El bosque-Ámbar-

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Capítulo 3:



"El bosque"

Cuando terminamos de comer ayudé a limpiar los platos y dejé todo en orden. Mi padre subió las escaleras y se dirigió a su habitación. Cuando se durmió volví al bosque. Sé que había cosas que él no quería que supiera, por extraño que parezca. Y eso despertaba aún más curiosidad en mí. Era de público conocimiento que iba a volver al bosque, porque la curiosidad estaba matándome.

Nunca fui de esas personas que pueden quedarse quietas en un mismo lugar por mucho tiempo, no lograba entender cómo había gente que sí podía, "¿cómo no se aburren?" pensaba.

Volví a pasar por el mismo lugar, tocando los mismos árboles. Cuando logré llegar al lugar donde me habían perseguido, tropecé con una pila de hojas, y, aunque no sabía bien qué eran, las tomé.

Como estaba nerviosa no pude leerlo. Pero pude sentir la presencia de alguien más, nuevamente. Era como si alguien lograse saber todos mis movimientos, incluso antes que yo. "¡seguro es mi padre!" bromeé.

Sentí algo que no había sentido en años. Algo muy difícil de explicar, pero no tan difícil de describir: una sensación de ardor me recorría el pecho, podía sentir como mi corazón latía cada vez más rápido, mi respiración se aceleraba, y mi cabeza estaba llena de pensamientos que lo único que lograban hacer era distraerme. No podía concentrarme.

Esa presencia despertaba algo en mí y debía descubrir qué era... o por qué despertaba en mi una sensación tan extraña.

Sabía que trataba de comunicarse conmigo, asi que no dudé en preguntarle qué quería. Pero no respondió. Sentía su calor...estaba muy cerca. Podía sentir el aire caliente que desprendía su boca al respirar agitadamente, olía su perfume de jazmines. Cuando volteó para salir corriendo y su pelo largo rosó mi cara, logré sujetar su mano por unos segundos, luego se soltó, pero supe que era una mujer. ¿Qué querría?, me pregunté. ¿Y por qué había salido corriendo?

Un sentimiento de tristeza se apoderó de mí. Lloré. Y mientras lo hacía, el cielo lloraba conmigo también. Una fuerte tormenta tomó el control de la situación, y Sam comenzó a ladrar. Siempre le tuvo miedo a las tormentas, supongo que igual que todos los perros.

Quizás sea por el fuerte ruido que éstas provocan. O mismo porque los rayos, cuando los hay, le lastiman los oídos, ó mejor dicho, los tímpanos. Los perros tienen los oídos muy sensibles. Pueden escuchar ruidos muy lejanos y sonidos 7 veces más fuerte que el ser humano. Todo esto lo leí en internet, no piensen que soy tan inteligente, aunque sí lo soy. Un poquito.

Por un motivo o por otro, las cosas se pusieron un poco raras así que decidí volver a mi casa. El frio se apoderó de mí, no podía sentir mis pies y mis manos estaban heladas. Sabía que tenía que llegar a casa lo antes posible porque esa tormenta me arrastraría consigo.

Tenía las manos congeladas y casi no podía sentir mis dedos. Cuando logré abrir la puerta, la luz del comedor estaba encendida. Sabía que mi padre estaba despierto, esperándome.

-Papá?, pregunté.

-Dónde estabas? - Contestó.

-Solo salí a tomar un poco de aire. -Dije por lo bajo.

-Y esos papeles de donde los sacaste?-Preguntó confundido.

-Los encontré. -Respondí sin ánimos de seguir con la conversación.
<¿Por qué le importa tanto lo que hago o dejo de hacer?> pensé. <¿Acaso no tiene trabajo que hacer?> pero antes de que pudiera decirme cualquier cosa y yo defenderme, un fuerte relámpago interrumpió la conversación. Me asusté porque me tomó de sorpresa y solté los papeles. Mi padre los tomó. Obviamente no iba a devolvérmelos.
Necesitaba saber qué eran esos papeles, por qué esa mujer que estaba en el bosque siguiéndome no se comunicó conmigo y mucho más importante... ¿Por qué mi padre había tomado esos papeles y no me había dejado quedármelos para intentar descifrarlos?
¿A qué le tenía tanto miedo?

✨🦋¡¡Hola!! Contame si te gustó el capítulo, gracias por pasar🦋✨

El arte de la desobedienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora