haces este favor al tío...- Se inclinó dejándole ver las galletas con chispas que tenía dentro de la bolsa, había muchas de ellas- todas estas van a ser tuyas ¿Si?

-¡Sí! Quiero- La pequeña estiro la mano hacia las galletas pero Jackson se apartó.

-ah-ah, primero tenes que hacerle el favor al tío Jackson ¿Te acordas?- Tomo el cupcake que tenía apartado dentro de una pequeña caja y se lo paso a la menor, estaba cubierto de chocolate y sabía que a su pequeña no le gustaba, por lo que no sentía culpa. – Toma – Lo extendió hasta la pequeña que lo sujeto con ambas manos- ahora, como te enseñe- señalo con disimulo hacia el árbol que estaba a pocos pasos, su voz había sido casi un susurro durante todo ese tiempo- vamos.

-¡Sí!- Solto un poco más fuerte dando un pequeño salto que asusto al castaño, la vio apartarse y correr hacia el árbol que él le había señalado sin detenerse. -¡Chocolate, chocolate!

Jackson se puso de pie viendo a la menor apartarse la corta distancia hasta el lugar marcado, una pequeña y nerviosa sonrisa cubrió su rostro mientras veía la escena desarrollarse tal como lo había imaginado. Aimee se acercó al lindo e intelectual vecino que se encontraba leyendo sentado y apoyado contra el árbol, el pequeño postre se balanceaba entre las manitas hasta que la menor se tropezó, como si hubiese estado calculado cayó sobre el pelinegro manchando su perfecta y blanca camisa.

-¿Pero qué...?- El pelinegro se giró viendo a la pequeña en el pasto a su lado, tenía sus deditos manchados con la pasta del cupcake y tierra en su ropa y piernas por el haberse caído.- ¿De dónde...saliste pequeña?

-ups- Sus manitas fueron a su boca.

Jackson estaba tan enternecido como orgulloso de la pequeña diablilla. Solto una profunda respiración antes de meterse en personaje y correr hacia la pequeña.

-¡Aimee! – Se acercó a la menor dejando la bolsa sobre el pasto para revisarla rápidamente poniéndose de cuclillas junto a ella- ¿Estas bien amor, te lastimaste?

-no, no, estoy bien, tranquilo- Dijo con la expresión más tierna y sincera, el castaño iba a derretirse con ella.- yo lo manche- Apunto al pelinegro y Jackson se dio el lujo de verlo, casi parecía que recién lo notase.

-oh dios ¿Te mancho?- Negó soltando un suspiro – no tenía que haberle comprado eso, sabia que iba a hacer un desastre.

Jin lo miro un momento pestañeando como si estuviera tratando de entender algo, entonces se recompuso y negó, sus manos en alto y una sonrisa amable en su rostro.

-no te preocupes, estoy bien, es solo... ¿Chocolate?

-sí, lo es, encima sobre una camisa blanca, dios- Jackson lo miro como si realmente lo sintiera- mira, lo siento, puedo darte mi número y me pasas la cuenta de la lavandería.

-¿Lavandería? No, no es necesario, la puedo lavar yo y...

-el chocolate no se quita, no fácilmente, menos en blanco- Mantuvo una mano en la menor mientras la apoyaba sobre una de sus piernas- mira, yo vivo en el edificio de enfrente- Le señalo- si queres voy y te consigo algo para que te pongas y luego yo la llevo a la lavandería. Por favor, me sentiría mejor.

Perfect jinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora