Cap3

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La pequeña Sunhee estaba tan emocionada por la llegada de Jimin, que no pudo esperar al siguiente día para recibirlo en el castillo. Y cuando los primeros rayos del sol invadieron su cuarto la pequeña miró por la ventana emocionada como en un carruaje de uno de sus padres salía Jimin y se dirigía con sus padres adentro del castillo, posiblemente hacia la cocina, salió disparada de su cama.

Salió corriendo por los pasillos con todos los cabellos largos despeinados, chocó incluso con algunas sirvientas en el camino, se disculpó a medias pero siguió su objetivo, buscar a Yoongi.

Y por fin llego al cuarto de su hermano abriendo la puerta sin cuidado haciendo un ruido estruendoso. Yoongi se despertó de inmediato y sobresaltado.

-¡Yoongi! ¡Yoongi! ¡Tienes que despertar! ¡Ya,ya!

Yoongi se levantó perezoso, rascando sus ojos con el dorso de su mano. Entreabrio los ojos y pudo ver a su hermanita de 16, saltando eufórica a su alrededor.

-¿Paso algo para que estes asi de emocionada?¿O hoy es algún día especial?

-¡Si y si! Sólo vistete ya y baja a la cocina se que te gustara la sorpresa.

Yoongi asintió algo confundido, su hermana lo dejó completamente sólo en el cuarto. Tocó las campanillas a un lado de su cama, y mientras que lavaba su cara tocaron la puerta del cuarto. Soltó un "pase" pues sabía que se trataba de su mayordomo Hoseok.

-Buenos días, príncipe Yoongi-saludó Hoseok con una sonrisa viendo que aún los pelos de Yoongi estaban enmarañados y su cara con marcas-¿Una mañana agitada?

-Ni que lo digas, no se que bicho le picó a mi hermana que estaba tan eufórica y vino a despertarme diciendo que me vista que habría una sorpresa en la cocina para mi.

-Oh, pero si que la hay-dijo Hoseok sonriendo, sacando algunas ropas del gran closet y acomodandolas por encima del portón de madera usado para cambiarse.

Yoongi se metió allí y rápidamente cambió sus ropas de dormir por un traje más formal, un traje azul con detalles en dorado, sus botas negras. Se sentó luego en el tocador y Hoseok peino sus cabellos eneredados. Ya listo agradeció a Hoseok y este se retiró haciendo reverencia.

Fue caminando por los pasillos perezoso, su hermana lo había despertado y aun tenía un sueño terrible. Saludo a algunos sirvientes por el camino. Hasta que finalmente dio con la cocina.

Era raro, la cocina estaba levemente vacía. Pero pronto sintió unos pasos y un pequeño cuerpo tomando sus manos tirnado de el para que se moviera más rápido.

-¡Vamos, vamos! ¡Eres un viejo, ni moverte rápido puedes!

Yoongi rodó los ojos. Pero aún así dejo que si hermana lo guiara. Llegaron a una parte de la cocina cerca del horno, había un cuerpo varonil de espaldas a ellos, jugando con una masa de harina, se le notaba la piel morena y los cabellos rubios. Yoongi olfateo el ambiente... pastel de fresas...

Yoongi paró su paso y quedó congelado en el lugar. Sunhee sonrió viendo la expresión de su hermano y siguió hasta donde estaba el cuerpo de espaldas pegándose a sus piernas, abrazando ambas. El hombre presente acaricio los cabellos de la pequeña que había abrazado sus piernas...

-Pequeña regresaste...-habló el extraño y se giró lentamente.

El corazón de Yoongi latía con expectación. La duda en ese momento era su fuerte, ¿será o no será? No lo sabía, pero quería averiguarlo ya.

Finalmente el cuerpo extraño le dio la cara, esa sonrisa... ¿como podría olvidarlo? Jimin... el sólo le brindo esa hermosa sonrisa brillante, con sus ojos formando medias lunas. Su corazón latio más desesperado, las feromonas de ambos se mezclaron en el aire y aunque sus olores eran completamente distintos, juntos formaron la combinación perfecta.

La pequeña Sunhee sonrió inocente y tomando unos bocadillos, más bien unas pequeñas tartaletas salió disparada del lugar. Dejando a ambos con los sentimientos encontrados disparandose en sus interiores.

Dulces para el Príncipe||Yoonmin||Omegaverse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora