- Bendita cafeína

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- Bendita cafeína-


Ahí estaba, tomando la segunda taza de café, café negro sin azúcar para ser precisos, un libro en mi mano sobre la historia de los países bajos y mis gruesas gafas de pasta resbalando por mi nariz. No era algo nuevo que me encuentre allí, todos los miércoles y jueves de cada semana, cuando salía temprano del trabajo y no quería lidiar con mi pequeño y entrometido hermano acababa allí. No era más que mi rutina simple y convencional, no esperaba nada especial para ese día, era...solo otro día más en mi cafetería favorita ¿O no?

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El sonido de porcelana contra la madera me hizo despegar la vista de mi libro, alce los ojos encontrándome con la sonrisa radiante del camarero. Lo mire pestañeando con rapidez, la forma en que sonreía era mayor que la sonrisa educada que siempre me daba.

-¿Si?- Solté esperando entender su interrupción, recién entonces vi el plato sobre la mesa, una pequeña porción de pastel estaba sobre el- yo...no pedí eso.

-lo sé, es un regalo- Alce una ceja confuso- una atención... de parte de un admirador- Ahí agrande mis ojos confuso.

-¿Admirador? ¿Qué...admirador?

El mantuvo su sonrisa incorporándose un poco, no había notado lo inclinado y cerca que había estado.

-él pidió que no revele su identidad, pero quiere que le diga...que le agrada ver a un hombre que disfrute tanto de leer- Sonreí automáticamente, ¿Quién había sido? La curiosidad llego a mí. Sin poder evitarlo mire a mi alrededor, él aclaro su garganta llamando mi atención, se veía divertido- él en verdad...no quiere que sepa quién es, pero hay algo que me pidió que le pregunte- Alce una ceja curioso ¿Qué podría ser?- él quiere saber... ¿Por qué café negro?

-¿Por qué? – Su pregunta era extraña, el chico asintió sonriente y yo solo atine a ver la placa que brillaba en su uniforme –Jackson- alce la vista viendo sus ojos, él parecía esperar una respuesta-Bueno...Jackson, la verdad es que me gusta el café negro, pero como es muy amargo solo lo tomo una vez a la semana. Es algo que me hace bien y me ayuda a concentrarme en la lectura.

El chico asintió, termino de enderezarse y vio hacia la barra confundiéndome un poco y luego de nuevo a mi- bueno, espero le guste la torta de frutas, él la escogió específicamente para usted, cree que es el mejor complemento para el café negro, espero lo acepte.

-oh...claro, gracias- Tome el pequeño plato en mis manos y lo mire dudoso- ¿Esta...seguro que es para mí?- El chico asintió sonriente –bueno, gracias.

-no es nada, disfrútelo.

El chico saludo cordialmente y se despidió, yo me quede con la taza de café y la porción de torta, aun me daba curiosidad saber quién era el misterioso admirador, pero ya no importaba tanto.

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Fue la siguiente semana cuando volvió a ocurrir, el mismo mesero, supuse que estaba en su zona de pedidos. Baje mi libro de la verdadera historia de EEUU notando la sonrisa del chico, esta vez estaba tomando capuchino y la porción de torta era de selva negra.

-¿Si?- Repetí como la otra ocasión, él pareció divertido.

-su admirador ha insistido en que le entregue esto- Corrió el plato por sobre la mesa hacia mi- cree que...es una buena combinación.

Mire a mi alrededor confuso y me incline un poco hacia él- ¿Puede decirme quien es ese chico? El...misterioso admirador.

-lo siento, no puedo- Dijo con una pequeña mueca- pero me gustaría preguntarle un cosa, él me lo pidió.

Perfect jinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora