Solo una simple estrella (El Origen de los Guardianes)

Capitulo 13 "Una navidad un tanto especial."

CALÍOPE

Los días pasaron, fueron largos y aburridos, las niñas no se aparecieron de nuevo, Norte estaba con nervios por todos lados, los Yetis y Duendes iban y venían, muchas veces uno que otro me chocaba y casi siempre me caía al suelo. Jack se tuvo que ir a hacer nevar para Navidad, Conejo y Hada están en sus "Guaridas". El gran problema que tuve con Hada se resolvió gracias a Jack, me llevo a las rastras hasta su palacio obligándonos a hacer las paces, y no es que me este quejando, Hada es bastante energética y divertida, a pesar de que este trabajando prácticamente todo el día. Estaba muy metida en mis pensamientos, generalmente soy muy distraída, y solo pienso en dormir, los Yetis seguían corriendo eufóricos por el Taller, yo trataba de hacer lo imposible para no chocarme con ellos, tenían muchas cajas en sus manos, creo yo que es donde meten los regalos, baje hasta la planta mas baja del Taller, ahi no había movimiento, ni ruidos, era realmente tranquilo. Una pequeña puerta me saco de mis pensamientos,  era de color vino, con unos detalles negros que apenas se notaban, bastante sencilla pero llamativa.
Mire a los lados, no quería que me vieran y me regañen o me saquen a patadas de ahi, estaba bastante oscuro hice una pequeña llama en mi mano y seguí caminando buscando algo para iluminar. Un pequeño botón rojo en una pared me llamo la atención, no se por que pero sentía que servia para prender las luces, con un poco de temor en mi lo toque. Unos Candelabros Colgantes se encendieron de inmediato, eran plateados, y tenían  muchos detalles, muy cargados para mi gusto, después de contemplar las luces me dispuse a ver a mi alrededor. 

Miles y miles de libros me rodeaban en grandes Libreros, creo que median mas de 10 metros cada uno, estaba fascinada. Leer es una de las cosas que mas amo, descubrir cosas nuevas, leer sobre romances fallidos o hasta de finales felices, el algo de lo que nunca me voy a cansar. Fui caminando viendo que libros estaban.

Romance, Cuentos, Hadas, Mundo -Me decía a mi misma mientras caminaba junto a los grandes libreros.- Magia Blanca, Naturaleza... -Me quede perpleja viendo una montonera de libros  antiguos que iban de color negro, hasta rojo sangre.- Magia oscura... 

Sin pensarlo di un gran salto para ver que libros habían "Hechizos de muerte", "Control de vidas", "Magia negra", "Los espíritus de la muerte", "Magia mental" y muchos otros mas, se que soy un Guardián y eso, y que tengo que ser buena. Pero, la maldad, el sufrimiento y mas, era lo que realmente me llamaba la atención, suena mal que yo lo diga, nada mas puedo crear vida, pero uno puede aprender ¿No?. Mis ojos brillaban al ver tal cosa, y sin dar rodeos, agarre todos los que pensé que me servirían en algún futuro, si estoy encargada de dar vida ¿Por que no puedo crear muerte? Estoy creando una vida en otro mundo, un espíritu mas. Se que si los veían iban a sospechar, llevar puros libros negros y rojos sangre no daban buena espina. Fui corriendo a los cuentos, y agarre los mas coloridos, ni siquiera me fije en los nombres, no los iba a leer de todos modos.
Salí de esa gran habitación, estaba desesperada, si Norte me veía con tantos libros iba a sospechar y hasta tal vez los quiera ver, no quería armar un drama, y menos que sepan que me metí a una habitación que tal vez estaba completamente prohibido su ingreso, los Yetis me miraban un poco raro tal vez sabían lo que hice, pero no les di mucha importancia. Estaba tan apurada que creo que pise mas de 10 duendes sin querer, ¿Como no evitarlo? Son tan pequeños que uno no los ve, y menos yo, que quería evitar a toda costa cruzarme con Norte. Miraba detrás mio, adelante, a los lados, estaba ansiosa de llegar a mi habitación tirarme en mi cama y leer todos esos libros, creo que tenia unos 9 contando los tres cuentos que tuve que traer por si las dudas, ¿Como hice para llevar tantos libros? No lo se, era tanta la emoción que ni siquiera me puse a pensar en el peso y la cantidad exagerada.

Rápido, rápido, rápido. -Me decía a mi misma. Estaba a unos miseros metros de mi habitación, tendría que tener muy mala suerte como para que alguien venga y me necesite.-