Capitulo 3

859 32 4
                                    

Lexie

“Bueno, yo lamento no haberte dicho antes lo que sentía. Si lo hubiera hecho, capaz que nada de todo eso pasaba…”

“No digas eso, me lo hubiera dicho antes o no, eso tenía que pasar.” Él asiente. “Yo te amo. Mark, de verdad, pero… no quiero volver a cometer los mismos o peores errores, yo no quiero volver a sufrir.”

“Yo tampoco quiero hacerlo y menos que tú te sientas así. Y también te amo, Lexie… y allá en el bosque, cuando te perdí o no…” Sacudió la cabeza confundido. “Pensé en todo lo que tendríamos juntos… tú siendo neurocirujana, con 2 o 3 hijos, una casa, después de viejitos con nietos gateando.” Yo rio y lo contagio a él, se me había formando un nudo en la garganta. Se me escapa una lágrima que había contenido y asiento.

“Es lo que más que quiero en el mundo.” Me abalanzo sobre él y lo beso profundamente, pero enseguida se separa por el sonido del timbre. “La pizza.” Reímos y bajamos, pero para nuestra sorpresa no lo es, sino que mi hermana con Derek, ebrios.

“Nos… nos olvidamos las llaves, cuando nos…” Ríe y no puede terminar de hablar. Las carcajadas se hacen más fuertes, ya que se une Derek a ellas. Les abro la puerta.

“Te dije que estarían juntos” Dice Derek pasando y se sitúa al frente de Mark que lo mira incrédulo. “Mi amigo.” Lo abraza y Mark lo ve sorprendido. Mer se vuelve a reír y yo revoleo los ojos.

“Bien, estás ebria, te traigo un café.”

“¿Para qué?” Se ríe y se tambalea, a lo que yo la agarro y la siento en el sofá.

“Quédate aquí.” Ella me mira seria y luego vuelve a reírse junto a Derek a su lado, me voy a la cocina.

“¿Quién iba a decir que llegarían ebrios?” Yo sonrió y él se acerca.

“Si bueno, fueron días difíciles, pueden hacerlo.” Termino el café y él me abraza por detrás y comienza a besarme en el cuello, dándome cosquillas y placer. “Mark… ellos están… en la sala…” Digo entrecortadamente, porque él comienza a descender sus besos por mis pechos.

“Te extrañé.” Lo agarro de la cara y lo beso.

Me agarra de la cintura y me sienta en la mesada y nos seguimos besando, íbamos a continuar, pero llegó Meredith y Derek hablando entre risas.

“¡Oh!” Se dieron vuelta enseguida como dos nenes y yo enseguida me bajo de donde estaba. “Creo que los dejaremos solos.” Ellos ríen y van hacia el living.

“Voy a matarte.” Le digo en forma amenazadora, pero con una sonrisa en la cara. “Y a ellos también.”

“Por favor, mañana ni se acordaran de esto, están muy ebrios." Yo sonrió y voy al living con los cafés.

“Ahí vienen, escóndete.” Se tapan la cara como chicos de 3 años. Me resulta raro ver a Derek así, es decir, es mi jefe, nunca lo había visto de esta manera.

“A ver chiquitos.” Anuncia Mark detrás mío y se coloca delante de mí, para formar más autoridad. Su voz es clara, fuerte y asusta a los borrachos. “Se tomaran esos cafés y se irán a dormir pero no a su habitación, porque ahí están Zola y Sofía y no las van a despertar, ¿entendido?”

“¿No nos dejas ir a nuestra habitación?” Dijo Mer en forma de reproche y berrinche, pero al ver la cara seria de Mark, se queda callada. Si estuviera en sobriedad, esa cara no le hubiera movido un pelo.

“Tienen el ático de Lexie.” Al ver cómo resolvía esto con tanta facilidad, no puedo evitar imaginarlo retando a Sofía y quizás, a nuestros hijos. Abro los ojos enormemente al escuchar que irían a mi cuarto. Y como si tuviera ojos en la espalda, se da vuelta, me guiña un ojo y prosigue.


“¿Quedó todo claro?” Mer y Derek asintieron enérgicamente.

“Como tui digas.” Se tomaron los cafés y se levantan dispuestos a ir a mi habitación. “Eres malo.”

“Gruñón” Atacó Meredith. Me resultó muy gracioso y rio tapándome la boca. Suben yo volvemos a escuchar de ellos.

“Vaya, no pensé que eso resultaría.” Me rio.

“Yo tampoco, solo se me ocurrió.” Él me sonríe y yo me siento a su lado en el sofá.

“¿Dormiremos en su habitación con las niñas?”

“Si los dejaba ir a ellos a la suya, apenas entraran, Zola y Sofía se despertarían, ¿no crees?”

“Puede ser, pero yo quería hacer algunas cosas…” Lo miro pícaramente y lo beso. Él me tumba sobe el ismo sofá y me besa el cuello, estaba por seguir, pero fuimos nuevamente interrumpidos por el llanto de las bebes y el timbre, que las habían despertado.

“No puede ser.” Refunfuño y me dirijo al cuarto, mientras Mark paga la pizza, luego el sube.

“Parece que esta noche no podrá ser.” Alza a Sofía y la tranquiliza, yo hago lo mismo con Zola.

“Te amo.” Nos besamos y seguimos con las bebes. 

Slexie: Una vida nuevaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora