˗ˏtaxi➶

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𝔐𝔞𝔩𝔞 𝔖𝔞𝔫𝔤𝔯𝔢 𝔣𝔲𝔢 𝔩𝔞 𝔠𝔞𝔫𝔠𝔦ó𝔫 𝔢𝔫 𝔢𝔩 𝔱𝔞𝔵𝔦 𝔢𝔫 𝔱𝔲 𝔭𝔯𝔦𝔪𝔢𝔯 𝔳𝔦𝔞𝔧𝔢 𝔞 𝔩𝔬𝔰 𝔄𝔫𝔤𝔢𝔩𝔢𝔰

ℭ𝔢𝔫𝔞𝔰𝔱𝔢 𝔢𝔫 𝔪𝔦 𝔩𝔲𝔤𝔞𝔯 𝔣𝔞𝔳𝔬𝔯𝔦𝔱𝔬

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— Te levantas demasiado tarde.

— No tienes nada en el cerebro.

— Vas a muchas citas, pero no puedes hacerlos quedarse.

Cuando le pregunté a mi hermana por teléfono, el por qué no conseguía a nadie bueno, nunca creí que fuera tan honesta.

A decir verdad, tal vez por eso solo hablaba de estas cosas con ella.

— ¿Como van las cosas en Corea?

— Nada mejor, le siguen pagando menos a las mujeres y mis ilustraciones le siguen dando pesadillas a mi jefe. — escuché una risilla en el fondo y supe que tal vez su molesto novio estaba con ella. — ¡Yah! ¡Jungkook! ¡Déjame tres trozos de pizza! ¡No seas imbécil!

Le colgué.

No me importaba como la chica que nunca se esforzaba por nada lo tuviera todo, un buen trabajo en la capital, un novio atado a ella y al literal, además de un departamento en los suburbios.

Mientras yo estaba en Los Ángeles sorteando la suerte con un trabajo como columnista y citas a ciegas.

Que me dejaban ciego por tanta fealdad.

— En Corea la vista era más recreativa, ¿no crees? — un colega me acosaba por las calles frías de Los Ángeles.

— Vine de intercambio aquí casi al final de la universidad y aún no me he ido. — puse mis manos en los bolsillos de mi pantalón clásico, típico de trabajador empedernido. — nunca he visto a alguien que realmente valga la pena... bueno, un par de chicas lindas. Pero sin nada que decir.

— Tal vez Los Ángeles tampoco es el lugar para encontrar aquella persona a la que estas atado.

— Soy un desatado de pies a cabeza, ya me rendí hace muchos años.

Era verdad, al terminar la escuela y sufrir un par de desamores a manos de personas que terminaron siendo atadas, me dije que mi alma gemela no estaba en Corea. Entré a la universidad con Namjoon, en periodismo... por qué no hay mejor carrera para socializar que esa.

Pero fue un fracaso que me llevo a salir con hijos de puta y terminar una calle llena de restaurantes.

Con una chica de acento británico... mierda no le entendía nada.

— ¿Hablas chino? — alcancé a entenderle.

Mejor no lo hubiera hecho.

— Sí, en mi escuela en Corea aprendí mandarín. — hice énfasis en Corea. — también aprendí Ingles allí.

— ¿También les enseñan a luchar como Chaqui Chan?

La lleve a mi restaurante favorito, porque al menos eso me tranquilizaría y no se sentiría como otra cita fracasada. Era un local lujoso, donde servían platos asiáticos y el 90% de sus clientes eran de ojos rasgados. La chica pelirroja siguió hablando de cosas vagas y yo busqué un lugar libre, mi asiento favorito cerca de la cocina donde podía escuchar al personal hablar en mi lengua materna.

Pero estaba ocupado.

— Mejor tomemos asiento aquí. — señalé una mesa atrás de aquella.

Un grupo de universitarios, que parecían en excursión soltaban risas desde aquel lugar.

ιиνιѕιвℓє ѕтяιиg ↳тαєgι*ೃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora